El acodo

Por Perla Sofía Curbelo Santiago

Una de las partes más fascinantes del huerto es la propagación de plantas. Nuestro patio, o el área que hayamos designado para la siembra, se convierte de un momento a otro en nuestro laboratorio.

Siempre será emocionante llegar a tu casa con una planta, cuidarla, verla crecer y luego, en un abrir y cerrar de ojos, estás cosechando sus frutos, raíces, flores, semillas u hojas. Es en ese preciso momento que te das cuenta que quieres experimentar esa sensación de felicidad una y otra vez. Entonces, comienzas a guardar semillas, a dividir plantas y a cortar esquejes porque quieres seguir sembrando para tu felicidad.

Sin embargo, existen muchas plantas y árboles que resulta difícil su propagación por medio de semillas, esquejes o injertos así que hay que recurrir a otros métodos para lograrlo.

El acodo es una técnica de propagación de plantas vegetativamente que consiste en lograr que una rama de una planta eche raíces mientras sigue siendo parte de la planta madre.

Plantas y árboles como: el alelí, la acerola, el limón, los hibiscos, las rosas, las trinitarias, los gallegos, la granada y el kalancho, entre otros, se propagan por acodo.

Trinitarias. Foto: Pixabay.com

Según explica Carlos Mántaras, especialista en ornamentales y autor de la publicación Propagación de plantas por acodos, del Servicio de Extensión Agrícola de Puerto Rico, “la formación de raíces durante el acodo es estimulada por la acumulación de materiales que proceden de las hojas en el punto o área en que se hace el acodo, y que no pueden pasar por estar interrumpido el paso”.

Entre los usos prácticos de la técnica del acodo, Mántaras destaca que se utiliza para la perpetuidad de especies valiosas; para obtener plantas pequeñas que produzcan flores y/o frutas, y que continúen desarrollándose normalmente. La rama que acodemos tendrá las mismas condiciones que existían en la planta madre.

Acodo sencillo. Ilustración: Pearson Scott Foresman – Archives of Pearson Scott Foresman, donated to the Wikimedia Foundation. https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=3192151

¿Cómo se hace un acodo?

Existen varios tipos de acodo, entre ellos el sencillo, múltiple y el aéreo.

Propagación por acodo sencillo

Solo estimula el brote de raíces en una sola parte de la rama. Seleccionas una rama cercana al suelo, la doblas lo suficiente hasta que toque el piso (o la superficie de un recipiente lleno de tierra).

La parte de la rama que está en el suelo la cubres con tierra o cualquier material que retenga humedad. Forma un montículo pequeño y asegúrate que la punta de la rama está al descubierto.

Necesitará riego con frecuencia. Una vez el acodo forma sus raíces, cortas la rama de la planta madre y deja la planta nueva en el mismo lugar por varios días. Mántaras recomienda una (1) semana. Al cabo de este tiempo, puedes trasplantarla a otro lugar si así lo deseas.

Hibiscos. Foto: Pixabay.com

Propagación por acodo múltiple

Se parece al sencillo solo que estarás estimulando el crecimiento de raíces en varios puntos de la rama para obtener más plantas. En este caso, las ramas que decidas acodar deben ser largas y flexibles.

Repite el procedimiento del acodo sencillo.

Acodo aéreo. Ilustración: NC State Extension

Propagación por acodo aéreo

Es necesario cuando tienes ramas que no son tan flexibles o no pueden doblarse para llegar hasta el suelo. En este caso, Mántaras sugiere que escojas ramas jóvenes con al menos un año de haberse desarrollado y una pulgada de diámetro. Asegúrate que esté saludable y libre de insectos.

Una vez hecho, seleccionas un punto de 12 a 18 pulgadas del extremo de la rama, para hacer el acodo. Elimínale las hojas o pequeños tallos que puedan interferir con el proceso, a lo largo de seis pulgadas en el punto que seleccionaste.

Con una cuchilla limpia, da un corte uniforme en forma de anillo alrededor de la rama, y con mucho cuidado penetra con el filo del cuchillo hasta el final de la corteza. Luego, repite otro corte similar a una pulgada de separación del primero. Haz un tercer corte longitudinal uniendo los cortes en forma de anillo.

Cuidadosamente, remueve la corteza entre ambos cortes. Cubre el área acodada con material que retenga humedad (tierra, peat moss) formando una bola ya humedecida; elimina el exceso de agua y cubre con un pedazo de plástico; amarra los extremos con un cordón o alambre. A través del plástico podrás observar con facilidad el brote de raíces.

Tan pronto haya suficientes raíces formadas, corta el acodo utilizando un serrullo o tijeras de poda. Remueve el plástico con cuidado y coloca en un recipiente con agua para humedecer las raíces. Siembra en el lugar que desees.

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