Por Perla Sofía Curbelo Santiago

La gente también se casa en su patio, o en el patio del vecino.

Hace unos días, mientras navegaba la red social de Twitter, me topé con un post del colega comunicador José Izquierdo, quien en una de sus caminatas por su vecindario (antes que sonara la alerta del toque de queda) se topó con una escena “mágica”, la cual, desde el distanciamiento físico, capturó con su dispositivo móvil, publicó en su cuenta y el resto se los cuento aquí.

El “tweet” de José Izquierdo. Captura de pantalla.

Era una ceremonia nupcial, sencilla, los novios y dos o tres personas más. La pareja se casaba bajo un hermoso árbol lleno de luces. Mi amigo José no conocía a los novios, ni quienes eran los dueños de la casa con el “jardín mágico”, y hasta unos días antes del evento, los novios tampoco.

Serie digital patrocinada, del 15 de abril al 14 de mayo 2020.

Resulta que Alexandra Marie Rosado y su prometido Brandon David Huff, residentes en San Juan, tenían pautado casarse el pasado sábado, 18 de abril en un hotel de la zona metropolitana.

Sin embargo, la pandemia por el COVID-19 pospuso sus planes de boda primaveral.

La joven pareja quiso, de alguna manera y bajo estrictas medidas de seguridad, honrar la fecha y darse el “sí”, aunque fuese en una ceremonia simbólica. “Esta era nuestra fecha original de la boda”, comentó Alexandra, vía comunicación electrónica. “De no estar en pandemia la hubiésemos celebrado en el [Hotel] Marriott, de Isla Verde, frente a la playa”, añadió, la veterina.

Alexandra y Brandon. Foto suministrada.

Ambos esperan poder celebrar el casamiento, según planificado y junto a todos sus seres queridos, a finales de año.

Tanto Alexandra como Brandon querían realizar la ceremonia simbólica en un lugar al aire libre, rodeados de Naturaleza, y que, por supuesto, les quedara cerca de su hogar.

Cuando Alexandra regresaba a su hogar, luego de un largo día laboral como veterinaria [trabaja en el Centro Médico Veterinario de Guaynabo] vio árboles iluminados. “El patio de Marta y Rafi [los vecinos desconocidos] tiene un encanto particular. Sobre todo esas luces en los árboles de mangó y aguacate. Siempre me llena de alegría pasar por la calle hacia mi casa y verlo encendido. Antes de saber sus nombres eran los “dueños del árbol con luces bonito”, recordó la especialista en salud animal.

El venue. Desde la distancia, el patio de los vecinos. Foto: Suministrada.

El venue alternativo para la boda estaba seleccionado. Ahora solo faltaba el permiso y una planificación a prisa. Así que Alexandra y Brandon, quien es chef en una fábrica de pasta fresca, El Ravioli Tostao, procedieron a escribirle una carta.  

La carta a los vecinos desconocidos

12 de abril 2020

“Vecinos del árbol con luces bonito:

Hola, esperamos que ustedes y sus familiares estén bien y saludables. Nosotros somos Alexandra y Brandon, vivimos en la casa: ______.

Se supone que este próximo sábado 18 de abril estuviésemos celebrando nuestra boda, pero debido a la pandemia de coronavirus no vamos a poder hacerlo como imaginábamos.

Desde que nos dimos cuenta que íbamos a tener que posponer la boda hemos estado en busca de un lugar cerca de casa, al aire libre y hasta cierto punto mágico que nos permita celebrar íntimamente  nuestro compromiso de amor ese día.

Luego de muchas ideas y posibles escenarios, una tarde llegando a casa vimos la luz. No sabemos como no lo habíamos pensado antes, ya que siempre que estamos de camino a nuestro hogar, ver su arbolito encendido nos llena de alegría. Él siempre brillante y orgulloso, frente a un terreno vacío que exalta aún más su grandeza.

Nos quedó claro que en su árbol con luces bonito, justo ahí y en todo su esplendor, queremos jurar nuestro amor eterno este sábado, 18 de abril de 2020. La ceremonia serían Alex, Brandon y el tío de Alex que serviría de fotógrafo (ustedes como dueños de la casa del árbol y facilitadores de este sueño, tendrían acceso VIP a la ceremonia,  de interesarles).

Quisiéramos que fuese entre atardeciendo y de noche para que esa luz mágica que emite su árbol encendido quede plasmada en todas y cada una de las fotos.  Entendemos que en tiempos de distanciamiento social (y sobretodo a unos desconocidos) abrir su patio para nosotros a lo mejor no sea una opción.

Si no podemos estar directamente bajo su árbol con luces bonito, entonces queríamos preguntarles si nos harían el honor de encenderlo de 6-8 pm y nosotros celebrar nuestro amor del otro lado de la verja en el terreno vacío.

Nos pueden llamar o enviar texto con su decisión al celular de Alex: 787.000.0000 Esperamos poder contar con ustedes y, en algún futuro, poder decirle a nuestros hijos “Ahí, donde está ese árbol con luces bonito, en tiempos del coronavirus y gracias a unos vecinos que no conocíamos fue donde mamá y papá se casaron por primera vez.”

Estaremos sumamente agradecidos por el resto de nuestras vidas con la opción que elijan.  

Los novios desconocidos,

Alex y Brandon.

La pareja bajo el árbol de mangó. Foto: Suministrada.

Esta carta lo es todo. Sí, muchísimas personas deciden utilizar sus jardines o los jardines de amigos para llevar a cabo celebraciones como cumpleaños y bodas. Son las circunstancias.

Es recordarnos también que la vida continúa y que está de parte de nosotros aceptar todo aquello que no podemos cambiar, adaptarnos, hacer los ajustes, y seguir hacia adelante.

Alexandra con el ramo de flores que le preparó su mamá. Foto: Suministrada.

Alexandra se visitó sola, pero su mamá, quien vive en una finca en Morovis, le preparó el ramo y se lo hizo llegar. “Mi ramo de flores me lo hizo mi mamá con flores de su finca en Morovis. Entre ellas habían helechos, orquídeas, trinitarias”, comentó.

Doña Aida, la mamá de Alexandra, quien no asistió a la ceremonia por seguridad, pero sí le envió el ramo a su hija. Foto: Suministrada.
El ramo llegó desde Morovis. Foto: Suministrada.

Alexandra y Brandon son garden lovers. En su casa tienen árboles de guanábana, parchas, papaya, acerola, limones y plátanos. En un futuro cercano, Alexandra espera retomar el huerto casero.

Mientras tanto, los recién casados por ellos mismos, ya tienen una historia mágica que seguirán contando por el resto de sus vidas. Una historia de amor, suspenso, pandemia, árboles, plantas y un patio mágico.

El beso bajo el árbol de mangó. Foto: Suministrada.

 

Gracias José Izquierdo por la conexión.