Pies descalzos en el jardín

Los beneficios de caminar sin zapatos en tu patio

Por Perla Sofía Curbelo Santiago

Caminar con los pies descalzos en el patio ha sido una costumbre que llevo desde muy pequeña. Me encanta masajearme la planta de los pies con numerosas superficies creadas por variedad de plantas, piedras y hasta fango. Cada uno de nuestros pies contiene sobre siete mil terminaciones nerviosas y, entre ambos, 250 mil glándulas sudoríparas.

Foto: Unsplash.com

Recuerdo de pequeña que prefería la grama de la casa de doña Lydia; una vecina que vivía frente a nuestro hogar. De vez en cuando cruzaba sin permiso, y sin zapatos, para hundir mis pies y caminar sobre la alfombra amarilla que producía la inflorescencia del maní ornamental (Arachis pintoi); una sensación de suavidad y humedad bajo mis pies.

Asimismo, me gustaba caminar sobre el tapiz rosado que dejaban las flores de nuestro propio árbol de roble rosado (Tabebuia heterophylla). Como las flores ya estaban en proceso de descomposición, al pisarlas se formaba cierta pastosidad que se metía entre los dedos de mis pies. Momento entonces para rastrillar.

Claro, caminar con los pies descalzos tenía y tiene sus consecuencias. Recuerdo muy bien las cortaduras por algún objeto punzante, las hincadas de los caíllos y el moriviví (Mimosa pudica). Las lesiones en la plantilla y en los dedos siguen siendo parte de mi rutina, aunque a menor grado.

Mi jardín personal

Hace unos meses aparté un área en mi patio para crear un jardín sensorial específicamente para mis pies descalzos. Reciclé varias losetas de piedra y las distribuí en un pequeño cuadrado justo a la salida de mi cocina. Añadí un patrón con piedras de playa y otro con gravilla. Superficies duras, pero con diferentes texturas.

Este espacio me permite conectar con la naturaleza a través del tacto. Foto: Agrochic

Alrededor de los peldaños, sembré varias plantas de Pilea depressa (creeping pilea) con crecimiento tipo tapiz. Al poco tiempo comenzaron a abrazar las losetas de piedra; y tras de ella se extendió otra planta similar que crecía cerca: la Soleirolia soleiroii (suspiro de ángel o baby tears). Interesantemente, tenía en un tiesto una planta de Portulaca grandiflora (Rose Moss) que se propagó voluntariamente en el reducido espacio.

Este espacio está diseñado para un tráfico reducido. Foto: Agrochic

Hoy día, a penas se pueden ver las piedras. Me fascina pararme en medio de este jardín sensorial mientras echo agua, desyerbo o simplemente para acariciar con la planta de mis pies la hermosa alfombra verde, la cual se pinta diariamente con las minúsculas flores rosadas de la portulaca. Sin duda, este tapizado también se ha convertido en un festín para mi vista. Y es un proyecto de horticultura terapéutica altamente recomendado. Excelente para comenzar tu día, tomarte una pausa en el jardín o caminarlo antes de dormir.

Los beneficios de caminar con los pies descalzos

Además de masajear tus pies, cuando caminas de vez en cuando sin zapatos en el patio o un parque (y en áreas libres de peligro) contribuyes a fortalecer y estirar tus músculos, ligamentos y tendones en tus pies y piernas; mejoras tu balance y postura, así como también ayudas a tu bienestar general.

Mi amiga Beth Nelson disfruta descalza de un parcho de grama. Chicago (2019). Foto: Agrochic

Cabe destacar, que existen otros beneficios de caminar con pies descalzos, y en contacto con la naturaleza.

Por ejemplo, podrías descansar mejor en las noches, normalizas la hormona cortisol, la cual está asociada con el estrés y reduces dolores, inflamaciones y aceleras la sanación de heridas.

Plantas para estimular el tacto y otros sentidos

Por otro lado, lo ideal es sembrar plantas de crecimiento rápido y que formen un tapizado fácil de mantener. También, que sean resistentes al tráfico liviano y que al pisarlas emitan una rica fragancia para estimular también tu sentido del olfato.

Por supuesto, es importante tomar en consideración el área de siembra donde pretendes llevar a cabo tu proyecto de jardinería, los requisitos de las plantas y quiénes podrían utilizar el espacio, incluyendo tus mascotas.

Algunas plantas recomendadas para tu jardín sensorial son:

1. Mentha requienii (Corsican Mint)– aromática; inflorescencia minúscula color lavanda; puedes sustituir tu grama por ella.

Mentha requienii (menta corsica). Foto: Agrochic

2. Thymus praecox (Red Creeping Thyme)– es resistente a sequías y necesita buen drenaje; aromática; infloresencia rosada; puedes sustituir tu grama por ella; crece muy bien alrededor de piedras.

Tomillo variegado. Foto: Agrochic

3. Pilea glaucophylla (Pilea glauca, Red-stemmed Pilea)– le gusta la luz brillante; y suelo húmedo. Suave al tacto y es segura para tus mascotas.

Pilea glaucophylla. Foto: Agrochic

Pilea depressa (Creeping Pilea)– resistente al tráfico liviano; crecimiento rápido; crece muy bien alrededor de piedras.

Pilea depressa (a la izquierda) y Portulaca grandiflora “Rose moss”. Foto: Agrochic

Soleirolia soleiroii (suspiro de ángel o baby tears)– resistente al tráfico liviano; crecimiento rápido; inflorescencia blanca; puedes sustituir tu grama por ella; crece muy bien alrededor de piedras.

Soleirolia soleiroii (Suspiro de ángel). Foto: Agrochic

Portulaca grandiflora (Rose Moss)– resistente a sequías; es una semi-suculenta que al pisarla sus tallos se trituran. No obstante, es perfecta para sembrarse alrededor de piedras. Además, es suave al tacto.