Recomendaciones básicas

por Nydia E. Vicente
 
Hace un tiempo, una amiga comentaba en el muro de Agrochic, en Facebook, que se le hacía difícil la siembra de hortalizas en su terreno, por ser éste uno muy duro y pesado. Entiendo su situación, pues tengo ese mismo problema en el suelo alrededor de mi casa. 
 
Aún cuando tenemos la mejor de las intenciones en producir nuestros propios alimentos, en ocasiones las condiciones a nuestro alrededor aparentan no ser las más favorables. Seríamos muy afortunados si todos contáramos con suelos livianos y profundos a nuestro alcance. Sin embargo, no hay que perder las esperanzas, hay varias alternativas para remediar este problema. Las soluciones van a depender del tiempo, los recursos y el esfuerzo que cada quien esté dispuesto a invertir. ¡Así que manos a la obra!
 
La recomendación de los expertos para lidiar con este problema es formar camas levantadas (raised beds). Esta opción te permite además trabajar de manera cómoda, haces un mejor uso del espacio y puedes sembrar más plantas por pie cuadrado. Bien manejado, se pueden obtener rendimientos más altos, el mantenimiento es mínimo y el control de las malezas casi inexistente.
 
Se pueden usar materiales variados para demarcar el área de la cama, tales como piedras, ladrillos, bambú, madera, paletas de madera, bloques, borde plástico (plastic edging), madera plástica (plastic lumber), entre otros. Éstos definen el espacio claramente, lo cual facilita el mantenimiento. Sin embargo, no es absolutamente necesario colocar algo alrededor de las mismas, siempre y cuando mantengas los bordes limpios y libres de yerbajos.
 
Puedes utilizar un borde plástico para demarcar el área de la cama. Foto: Nydia Vicente
Para establecer algunas áreas en mi huerto, hemos usado algunos conceptos de un sistema con muchas variantes y nombres distintos pero que en esencia es básicamente lo mismo: Huerto en Capas, Camas levantadas, Camas de Arrope; en inglés: Chinese Vegetable Gardening, Compost Gardening, No-till-No dig, Lasagna Gardening TM, Sheet Composting. Todos ellos siguen unos principios básicos, donde se persigue practicar agricultura de modo natural y con la menor manipulación posible del ecosistema, manteniendo un balance entre los distintos componentes y elementos, a la vez que mejoramos las condiciones del suelo. 
 
El papel periódico evita que la grama y/o semillas se desarrollen o germinen. Foto: Nydia Vicente
El estiércol curado le provee al suelo nitrógeno, fósforo y potasio. Foto: Nydia Vicente
Además, acondiciona y mejora la estructura del suelo. Foto: Nydia Vicente
La idea es aumentar la fertilidad, mejorar la estructura, absorción y retención de agua y el drenaje en el suelo, a la vez que se fomenta el desarrollo de las poblaciones de organismos beneficiosos para nuestros cultivos. Otras ventajas incluyen un mejor control de las malezas y enfermedades y la comodidad que supone el no tener que arar ni trabajar el suelo.
 
Una forma de lograr los objetivos mencionados es enmendando el área de siembra, ya sea con abono verde (cultivos de cobertura), con diversos materiales orgánicos o creando una composta in situ, o sea, en el lugar donde se va a sembrar. En el caso de los huertos en capas, los materiales a usar son básicamente los mismos, independientemente de la fuente o referencia.
 
Generalmente, se sigue un orden específico para formar las capas, de acuerdo con el sistema que estemos tratando de reproducir. Como a mí me gusta experimentar, el orden en mis camas va a depender de lo que tenga disponible en el momento, siempre empezando con papel o cartón y terminando con heno y composta.
Lo más recomendable es usar lo que se tenga a la mano, reciclando o reusando la mayor cantidad de materiales posible. Cada uno de los componentes cumple unos propósitos, entre ellos :
 
Cartón o papel de periódico -Evitan que la grama, yerbajos o semillas que estamos cubriendo se desarrollen o germinen. Al degradarse aportan materia que mejora la estructura del suelo. La grama o yerbajos también añaden nutrientes al suelo.
 
Estiércol curado– Entre sus muchos beneficios podemos mencionar la adición de nitrógeno, fósforo, potasio y micronutrientes al suelo, a la vez que acondiciona y mejora la estructura del mismo. Contrario al nitrógeno inorgánico, el nitrógeno del estiércol se libera lentamente, lo cual evita las pérdidas por lixiviación, ya sea después de irrigar o por lluvias fuertes.
 
Composta– Aporta materia orgánica y microorganismos beneficiosos. Mejora la estructura del suelo y la capacidad de drenaje y retención de agua.
 
Material orgánico fresco (residuos de la cocina, frutas, vegetales, borra de café)Atrae lombrices y promueve el desarrollo de microorganismos al área, los cuales ayudan a descomponer el material orgánico en la cama. Una vez degradado, la aportación y funciones es similar a la composta curada.
Heno– Mantiene la temperatura y la humedad, evita la evaporación. Previene el salpicado, por consiguiente, se reducen las enfermedades. Protege contra la erosión y la compactación del terreno. Al compostarse, añade nutrientes y mejora la calidad del suelo.
 
Cada vez que establecemos algún área nueva de siembra en el huerto, generalmente utilizamos los siguientes: para la primera capa, papel de periódico, de estraza, de seda o cartón, le siguen estiércol de cabro, hojarasca, composta madura, heno, residuos de frutas y vegetales de la cocina, filtros y borra de café o té, frutas inservibles del patio, papel para reciclar desmenuzado. 
El heno mantiene la temperatura y la humedad, evita la evaporación. Foto: Nydia Vicente
Le añadimos una capa de hojas secas y durante dos a tres semanas se incorporaron en el centro de la cama todos los residuos vegetales de la cocina, frutas, filtros y borra de café. Foto: Nydia Vicente
“Al momento de sembrar, abro un hueco grande en el heno, lo lleno de composta y ahí coloco la planta.” Foto: Nydia Vicente
 
Lo ideal es que las capas sean lo más gruesas que se pueda y que las camas queden altas, pues, con el tiempo, según los materiales se van desintegrando, la altura baja considerablemente. Para las últimas capas usamos heno y composta. Al momento de sembrar, abro un hueco grande en el heno, lo lleno de composta y ahí coloco la planta. Se vuelve a tapar el área con heno. Es preciso recordar aquí que el heno debe usarse en camas que reciban mucho sol, de lo contrario, en lugares frescos o sombreados, las lapas y caracoles lo usarán de escondite.
 
Al cabo de un mes de mucha lluvia, nos pareció oportuno sembrar varias plantas de ají dulce, berenjena, claveles (marigold) y Cosmos. Salieron plantas voluntarias de papa y de calabaza. Eliminamos las papas, y la calabaza, casi sin darnos cuenta, se apoderó del lugar y sepultó las otras plantas. Se ha desarrollado tan vigorosa que la dejamos crecer a su voluntad, esperando que nos regalara abundantes frutos. 
Al cabo de un mes, salieron plantas voluntarias de papa y calabaza. Foto: Nydia Vicente
La calabaza se apoderó del espacio. Foto: Nydia Vicente
Ya empezaron a cuajar las primeras frutas y a juzgar por la cantidad de flores hembra que ha echado, por ahí vienen muchas más. Foto: Nydia Vicente
Calabaza. Foto: Nydia Vicente
La temporada de lluvia es un buen momento para comenzar a preparar camas de arrope en nuestros huertos. El agua ayuda a la descomposición de los materiales y en par de meses las mismas estarán listas para las siembras de finales de otoño e invierno.
 
Aquellos que no tengan tiempo para formar las camas y esperar a que el material se degrade, pueden usar una idea sugerida en el libro Starter Vegetable Gardens: 24 No-Fail Plans for Small Organic Gardens de Barbara Pleasant. Ella sugiere demarcar las áreas de siembra colocando bolsas de tierra ya lista sobre los lugares en donde vayan a sembrar. Se hacen pequeños huecos en las bolsas y se siembran las plántulas. Al final de la temporada, luego de la cosecha, se eliminan los plásticos de las bolsas, se esparce la tierra, y la grama que estaba debajo de las bolsas ya estará compostada y el área definida para la próxima siembra.
Los que deseen aprender un poco más sobre ésta y otras alternativas que cubriremos en la segunda parte de esta nota pueden consultar en la Internet, donde se consiguen muchos documentos, vídeos y hasta libros sobre el tema de forma gratuita. Recomiendo, especialmente los escritos, libros o vídeos de Masanobu Fukuoka, Emilia Hazelip y Toby Hemenway.