Recorrido por Detroit
Experimentando la ciudad detrás del volante
por Perla Sofía Curbelo Santiago
Primero de una serie sobre Ford NAIAS
Hace unos días concluyó en la ciudad de Detroit, Michigan, la edición número 25 del North America International Auto Show, (NAIAS), a la que tuve la oportunidad de asistir, en representación de Agrochic™, para presenciar uno de los eventos más importantes para la industria automotriz y, sin duda, esencial para la maltrecha economía de esta metrópoli, conocida también como ‘Motor City’.
La convención tuvo una duración de dos semanas (13-26 de enero) en el Joe Louis Arena/Cobo Hall, claro, yo estuve sólo tres días como parte del grupo de Ford NAIAS Bloggers. Una actividad coordinada por la empresa del óvalo azul que reúne a blogueros y blogueras de diferentes partes del mundo y les somete a una intensa, divertida, experiencial y educativa agenda (más adelante compartiré más adjetivos). Cabe destacar que la primera semana del NAIAS está reservada para las presentaciones y lanzamientos de todo tipo de autos y camionetas ante los medios de comunicación que allí se dan cita, y la segunda semana abre sus puertas al público en general.
Esta es la primera nota de varios contenidos que publicaré en los próximos días relacionados con mi experiencia en el FordNAIAS. Definitivamente fue noticia el lanzamiento de la nueva F-150 de Ford y la presentación del Mustang 2015, modelo icónico que celebra 50 años de continua producción. Pero también la actividad resultó en una excelente plataforma para el intercambio y conexión no sólo para el beneficio de la reconocida empresa automotriz sino también para nosotros los comunicadores. Nuestro paso acelerado y la riqueza de las dinámicas en las que participamos propició una interacción profunda y significativa para poder disfrutar de los recursos a nuestra disposición como también de los compañeros periodistas que cubrían diferentes ángulos del evento para sus respectivos medios.
Sí, todos estabamos conectados a nuestros dispositivos electrónicos y cámaras pero había un interés y gran curiosidad en conocer el trasfondo de los participantes. Desde blogueros y blogueras especializados en autos hasta blogueros enfocados en medio ambiente, fashion y familia, como fue el caso de Shelby Barone, fundadora del sitio OC Mom Blog, en Orange County y dedicado a reseñar la diversidad de experiencias de madres de esta reconocida zona californiana. Inmediatamente la conecté aquí en Puerto Rico con Zelma Rivera de YoSoyMami.com. Ya les contaré de otros comunicadores a través de mis próximas columnas.
Mi 2014 Ford Fiesta ‘Test Drive’
Sin duda fueron muchas las experiencias, pero en un evento de autos había que conducir aunque fuese uno…y lo hice. El equipo de Ford me pareó con un modelo Fiesta de cuatro puertas color azul, ideal para un tour citadino. Los blogueros fuimos pareados con diferentes vehículos según nuestras contestaciones en un breve cuestionario que llenamos el primer día: tres palabras que nos definieran y cómo describiríamos nuestro día ideal.
Anson Dixon, del equipo de Ford Canada, fue mi copiloto. ¡Cómo disfrutamos de esta prueba! Soy de las que pienso que cuando estás en una ciudad desconocida pero experimentas lo mismo que sus ciudadanos dejas de ser turista para convertirte en viajera. Me explico…la prueba del vehículo no fue en un recinto apartado sino que, siguiendo una ruta preparada por Ford, tuve la oportunidad de conducir en por la autopista, avenidas y calles desde Dearborn, una ciudad que forma parte de la zona metropolitana de Detroit, y donde ubica Ford Motor Company, hasta el mismo centro urbano de Detroit.
Una ruta de poco más de nueve millas de distancia y que se llega en unos 15 minutos, sin embargo con el tráfico de la mañana y el pavimento húmedo por la nieve derretida puede hasta triplicarse. Así que me acomodé detrás del volante y con toda emoción y susto nos aventuramos en el tapón mañanero hacia la ciudad de Detroit. Debo confesar que los primeros diez minutos fueron de pura tensión: frío, nieve, tráfico y un auto nuevo… Sin embago, gracias a Anson y por supuesto, a las amenidades del Ford Fiesta, la confianza se fue apoderando de mí.
Aproveché la travesía para conocer un poco más sobre mi compañero de viaje, quien también participaba del Ford NAIAS como facilitador de varios blogueros canadienses. Vive en Toronto, ingeniero de profesión que lleva 14 años con la empresa.
En vez de depender del sistema de GPS disponible en el vehículo decidimos seguir los letreros que identificaban la ruta Ford. Teníamos música de fondo que podíamos activar a través de comandos de voz, pero la mantuvimos bajita para poder entendernos y estar pendientes de las salidas correspondientes y evitar perdernos. Pero claro, media hora después y ya en Detroit dejamos que la curiosidad dictara nuestro paso y nuestras paradas.
Ya Anson sabía de mi interés por la agricultura urbana, así que tan pronto veíamos un huerto comunitario era una parada obligatoria aunque fuese para ver cajones vacíos o con el rastro de cultivos que ya habían sucumbido al frío de la temporada, sobre todo después del paso del ya famoso vórtice polar que azotó a los Estados Unidos con temperaturas extremadamente bajas no aptas para una boricua acostumbrada a vivir en los 90º grados.
Me fascinó la arquitectura de la ciudad de Detroit, sus rascacielos, edificios, sitios históricos y sus murales. Incluso contemplar edificios desolados o en ruinas. Es una ciudad que me encantaría visitar en pleno verano. Cabe destacar que la arquitectura de la ciudad es reconocidad por estar entre las mejores de los Estados Unidos. Tiene una de las más grandes colecciones existentes de finales del siglo 19 y principios del siglo 20.
La ciudad vive un momento de cambio y proceso de recuperación. Le presta gran atención a proyectos agrícolas como una de sus posibles soluciones para la recuperación económica y social de la ciudad. Existen más de 100 huertos comunitarios y escolares a través de la ciudad, y tan reciente como el año pasado se aprobó un código en agricultura urbana facilitando el establecimiento de huertos en lotes y edificios abandonados. Además, para viabilizar la conexión entre ciudadanos y el acceso a alimentos frescos.
El Fiesta me resultó muy cómodo y práctico (la temperatura estaba en los 45º grados) pues para poder contemplar una ciudad como Detroit, con tan altos y amplios edificios necesitas mucha amplitud en el área de parabrisas. Nada que se interponga en tu vista. Esto me parece estupendo, sobre todo porque para efectos de seguridad en la carretera quieres tener una buena visibilidad de todos lados y no perderte nada. Fácil manejo y cómodo para estacionar en espacios pequeños. Se te olvida que estás al volante de un carro pequeño pero interesantemente espacioso. Te acostumbras rápido a manejarlo y ya luego no quieres soltarlo.
Finalmente, luego de la parada oficial frente al estadio de los Tigres de Detroit, y posar para el recuerdo, Anson y yo comenzamos nuestro regreso para entregar el auto y yo participar de par de conferencias programadas en uno de los salones del reconocido Dearborn Inn. Este hermoso hotel, construido en los años 30, por petición de Henry Ford, forma parte del Registro Histórico Nacional. Mi nuevo amigo Anson me tentó con un recorrido por los famosos jardines y parques públicos de la ciudad de Toronto. Esto me suena a un pareo de Fiesta.
Algunos datos del vehículo: 29 millas por galón en ciudad, 38 millas por galón en autopista. Transmisión automática de 6 velocidades PowerShift (disponibilidad tardía); Techo corredizo eléctrico (opcional); Tecnología Ford SYNC® de conectividad, activada por voz en el interior del vehículo y puerto USB; Tecnología EcoBoost; Controles de sonido montados en el volante
Nota: Ford Motor Company pagó por mi viaje y estadía durante los tres días del NAIAS Digital Summit. No fui compensada de otra forma por mi tiempo. Las opiniones publicadas aquí son mías.