Lo más importante que debes saber sobre esta hortaliza que parece una papa

Por Perla Sofía Curbelo Santiago

La primera vez que probé los lerenes (Calathea allouia) fue en casa de la amiga y huertera Carmen Arteaga. Ya de esto hace más de cinco años, la visitaba en su casa de San Juan precisamente para buscar algunas semillas de esta hortaliza de raíz, muy cultivada por los Taínos, y que ella, siglos después cultivaba en su finca, en el municipio de Canóvanas. Recuerdo, como si hubiera sido ayer, que comí lerenes hervidos con sal. De color crema, parecían pequeñas papas pero crujientes. Más adelante te cuento qué le pasó a mi cultivo casero.

Foto: Manuel Díaz

Cuando las hojas empiezan a secar (al cabo de 10 meses) es tiempo de cosecha. Foto: Manuel Díaz

En Puerto Rico le llamamos lerén a esta planta perenne, mientras que en Cuba se le conoce como yerén o llerén. En Haití topinambour; yuquilla en Guatemala y lairém en Brasil.

El ciclo vegetativo del lerén es tan largo (10 a 12 meses) que muchos agricultores pequeños no lo cultivan comercialmente. Sin embargo, lo podemos encontrar en huertos caseros y fincas privadas como la de Carmen, de esta manera mantenemos viva la agricultura ancestral.

Foto: Manuel Díaz

Puedes producir lerenes en tiestos. Foto: Manuel Díaz

Recientemente, el agrónomo Manuel Díaz publicó en una de sus redes sociales su experiencia con el cultivo del lerén en tiesto. Según me comentó vía telefónica, la mejor época para sembrar es durante los meses de marzo y abril, y luego mucha paciencia.

Requisitos de siembra

Si logras conseguir semillas, al lerén le gusta el terreno suelto, indicó Díaz. En caso que estés preparando la mezcla, recuerda utilizar un poco de arena de río. Es de pleno sol y en tiempo seco necesita riego al menos tres veces a la semana. Mucho cuidado con inundar el área. No necesitas mucha profundidad para sembrarlos. Se reproduce vegetativamente por rizomas.

Foto: Manuel Díaz

El lerén se reproduce vegetativamente por rizomas. Foto: Manuel Díaz

Foto: Manuel Díaz

Las semillas o hijos crecen alrededor del lerén comestible. Foto: Manuel Díaz

Cosecha

Al cabo de los ocho meses, la parte vegetativa comenzará a secarse, tal y como sucede con el cúrcuma y el jengibre, este es un indicador de que se acerca la cosecha.

Según Díaz, quien es administrador de la Estación Experimental Agrícola (EEA) en Gurabo (Puerto Rico), para facilitar la cosecha debe cortarse la parte vegetativa, y si sembraste en tiesto, remover cuidadosamente.

La parte comestible de la planta de lerén es un poco más pequeña y más dura que las baby potatoes, tal y como describí al principio del post. Alrededor de los lerenes se podrán observar las semillas que pueden ser del tamaño de unas canicas. Luego que se separan los lerenes de las semillas, se limpian y éstas se re siembran.

Foto: Manuel Díaz

Re siembra las semillas en terreno suelto y con luz directa. Foto: Manuel Díaz

El agrónomo me hizo la salvedad que si sembramos el lerén comestible éste no crecería, solo crece la semilla.

De acuerdo con Díaz, su pequeña cosecha le produjo alrededor de 1 libra de lerenes y un poco más de una docena de semillas. Aunque no tiene semillas disponibles para la venta, Díaz recomendó indagar con huerteros y agricultores pequeños. Asimismo, resaltó que municipios como Patilla, al sur de la Isla, se les ha reconocido como lugares en donde encontrar con frecuencia el cultivo porque se caracteriza por sus terrenos arenosos.

Luego de hervirlo por 15 ó 20 minutos, el lerén puede mezclarse en ensaladas y platos a base de pescado.

Foto: Manuel Díaz

En tiempo seco, tu planta de lerenes necesitará riego al menos tres veces en semana. Foto: Manuel Díaz

Recuerdo que tan pronto regresé a mi casa, sembré las semillas de lerenes que Carmen me había regalado. Las sembré en una goma vieja. En poco tiempo vi como se iban desarrollando los brotes de la planta (la macolla). Esperé los 10-12 meses hasta que empecé a ver como el verde de las hojas se iba marchitando. En vez de revisar inmediatamente, quise dejar que pasara un poco más de tiempo hasta que las hojas estuvieran completamente secas. Sin embargo, en uno de esos días que dejaba a mi perro Rocco pasearse por el patio delantero (donde estaban los lerenes) me descuidé y éste se encargó de escarvar toda el área del cultivo. Esparció las pequeñas semillas, sólo alcancé salvar algunas. Creo que la planta solo produjo un lerén. La frustración se apoderó de mí y nunca re sembré los rizomas de mis semillas. Dejé secar las semillas y con ellas mis ganas de retomar el cultivo. Quien sabe si ahora, en este nuevo año, y con el tanque de paciencia repleto, lo vuelvo a intentar.

Para comunicarte con el agrónomo Manuel Díaz puedes llamar a la Estación Experimental Agrícola en Gurabo: 787.737.3511 ó 787.737.2601.

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