Plantas para proteger y embellecer el huerto

por Perla Sofía Curbelo Santiago

En los centros de jardinería podemos encontrar un sinnúmero de hierbas que pueden servir de apoyo y hasta ornamento para nuestros huertos y patios. Por eso, siempre es recomendable aprovechar la visita para preguntar por plantas que podrían beneficiar el crecimiento de algunos de nuestros cultivos de vegetales como también que puedan controlar naturalmente la población de ciertos insectos antes que se conviertan en un problema.

La artemisa se cultiva a pleno sol y resiste largos periodos de sequía. Foto: Maine.gov

La artemisa se cultiva a pleno sol y resiste largos periodos de sequía. Foto: Maine.gov

La artemisa (Ambrosia artemisiifolia) es una de esas hierbas de crecimiento arbustivo que regularmente se recomienda tener en el huerto. Ésta se puede usar como repelente contra hormigas. Sin duda, insectos necesarios que nos ayudan a ‘limpiar’ la superficie del suelo de materia no deseada, como también en aerearlo a nivel subterráneo. Pero muchas hormigas son un problema. Precisamente, la berenjena es uno de esos cultivos que por lo regular atrae muchísimas hormigas a su tronco. Así que tan pronto notemos el problema, podemos sembrar una planta de artemisa, cerca o en el mismo tiesto de la berenjena porque ayuda a que las hormigas se disipen, o al menos disminuya su presencia. Luego de ello, podrías arrancar la hierba, pues si no se controla su crecimiento a través de la poda tiende a ocupar mucho espacio. En mi caso, prefiero mantenerla pequeña. Procura que el tiesto sea de cinco galones o más pues tiene un sistema de raíces fibroso.

Las flores de la artemisa pasan de verde a amarillo claro. Florece en verano y otoño. Foto: Maine.gov

Las flores de la artemisa pasan de verde a amarillo claro. Florece en verano y otoño. Foto: Maine.gov

La artemisa es una hierba anual que puede crecer hasta tres pies de altura, y como ya mencionamos, goza de muchísimas ramas, color verde oscuro en la parte superior de sus hojas, y grisáceo en el envés. Florece entre los meses de julio y noviembre. Sus flores son pequeñas, de color verde y luego cambian a amarillo. Siémbrala a pleno sol; es resistente a suelos secos y hasta casos extremos como sequía. Incluso, prefiere suelos estériles pues así no compite con otras plantas. Si padeces de alergias, mucha precaución cuando trabajes en el huerto porque la artemisa produce gran cantidad de polen.

La planta de incienso prefiere un clima fresco y suelo húmedo. Estupenda para interiores o terrazas. Crece muy bien en la sombra. Foto: Perla Sofía Curbelo Santiago

La planta de incienso prefiere un clima fresco y suelo húmedo. Estupenda para interiores o terrazas. Crece muy bien en la sombra. Foto: Perla Sofía Curbelo Santiago

Por otro lado, el incienso (Plectranthus madagascariensis), la cual no debe confundirse con la Boswellia sacra, de la que se extraen resinas aromáticas utilizadas comúnmente para perfumar nuestros espacios, es una hermosa planta de hojas verdes pequeñas y con bordes blancos. Estupenda para adornar el interior de nuestros hogares o terrazas. Crece muy bien en la sombra o bajo plantas más grandes que la protejan de los rayos del sol. Prefiere las temperaturas frescas. Necesita un sustrato rico en materia orgánica (puede ser estiércol curado de conejo o humus de lombriz). Para su rápida propagación, procura mantener el suelo húmedo; cuando eches agua asegúrate que la planta haya absorbido todo el líquido antes de volver a regar.

La planta de incienso es excelente para mantener en tiestos o utilizarla como ‘relleno’ en jardineras pues es de crecimiento abundante. La puedes propagar por esquejes o ramas.