Salteado con Yard Long Beans de mi huerto casero

por Perla Sofía Curbelo Santiago

Las vainas midieron aproximadamente 22 pulgadas cada una. Éstas ya tocaban el terreno. Recuerda dejar algunas vainas en la planta para secar y obtener semillas. Tiempo de cosecha desde trasplante, 45 días. Foto: Perla Sofía Curbelo Santiago

Hoy con mucho gusto disfruté cocinar y saborear mi primera cosecha de Yard Long Beans. Micro local y orgánico. No he parado de reirme y sobarme la panza. Contrario a lo que recomiendan otras huerteras y huerteros, yo sí preparé semilleros. De las semillas que sembré, que creo fueron cinco, sólo dos germinaron a los pocos días y ya el 1ro de agosto las trasplantaba directo al terreno y a pleno sol, justo al pie de un teepe casero que construí con tres palos de bambú. Pues como he ido aprendiendo, estas leguminosas son de crecimiento indeterminado, por tanto, necesitan soporte o crecer cerca de una verja para poder enredarse.

Lávalas con agua caliente para eliminar residuos de tierra, insectos y/o residuos de productos que hayas utilizado durante su cultivo. Córtale las puntas. Foto: Perla Sofía Curbelo Santiago

De las dos plantas, sólo terminó sobreviviendo una. Estaba dispuesta a protegerla contra lo que fuera: fuertes lluvias, el jardinero y mi perro Rocco, que en par de ocasiones, celoso por la falta de atención, trataba de ‘oler’ e inmiscuirse con aquella pequeña planta. Preparé el terreno con composta vegetal y más adelante le echaba un poco de estiércol de conejo curado. Al mes la planta comenzaba a enredarse e interesantemente es el tipo de cultivo que dejas de ver por algunos días y de repente te dan un estirón. A las pocas semanas le acompañaban en el reducido espacio varias plantas de calabaza y dos de girasoles.

Puedes cortar en trozos de 1 ó 1/2 pulgada para facilitar su cocción. Foto: Perla Sofía Curbelo Santiago

Admiré sus bellas flores de pétalos lila, las cuales abrían en la mañana y cerca del mediodía cerraban, cambiando a un color amarillento para al otro día verlas sobre el terreno, no sin antes desvelar las nuevas y diminutas vainas color verde monte. En este punto, ya sabía cuál sería el primer plato que prepararía con ellas: Stir Fry o salteado. La huertera Nydia E. Vicente publicó hace un tiempo en Agrochic.como una ‘guía’ sobre leguminosas, y ésta es una de las recetas que recomienda. Además de que es muy fácil de hacer.

Puedes añadir tocineta o cualquier embutido en pedacitos y le dará un toque exquisito. Eso sí, puedes eliminar la sal. Añade otros vegetales como tomates cherry o yellow pear para un rico contraste de colores. Foto: Perla Sofía Curbelo Santiago

Así que hoy, 45 días después de su trasplante, coseché ocho largas vainas que midieron casi 22 pulgadas cada una. Luego de lavarlas y cortar en pedazos, obtuve una taza y media. Y por ahí vienen más vainas. Todo esto de una sola planta. Por supuesto, si quiero tener más, hay que tener varias plantas. Algo que sí olvidé fue dejar par de vainas secar en la planta para guardar sus semillas. Pero ya consciente de ello, así lo haré próximamente.

Aquí mi receta por si quieres tratarla con las tuyas o con las que compres en el mercado. La preparé a ojo pero te daré medidas exactas para facilitarte la existencia.

Salteado rico en proteínas. Estupendo como acompañante o solo, dependiendo la porción y tu régimen alimentario. Foto: Perla Sofía Curbelo Santiago

Rinde para 2 personas dispuestas a compartir el amor por algo fresco, súper local y orgánico.

Ingredientes:

8 vainas de Long Yard Beans

2 cucharadas de aceite de oliva

½ cucharada de ajo molido

Pizca de sal y pimienta

¼ taza de vino tinto*

*Por si te interesa, utilicé un Pinot Noir argentino Reserva 2010 Del fin del mundo. Ese fue el que compró mi marido, y como estaba en la nevera…

Procedimiento:

Luego de cosechar. Lava las vainas con agua caliente y córtalas en trozos de una pulgada. En un sartén o wok, a fuego mediano, echa el aceite y el ajo molido. Cuando esté caliente, echa las habichuelas, y échale la sal y pimienta a gusto. Sofríe de tres a cinco minutos y luego echa el vino. Cocina por cinco minutos más. Sirve y buen provecho.

Comentario:

¡Me encantó! El vino ayudó a balancear el sabor del ajo y junto al aceite de oliva le dio un bello y brillante color verde oscuro a las habichuelas.

Consejo:

Tan pronto laves y cortes en pedazos las habichuelas, pruébalas crudas. Además de crujientes podrás notar el sabor de frescura, pero también la tierra donde creció. Cuando tienes un terreno saludable, cosecharás alimentos que son buenos para ti. La próxima vez que los compres en el mercado sabrás la diferencia.

Asegúrate de leer o repasar la ‘guía’ de leguminosas de Nydia E. Vicente para que conozcas sobre variedades y cómo sembrarlas. Oprime aquí el enlace.