Huertera en Zona 7

por María Esther Vives Rodríguez

Hace dos semanas, conversaba sobre comida y un señor me preguntó: “¿qué ingrediente es necesario para la comida puertorriqueña?” ‘¡Sofrito!’, pensé, pero no es un sólo ingrediente. Sin embargo, esa fue la respuesta que di porque el olor y el sabor del sofrito no se puede separar en sus componentes básicos. Recao, pimientos, ajíes, ajo, cebolla y sal, todos juntos en la licuadora y después a la olla para cocinar todo lo que sea guisado. Ese olor es el que nos transporta a nuestra niñez y nos hace puertorriqueños sin importar nuestras creencias ni donde vivamos.

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Siempre hago mi sofrito en casa. El problema es que no consigo dos de los ingredientes principales: el recao y los ajíes dulces. No los he podido sembrar. Ni siquiera me germinan las semillas a pesar que he tratado de muchas formas. Tampoco los encuentro en el supermercado. No hay muchos puertorriqueños en mi ciudad. Así que sustituyo el recao por cilantro (culantro) y los ajíes por más pimiento morrón. No sabe igual pero es mejor que nada.

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   Pimientos frescos listos para deshidratar. Foto: María Esther Vives Rodríguez

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   Los pimientos luego de deshidratados. Foto: María Esther Vives Rodríguez

Hace dos años, justo antes de salir de viaje con mi familia, tenía planificado hacer habichuelas guisadas pero no había espacio en la neverita para el sofrito. Busqué en la alacena y vi que tenía cilantro deshidratado, ajo y cebolla en polvo. Lo mezclé rapidito y lo eché en una jarrita. Me olvidé de mi ‘sofrito seco’ hasta que planifiqué un viaje de acampar con un grupo de jóvenes.

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    Los ingredientes básicos ya combinados. Foto: María Esther Vives Rodríguez

Lo único que usábamos era sal para sazonar las habichuelas. ¡Imagínense eso! Una semana antes de empacar la mochila, coseché pimientos y cilantro de mi huerto, compré ajo y cebolla granulada, deshidraté el cilantro y lo puse en el procesador para cortarlo. Rebané los pimientos y los deshidraté. Luego los corté en pedacitos pequeñitos y lo dejé secando un poco más dentro del horno a menos de 100 grados. Lo mezclé todo y así nació mi Sofrito Seco. ¡Fue todo un éxito! Las muchachas se comieron todo y querían más.

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Mi Sofrito Seco es muy conveniente cada vez que viajamos, y ha sido muy apreciado como regalo de Navidad y Reyes. Sin preservativos, a diferencia de los sofritos de pote que venden en el supermercado, es una alternativa sana y segura para llevar el sabor de Puerto Rico a donde quiera.

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El sofrito es considerado la base de la comida puertorriqueña. Foto: María Esther Vives Rodríguez