¿Para qué invertir tiempo y esfuerzo en el mantenimiento de un espacio verde?

Por Perla Sofía Curbelo Santiago

El mantenimiento de mi jardín forma parte de mi rutina diaria de bienestar. Desde regar con agua las plantas, desyerbar, cosechar flores para crear decoraciones en mi hogar hasta sentarme a observar y escuchar las aves urbanas que lo visitan diariamente.

El jardín de las aves. Bebedero para pájaros ubicado debajo del árbol de guanábana. Foto: Agrochic

El tiempo y dinero que invierto en él es de forma consciente porque tengo claro lo que quiero obtener del espacio en esta etapa de mi vida. Lo que quiero de mi jardín hoy no fue lo mismo hace un año, y estoy completamente segura tampoco lo será en diez.

De lo que sí tengo certeza, y cada vez hay más evidencia científica que lo valida, es que tener acceso a este espacio verde contribuye en todas las áreas de mi vida, consciente o inconscientemente.

Cabe destacar que tener un patio o espacio verde contribuye a reducir los efectos de las “islas de calor” (Heat Islands). Según la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA), “las islas de calor son áreas urbanizadas que experimentan temperaturas más altas que las áreas periféricas. Las estructuras como edificios, carreteras y otras infraestructuras absorben y vuelven a emitir el calor del sol más que los paisajes naturales como los bosques y los cuerpos de agua”.

La primera estrategia recomendada es “aumentar la cobertura arbórea y de vegetación”. Una razón poderosa para invertir tiempo y esfuerzo en el mantenimiento de un espacio verde.

 

Aquí 13 razones para tener y cuidar de un jardín, ya sea en el hogar o lugar de trabajo.

 

1. Espacio para ejercitarnos

Foto: Unsplash.com

El acto de sembrar ya es de por sí un ejercicio moderado. Tareas de mantenimiento, como podar la grama, plantas y árboles nos ponen a quemar calorías. A veces el equivalente a una caminata de 30 minutos o más. Pero también, contar con un espacio al aire libre puede ser utilizado como escenario para ejercitarnos de otras maneras. Desde realizar estiramientos del cuerpo, practicar deportes, yoga o hasta para bailar. Recordemos también que nuestro patio también funciona para que nuestras mascotas se ejerciten y se diviertan.

2. Mejora nuestra salud mental

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Un espacio verde con árboles y plantas nos permite lidiar mejor con los síntomas de una condición mental bajo tratamiento, como la depresión o la ansiedad. El espacio se convierte en una herramienta de apoyo terapéutico que puede utilizarse de forma activa o pasiva. Por ejemplo, una persona desempleada y desanimada por meses decide utilizar su espacio verde para sembrar y generar ingresos. Podemos utilizar la cosecha de hierbas aromáticas en nuestro huerto casero para elaborar alcoholados para la venta. Además de obtener una nueva fuente de ingresos, aumentamos nuestro estado de ánimo, nos sentimos productivos y nuestra perspectiva de futuro es más esperanzadora.

3. Reflexión

Foto: Agrochic.

Un jardín que nos provee momentos de privacidad, tranquilidad y hasta silencio puede utilizarse para meditar y conectar con nuestro yo interior. Para observar nuestro entorno y reacciones. Incluso, puede ser un espacio para la oración, reflexión y hasta análisis de cómo nuestras creencias han modelado nuestra vida. En este proceso podemos fortalecer lazos como también romper con ellos, y nuestro jardín estará ahí para apoyarnos.

4. Finalidad terapéutica

Foto: Agrochic

En el jardín podemos estimular todos nuestros sentidos, a veces unos más que otros, para contribuir a nuestro estado de bienestar. Desde bajar nuestra presión arterial hasta pasar un mal rato. Por ejemplo, luego de un día largo de trabajo, y lleno de tensiones, podríamos llegar a nuestro hogar, quitarnos los zapatos y caminar descalzos en el patio. Es posible que en minutos comencemos a restaurar nuestra atención y estado de ánimo. Caminar descalzos es una manera de estimular nuestro sentido del tacto. En el proceso, también disfrutamos de las fragancias que emiten algunas flores, los sonidos del viento, aves o agua, patrones coloridos que estimulan nuestra vista y de las cosechas comestibles para añadir sabor a nuestro día.

5. Divertirnos

Foto: Agrochic

¿Por qué aburrirnos si tenemos un espacio verde? En el jardín podríamos habilitar un área bajo un árbol y utilizarlo para leer o escuchar música. Si tenemos niños pequeños, podemos planificar aventuras y exploraciones; recolecta de hojas y flores para luego prensar; acampar de noche o simplemente colocar una manta sobre la grama para disfrutar del cielo, la luna y las estrellas. Existe un sinnúmero de actividades que podríamos hacer en nuestro hogar que no necesariamente requieren la inversión de mucho dinero, pero sí de un poco más de tiempo. Crea una lista de las actividades que más te divierten (pregúntale a tus hijos) y prepara tu patio o balcón para llevarlas a cabo con más frecuencia.

6. Contemplación

Foto: Agrochic.

Una de las actividades pasivas que más disfruto en el patio es sentarme en las mañanas, café en mano, a observar detenidamente algunas de las escenas naturales que me regala el día. Ese momento de asombro (awe effect) puede ser un capullo a punto de abrir, los gorriones que vienen a comer, las reinitas a darse un chapuzón en el bebedero o la “iguana de palo” paralizada en una rama creyendo que no la he visto. Para mí, este es un momento de gratitud y alegría. Estas son oportunidades que luego podemos utilizar para documentar la Naturaleza a nuestro alrededor, junto a dibujos, reflexiones o datos que no queremos olvidar fácilmente.

7. Producir alimentos

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El establecimiento de un huerto casero y huerto de frutas es una de las principales actividades de jardinería que las personas practican aún más después de la Pandemia por Covid-19. El espacio no importa, ya que puedes sembrar en camas de siembra, tiestos o de forma vertical. Siempre recordaré la primera vez que coseché una calabaza. La sensación de satisfacción, orgullo y validación de que el tiempo y esfuerzo invertido fue la decisión correcta. Y las recetas que pude hacer; los pedazos que regalé. Cultivar algunos de tus alimentos contribuye a tu sentido de independencia, reduce la inseguridad alimentaria en tu hogar y te devuelve el control de tu salud. Actualmente cultivo hierbas aromáticas que utilizo para bebidas o alimentos. También espero, con muchas ansias, las guanábanas y las acerolas.

8. Socializar con familiares y amigos

Foto: Agrochic.

En mi hogar yo soy la encargada de los quehaceres del patio, y con mucho gusto. Mi marido disfruta de sentarse en alguno de los garden rooms que he creado, ya sea para meditar o simplemente observar. Y eso me llena de mucha alegría. Él me hace preguntas sobre algunas de las plantas y yo le cuento sobre las peripecias de los pájaros o que está floreciendo al momento. Sí, el patio ofrece muchísimas oportunidades para conversar. Asimismo, cuando estoy en faenas de mantenimiento, visibles para mis vecinos más próximos, también son momentos únicos para intercambiar experiencias y saberes con ellos. Una de las actividades que más quiero hacer es poder entretener a familiares y amigos en el patio. Ya no es solo compartir la cosecha sino también la calidad del espacio.

9. Descansar

Foto: Agrochic.

El filósofo Byung-Chul Han escribió una frase en su libro Loa a la tierra que me la he grabado en la cabeza: En el jardín descanso de las fatigas de la vida. Y me la he tomado muy en serio. Afortunadamente no tengo que irme muy lejos para un descanso, o garden break, de 5 ó 15 minutos. Por supuesto, para ello he tenido que invertir tiempo y dinero en habilitar algunas áreas de mi patio para este propósito. Desde sembrar más arbustos, crear muros verdes para la privacidad y añadir varios asientos con cojines. Cada vez más investigaciones validan que tomarnos una pausa al aire libre y en contacto con la Naturaleza contribuye a reducir el estrés y nos permite recuperar nuestro enfoque cuando regresamos a nuestras tareas regulares.

10. Atraer más vida silvestre

Foto: Agrochic

Si queremos escuchar más aves, ver más abejas y mariposas, como también más insectos beneficiosos que nos ayudan a reducir la presencia de algunas plagas en nuestras plantas, tenemos que proponernos sembrar y crear espacios idóneos para atraerlos. Desde sembrar más árboles, plantas nativas como también colocar bebederos y comederos para pájaros. Hacer esto me ha permitido disfrutar de unas ocho especies de aves que visitan diariamente el jardín. Asimismo, sembrar un muro de poleo (Mentha pulegium) y cariaquillo (Lantana) ha hecho que las mariposas y abejas se multipliquen. Si algo he aprendido es que el patio no es mío. Soy custodia de este espacio verde que hoy me ha tocado cuidar para también proveer bienestar a la vida silvestre que lo frecuenta.

11. Observar los cambios estacionales y las aves

Foto: Agrochic.

Desde nuestros patios podemos distinguir los cambios de estación, aún si vivimos en el trópico, así como también migraciones de aves. Si estás en Puerto Rico, por ejemplo, podrías comenzar a prestar atención a las corrientes de aire, cambios de temperatura, patrones de lluvia, áreas más soleadas o con mayor humedad; la visita o retirada temporera de algunas especies de animales silvestres, florecidas de plantas y fructificación de árboles frutales. Presta atención a las aves y cuándo vienen a buscar alimento, aparearse y/o preparar sus nidos. Cuando prestamos atención a estos cambios y adquirimos otros conocimientos de apoyo podremos sembrar plantas y árboles en el lugar y época más idónea para potenciar su desarrollo como también para proveer un hábitat saludable a los pájaros visitantes.

12. Estimular nuestra creatividad

Foto: Agrochic

Durante los periodos de descanso o exploración en el patio me surgen nuevas ideas. Mi creatividad se activa. Las ideas pueden estar relacionadas a futuros arreglos del jardín, o dentro de la casa, como también para combinaciones de plantas en un mismo recipiente (siempre y cuando compartan los mismos requisitos de siembra). Pasar tiempo en el patio me ha dado la oportunidad de experimentar con jardines miniatura, mejorar mi fotografía digital y hasta utilizar mis experiencias verdes para nuevos proyectos profesionales.

13. Fortalecer nuestra autoestima

Foto: Felix Javier Studio.

Mientras más tiempo paso en el patio más experiencias y conocimientos adquiero. Por tanto, mi confianza en lo que sé y apertura para seguir aprendiendo de otros también crece. Cuando recibo un cumplido por una cosecha de flores, un arreglo o un diseño en el jardín mi autoestima se infla como un globo y me hace sentir muy bien. Así que las probabilidades de repetir las acciones pasadas aumentan. Todos queremos sentirnos útiles y tener un espacio verde nos ofrece esa oportunidad.

Comparte conmigo, en la sección de comentarios, tus razones para tener un espacio verde.

 

La autora es fundadora de Agrochic.com y está certificada en Terapia Hortícola por el Chicago Botanic Garden.