Por qué mis niños necesitan un huerto

por Male Noguera Osuna

La lactancia quedó en el pasado. No tengo que comprar más pañales. Ya mi hija de tres años no brota más lágrimas en programación automática antes de entrar a la escuela. Mi hijo de seis se baña solo. Parece que llegó el momento de empezar a retomar mi vida. Woohoo!

Como no tengo planes de procrear un tercer hijo, ahora quiero otro tipo de bebé. Sí, uno que pueda cuidar, alimentar y ver crecer. ¡Quiero un huerto!

Todavía recordamos todos los bizcochos, las sopas y los experimentos culinarios que hicimos con las calabazas del patio. Foto: Male Noguera Osuna

El patio de nuestra casa no es virgen. En su etapa fértil nos dio calabazas, pimientos, especias, maíz, entre otros. Aún hay varios palitos frutales y una mata de guineo en una de las esquinas cercanas a los columpios de los nenes. Incluso, a diario guardamos las cáscaras de los alimentos que preparo en la cocina, para convertirlas en composta. Así que, para mis hijos es usual encontrar en nuestro patio lo que otros suelen ver solo en los supermercados.

El amor a la naturaleza se debe desarrollar desde edades muy tempranas. Foto: Male Noguera Osuna

No obstante, cuando hace un año dejé de trabajar desde mi casa para lanzarme a un horario fijo de oficina, nuestro fructuoso huerto se convirtió en un cementerio de plantas. La novedad es que este huerto en planes nos impone un nuevo reto: mantenerlo vivo.

Para esto, necesito a mi equipo, a mi pequeña familia compuesta por mi esposo y mis hijos, Salvi y Viole. Estos dos nómadas del patio aprenderán a regar plantas aún con los ojos medio abiertos; a ensuciar sus deditos con la esperanza de ver vida salir del suelo; a llevar frutos de la tierra a la cocina; a pompear sus paladares con sabores nuevos.

¡Throwback Garden! Mis hijos felices con una de las calabazas que nos dio uno de nuestros primeros huertos. Foto: Male Noguera Osuna

Ya los nenes están al tanto del plan familiar. Se emocionaron tanto que empezaron a hacer el listado de toda la parafernalia que necesitan para hacer nuestro huerto. Me parece que para Halloween haré un trueque de dulces por semillas. Jeje. ¡Sólo en un mundo ideal!

Tal vez todo esto suena utópico, pero por lo menos intentaremos. Y, en el proceso, compartiremos nuestra aventura huertera. Ahora es que es. ¡Eeee fua!

Y tú, ¿tienes un huerto o quieres hacer uno con tus niños? Cuéntame tu experiencia.

Trabajar en el patio les ayuda a canalizar toda la energía que tienen. Foto: Male Noguera Osuna

Siete (7) razones por qué mis niños necesitan tener un huerto:

Descubrimiento: Explorarán las plantas, la tierra, las lombrices, entre muchas otras novedades que brinda la experiencia de cultivar.
Responsabilidad: Cuidar las plantas es una excelente tarea que desarrolla carácter.
Causa y efecto: La atención que le brinden al huerto puede traer consecuencias positivas, al igual que negativas.
Amor por la naturaleza: Es una manera de aprender sobre el medio ambiente y respetarlo, de una manera segura.
Actividad física: Para hacer un huerto, ¡hay que moverse!

Cooperación: El trabajo en equipo es fundamental para que el huerto se haga realidad.
Nutrición: Cuando los alimentos llegan a la cocina, lo saludable toma importancia.

La autora.