Conoce aquí sobre sus cuidados básicos basados en su clasificación

Por Dania Rivera Ocasio

Muchas personas podrían pensar en las orquídeas como un grupo de plantas exóticas, costosas y hasta delicadas , pero la realidad es que son plantas asequibles y de fácil cuidado si te familiarizas con sus requisitos de siembra.

La familia Orchidiaceae probablemente se compone de la mayor cantidad de especies dentro de las familias de las plantas florecedoras. Se estima entre 20,000 y 30,000 especies de orquídeas conocidas. Esto representa alrededor de un diez por ciento de las plantas florecedoras en el mundo.

Las orquídeas también están entre las plantas que más se adaptan a su ambiente. Ellas no están restringidas a junglas o bosques tropicales como muchos pensarían. Éstas se pueden encontrar creciendo naturalmente en todos los continentes del mundo, excepto en la Antártica. Los únicos lugares donde no crecen las orquídeas son en los desiertos más secos, en la punta de las montañas más frías y donde nieva todo el tiempo.

Dendrobium spectabile. Pueden ser epífitas o terrestres. Foto: Laura Ockel/Unsplash.com

Por otro lado, donde más abundan es en las junglas tropicales de Centro y Sudamérica, y en el sureste de Asia, así como también en las Islas del archipiélago malayo (también conocido como Insulindia; una región geográfica que constituye la parte insular del sudeste de Asia).

Estas plantas florecedoras crecen en diversidad de hábitats, en diferentes climas y en cada una ha creado estructuras para prevalecer en esas condiciones. Por lo tanto, es difícil generalizar sobre la estructura de la planta de orquídea.

Podríamos clasificar las orquídeas en tres grupos, según su lugar de crecimiento:

  1. Orquídeas que crecen en los árboles se conocen como epífitas.
  2. Orquídeas que crecen encima de las rocas se conocen como litófitas.
  3. Orquídeas que crecen en el suelo se conocen como terrestres.

 

Vanda. (Esta orquídea es ideal para áreas semi soleadas). Foto: Pixabay.com

Las epífitas y las litófitas son similares, ya que en el medio de cultivo donde ellas crecen no retiene humedad. Por esto producen órganos de almacenaje como tallos, pseudo-tallos u hojas suculentas para mantenerse hidratadas.

Otras orquídeas producen pseudo-bulbos, pero hay una infinita cantidad de variaciones en tamaños y formas.

Las raíces también se han adaptado a esa situación de escasez de agua. Muchas epífitas tienen raíces gruesas qué les ayuda tanto para agarrarse del sustrato como para absorber rápidamente gran cantidad de agua cuando llueve.

Epidendrum Princess Valley. Foto: Laura Ockel/Unsplash.com

Otras orquídeas epífitas se benefician de las plantas que crecen a su alrededor, como los helechos, y que retienen agua junto a ellas.

Por otro lado, las orquídeas terrestres tienen otras circunstancias dependiendo del hábitat donde crecen. La mayoría de éstas tienen órganos para almacenar agua como tubérculos, cormos o raíces engrosadas.

De la misma manera, las orquídeas son muy variadas en su forma, color y tamaño de las flores.

Las orquídeas han desarrollado varias estrategias para su sobrevivencia. Estas son polinizadas por animales, la mayoría insectos, y, ocasionalmente, pájaros que los ayudan en la dispersión de sus semillas. Para lograr estas estrategias, las flores deben ser coloridas, relativamente largas para atraer el polinizador y las semillas deben ser lo suficientemente pequeñas para flotar en el viento.

Exhibición de orquídeas para taller educativo. Foto: Agrochic (2018).

Cómo cultivar las orquídeas en casa

Es posible que percibamos las orquídeas como plantas delicadas y difíciles de cultivar; además de requerir exclusivamente de un ambiente tropical. Sin embargo, estás son sobrevivientes; se adaptan a diferentes climas, la mayoría requieren poco cuidado y premiará a la persona que las cuida con flores brillantes y atractivas.

Como las orquídeas provienen de una diversidad de climas es necesario conocer el género y la especie en particular qué tienes para poder determinar los cuidados específicos de cada una.

Puedes utilizar esta información general para comenzar a cultivar tus orquídeas y disfrutar de ellas siguiendo las siguientes recomendaciones:

 1. Ambiente

Lo primero que debes saber de tu orquídea es si es de sol o de sombra.

Si es una orquídea de sol eso significa que la puedes tener en un área de tu patio o balcón donde reciba al menos seis (6) horas de sol diariamente y que sus hojas no se van a quemar.

Por el contrario, si tu orquídea es de sombra o semi sombra ten en cuenta que no debe recibir sol directamente en sus hojas. Por lo tanto, el lugar ideal para cultivar estas orquídeas es en una terraza o dentro de la casa donde reciba luz indirecta.

2. Recipiente de siembra

Dependiendo del tipo de orquídea que vas a cultivar puede ser que esté sembrada en un tiesto, en una canasta o en algún pedazo natural de corteza (como lo que llamamos “camaroncillo” en Puerto Rico o parte de un coco). Independientemente donde esté, es necesario un buen drenaje, así que procura que no acumule agua.

Si tu orquídea está dentro de un envase decorativo cerrado (cerámica) es importantísimo que luego de regar la planta elimines el exceso de líquido, ya que las raíces no deben estar sumergidas en agua.

3. Medio de cultivo

Conociendo que hay diferentes ambientes y diferentes materiales disponibles es casi imposible poder tener una receta ideal y perfecta para las orquídeas. Pero sí hay algunos criterios que debes considerar:

  • El medio debe tener suficiente capacidad de retención de agua para mantenerse húmedo entre un riego y el otro.
  • Debe tener aireación adecuada entre las partículas de la mezcla. Usualmente vemos pedazos grandes de diferentes materiales en las mezclas para orquídeas.
  • Debe estar libre de enfermedades y semillas de malezas. Por lo tanto, los tiestos o envases deben estar desinfectados.
  • El medio debe ser uno estable para que dure lo suficiente entre un trasplante y otro, y no se descomponga de manera que pueda causar incidencia de hongos y bacterias.
  • Debe tener elementos esenciales para la nutrición de la planta; partículas de materia orgánica como turba, pero no agregados muy gruesos como arena.
  • Debe tener un pH que sea apropiado para la mayoría de las plantas crecer.

Para las orquídeas epífitas se utilizan mezclas a base de corteza de madera, musgo esfagno, turba y perlita. También puedes considerar incluir en la mezcla materiales inorgánicos que se utilizan para el cultivo hidropónico. Para las orquídeas terrestres, el medio debe ser uno que drene bien y que tenga materiales como turba y composta de madera.

Cypripedium Lady Slipper (Orquídea terrestre). Foto: Unsplash.com

4. Fertilización

La mayoría de las mezclas disponibles para orquídeas no proveen nutrientes suficientes a las orquídeas, incluso aquellos que dicen que incluyen nutrientes probablemente serán utilizados en los primeros tres meses.

Generalmente las orquídeas requieren menos fertilizantes que muchas otras plantas, así que para ellas es mejor utilizar un régimen de fertilización donde se aplica pequeñas dosis de fertilizantes de manera frecuente.

Como regla general, puedes aplicar tres riegos con fertilizante (a dosis bajas) y el cuarto solo con agua. Si deseas aplicar fertilizante en cada riego debes diluir a ¼ la recomendación del empaque.

El fertilizante que se sugiere es uno balanceado como el 20:20:20, y es importante que tenga elementos menores, pero que no contenga urea. En las zonas cálidas y tropicales donde el crecimiento apenas se detiene el fertilizante se podría aplicar durante todo el año.

Es una buena práctica regar las plantas con agua primero y luego fertilizar, ya que el fertilizante en el follaje seco puede quemar las hojas de las plantas.

5. Aire, luz y temperatura

Estos tres factores se deben mantener a niveles óptimos para asegurar un buen crecimiento y florecida. Para cada especie los requerimientos pueden ser diferentes, pero como regla general debe haber un buen movimiento de aire para la salud de la planta.

De lo contrario, se producen condiciones aptas para el crecimiento de bacterias y hongos. En cuanto a la luz y la temperatura todo va a depender de la especie de orquídea que tienes.

El color de las hojas te va a indicar si la cantidad de luz es adecuada. El color brillante, verde oscuro de la mayoría de las plantas de interior no es el deseado en las orquídeas. Sin embargo, un color verde claro (hasta un poco amarillento) significa que está recibiendo suficiente luz. Si no recibe luz suficiente no te va a florecer.

6. Agua y humedad

La mayoría de las epífitas vienen de regiones en donde hay grandes cantidades de lluvia y humedad la mayor parte del año. Estas plantas requieren ser regadas varias veces a la semana. Si tu orquídea está colgando con las raíces expuestas va a necesitar riego más frecuente que una que está en medio de cultivo, ya que éste le proveerá agua.

En lugares cálidos y tropicales, las orquídeas terrestres se podrían regar frecuentemente la mayor parte del año, siempre y cuando tengan un buen drenaje.

Recuerda que es importante no regar en exceso las orquídeas. Si tienes dudas, toca el medio de cultivo y verifica si está húmedo o seco. Riega sólo cuando el medio de cultivo ya se ha secado. Cuando riegues tu planta, moja las raíces por unos 15 segundos. Nunca la dejes en un envase con agua estancada y remueve el exceso.

 

La autora es doctora en horticultura y especialista en Plantas Ornamentales del Servicio de Extensión Agrícola de Puerto Rico. Email: dania.rivera@upr.edu