Qué características debería tener nuestro partner

Por Perla Sofía Curbelo Santiago

Yo siembro sola. Creo que como yo, muchísimas personas más. No necesariamente porque así lo queremos, sino porque ha sido lo más conveniente debido a nuestro estilo de vida. Sin embargo, es algo que a mí me interesa cambiar en este nuevo año.

Por supuesto, intercambio de vez en cuando semillas, esquejes, plantas y consejos con amistades que tienen intereses similares. Incluso, de vez en cuando, participo de actividades y encuentros grupales. Pero estar comprometida con una persona que me apoye constantemente en las tareas de mi patio y jardín, y yo hacer lo mismo por ella, aún no se ha materializado. Y está bien, porque para un garden partner tenemos que estar listos y dispuestos.

Un garden partner es resultado del tiempo, confianza y compromiso. Puede ser un familiar, tu mejor amiga, tu pareja o alguno de tus hijos. Es una persona en la cual podemos depender cuando sea necesario. Máxime cuando se trata de compartir un espacio tan íntimo y personal como lo es el huerto y jardín.

Garden partner

Confías en tu garden partner porque conoce en detalle qué necesitan tus plantas. Foto: Pixabay.com

Entre sus ventajas:

Es alguien que sabes verás con frecuencia, te acompañará al centro de jardinería o vivero, y te dará su ‘humilde’ opinión sobre qué tiesto o fertilizante deberías comprar. Es la persona que te cuidará el huerto cuando estés de viaje, porque realmente sabe cuánta agua necesitan tus plantas; y es quien te mantendrá animada para que termines, de una vez y por todas, ese proyecto especial en el patio.

Garden partner

Un garden partner te acompañará al centro de jardinería y te dará opiniones. Foto: Pixabay.com

“A mí me encantaría sembrar pero no tengo tiempo. Tal vez en un proyecto como el que propones de acompañamiento lo haría, por aquello de tener un compromiso con una persona”, comentó Zaima Negrón Guzmán, cuando preguntamos en el muro de Agrochic en Facebook sobre la posibilidad de un garden partner.

De la misma manera que prestamos atención a las relaciones sentimentales y/o de negocios, podríamos hacer lo mismo si de verdad nos interesa contar con el apoyo de otro garden lover.

Hace poco leía un artículo sobre las tres características de un gran compañero de negocios, y me pareció que las mismas pueden aplicarse al momento de buscar a nuestro garden partner.

Integridad del partner

Tener confianza mutua sin ningún tipo de reservas. Esto implica sentirte completamente cómoda de dejar en las manos de la otra persona tu patio, ya sea por una semana o un mes.

Ética laboral del partner

Escoge a alguien cuya ética de trabajo sea similar a la tuya. Puede ser alguien que trabaje tanto o más que tú, pues te motivará a mejorar y a mantenerte al día en tus proyectos huerteros.

Valores del partner

Tienen que estar de acuerdo en los asuntos más importantes, de lo contrario no funcionará. Por ejemplo, si eres una persona que cree en aplicar métodos orgánicos exclusivamente, y la otra persona no, esto podría traer discusiones, a menos que se haga con respeto y cada cual siga las reglas del otro en sus respectivos patios.

El autor del artículo sugiere conversar antes de tomar cualquier decisión. Coincido. Esto no es una carrera, es un maratón. Éste recomienda que nos miremos primero al espejo antes de ponernos a buscar un partner (en este caso un garden partner). En otras palabras, no podemos exigir lo que no estamos dispuestos a ofrecer. “Trabaja en ser el tipo de compañero que te gustaría tener”, añade.

Por su parte, Dania Rivera Ocasio, colaboradora de nuestro blog en temas de plantas ornamentales, compartió su experiencia ya que era la primera vez que escuchaba sobre el concepto:

“Mi interés por las plantas ha sido herencia. No es una sorpresa pensar que mi ‘garden partner’ es mi papá. A él todo el mundo le consulta todo tipo de tema de siembra de plantas, aún delante de mí, y aunque yo tenga un doctorado (en horticultura), él tampoco confiaba mucho en mis conocimientos hasta que le enseñé a hacer composta.

Ahora, todo desecho vegetal en casa de mis padres es desviado para la composta, que ha demostrado ser excelente. La horticultura es una tarea que le apasiona y que a pesar de la pérdida de visión ha podido seguir disfrutando. Ir juntos al jardín centro es toda una aventura. Yo le describo los equipos nuevos y las plantas, y de ahí salimos con nuevos proyectos.

Él también me ayuda a arreglar las herramientas. Hace poco, me ayudó a trasplantar unos plátanos ‘cuerno de arce’; me ayudó a hacer el hoyo, trajo de su composta y los sembramos juntos. En agradecimiento, se llevó los demás ‘hijos’ (o semillas) para sembrar en su casa, y compartir con su vecino”.

Sugerencias de Dania al seleccionar nuestro garden partner:

Trasfondos diferentes

“Mi papá aprendió por experiencia, y yo por estudios, libros y acceso al Internet. Esto es un excelente complemento. Si no estamos de acuerdo, intentamos ambas formas (de ahí sale una mini investigación)”.

Vehículo

“Uno de los dos debe tener un vehículo adecuado. Yo soy la que tiene una guagua, aunque no es de carga, podemos ir juntos y llenarla de tierra, plantas y herramientas”.

Condición física

“Si vamos a sembrar en el campo, me encanta que papi pueda hacer la fuerza necesaria para hacer un buen hoyo. Ambos podemos estar sudando y ensuciándonos unas cuantas horas”.

Garden Partner

Un verdadero garden partner comparte su abundancia. Foto: Pixabay.com

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“Debe ser una persona que comparta cortes (esquejes) de sus plantas y tú le des de las tuyas. No puede ser una persona que se moleste si te llevas un pedazo de sus plantas. El intercambio es natural y necesario. Si van de compras, compran una sola planta y la dividen, como también se dividen el paquete de semillas”.

Todos estos consejos nos sirvirán de guía para motivarnos a comenzar nuestro proceso de búsqueda, y de una vez conocer qué estamos dispuestas a ofrecer de nuestra parte. Recuerda que son solo sugerencias y lo más importante es que te sientas cómoda con tu decisión. Además, no todas las actividades del patio tienen que realizarse en compañía. Siempre que te comprometas con alguien, recuerda que debe funcionar para ambas partes.

¡Feliz siembra!

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