Conoce variedades de la planta milkweed (Asclepias

Por Joandra S. Peña López*

Cultivar el algodoncillo o milkweed (Asclepias) en el jardín o en tiestos es una manera de fomentar la visita de la mariposa monarca (Danaus plexippus) a tu patio, como también de otros insectos polinizadores.

Existe un sinnúmero de plantas que proveen refugio y alimento a las mariposas, abejas y otros insectos beneficiosos, pero es el algodoncillo la fuente exclusiva de la mariposa monarca.

Mariposa Monarca. Foto: Pixabay.com 

Durante su ciclo de vida, en etapa de larva, la monarca se alimenta de las hojas de la planta. Ya en la fase de mariposa, se alimenta del néctar que producen las flores; proveyéndoles la energía necesaria para echar vuelo y migrar a otros lugares donde se reproducirá.

Cabe destacar, que el algodoncillo es beneficioso para la oruga de la mariposa monarca, pero puede ser letal para otras especies si sus hojas son masticadas. La planta produce un látex de color blanco que contiene esteroides llamados cardenólidos (toxinas glucosídicas o glucósidos cardíacos). Éstos podrían alterar el funcionamiento de músculos, órganos y sistema nervioso.

Es importante señalar que la planta no es para el consumo humano ni de las mascotas. Cuando estés podando y/o manejando la planta, utiliza guantes y ropa que cubra tu piel, para así evitar que el látex provoque alguna reacción alérgica o erupción cutánea.

Oruga de la mariposa. Foto: Pixabay.com

Curiosamente, las mariposas monarcas han desarrollado cierta inmunidad hacia este componente tóxico. Éstas lo absorben, por lo que producen una barrera de defensa que manifiestan a través de sus colores y un sabor amargo que aleja a los predadores.

El subgrupo del algodoncillo (Asclepiadoideae)  pertenece a la familia de las Apocynaceae. Existe una amplia diversidad de plantas que se distinguen por su tamaño, textura, color y forma de las hojas.

Por lo regular, la planta florece en racimos; cada uno contiene múltiples flores en tallos individuales que se desarrollan desde una base central.

Existen aproximadamente 75 especies de algodoncillo nativas de América del Norte, mientras otras 30 especies originarias de África Central y África del Sur. Entre las más conocidas está la common milkweed (Asclepias syriaca). Su época de floración es verano; viene en color rosa y púrpura claro. Le gusta la exposición al sol y la humedad del suelo debe variar entre medio y seco.

Asclepias syriaca. Foto: Unsplash

 

La planta produce un fruto en forma de cápsula que al secar abre y deja salir sus semillas. Éstas, con la ayuda del viento, se propagan. Foto: Agrochic

Otra característica peculiar del algodoncillo es que utiliza el viento para transportar sus semillas. La planta desarrolla una fruta o cápsula donde guarda todas sus semillas. Cuando madura, abre de forma natural liberándolas. Las semillas están compuestas por su base y por unas fibras con apariencia sedosa que ayudan a moverlas con el viento, lo que facilita su propagación.

Existen otras variedades de algodoncillo que cuentan con requisitos diferentes. Por ejemplo, la aquatic milkweed (Asclepias perennis), a diferencia de la common milkweed, requiere de un suelo húmedo y de sol con sombra parcial. Es nativa del sureste de los Estados Unidos y florece en las épocas de primavera, verano y otoño.

Algodoncillo tropical (Asclepias curassavica). Común en los patios de Puerto Rico. Foto: Agrochic

En Puerto Rico es muy común la variedad de la tropical milkweed (Asclepias curassavica). Es nativa de la región del Caribe, América del Sur, América Central y México. Sus hojas están compuestas de manera opuesta, lo que significa que una parte de las hojas crece en un mismo punto, pero en posición opuesta.

El algodoncillo tropical crece fácilmente a través del cultivo de sus semillas. Le gusta desarrollarse en pleno sol y le sientan mejor los ambientes con humedad constante.  Florece en las temporadas de primavera, verano y otoño. Sus flores son de color rojo y anaranjado.

Sus colores intensos atraen a mariposas, abejas y colibríes. Perfectas para embellecer tu jardín y atraer más vida silvestre.

*Sobre la autora:

Estudiante de periodismo en Universidad del Sagrado Corazón y participante del programa de práctica EntreMedios.

 

Fuentes consultadas: