Plantas y mascotas
10 consejos para mantener la armonía entre ambas
Por Perla Sofía Curbelo Santiago
Tus plantas y mascotas sí pueden convivir en paz.
Ya sea que tengas un perro o un gato (tal vez ambos), y estás comenzando a desarrollar tu afinidad por las plantas, o viceversa, estás integrando una mascota a tu hogar, puedes llevar a cabo varias medidas preventivas para reducir riesgos, dolores de cabeza, estrés y gastos extraordinarios para tu bolsillo. Créeme, estas acciones contribuirán a mejorar tu armonía hogareña.
Conoce con quién convives
Independientemente de quién llegó primero, si el perro o la Monstera, es importante que conozcas los requisitos de ambos. En el caso de la planta sus necesidades más obvias, pero también sus posibles efectos en caso de que el animal mastique e ingiera sus hojas, en menor o gran cantidad. Y así con todas las plantas bajo tu cuidado, dentro y fuera del hogar, pero en especial las que están ubicadas en el área donde pasará más tiempo tu mascota.
Asimismo, conoce aún más sobre la conducta de tu perro o gato alrededor de las plantas. Si es curioso, o le da lo mismo que tengas una o 20 plantas. Oriéntate sobre su raza y si ésta es más sensible a unas plantas en particular.
Una breve radiografía de ambos “miembros de tu familia” te permitirá crear un plan estratégico para diseñar o reajustar mejor el espacio en tu hogar para evitar malos ratos por tiestos destruidos, plantas arruinadas o visitas de emergencia al veterinario.
En Estados Unidos, cada año, 1 de 3 dueños de mascota gastan entre $800 a $1,500 solo en servicios de emergencia veterinaria. En el 2019, se gastaron alrededor de $19,000 millones en atención veterinaria.
Aquí diez recomendaciones básicas para tu tranquilidad y la seguridad de tus mascotas y plantas:
1. Selecciona cuidadosamente tus plantas
Favorece plantas que representen poco un ningún peligro para tus mascotas. Algunas plantas pet friendly son la Parlor Palm, Pilea, Calathea o Bird´s Nest, entre otras. Si entre tus plantas tienes algunas que podrían representar un peligro, repiensa su ubicación basado en sus requisitos de mantenimiento o crea una barrera para evitar que tu perro o gato las alcance.
2. Añade plantas beneficiosas
Si tu perro se siente mal, consumirá instintivamente aquellas plantas que le ayudarán a sanar. El problema, según los expertos, es cuando no tiene opciones para masticar y lo único disponible en el patio o dentro de la casa son plantas cuyo follaje pudiese intoxicarle. Siembra en los alrededores hierbas como la menta, que contribuyen a mejorar sus problemas de indigestión o náuseas; y el romero, que promueve su sistema inmunológico. Otras plantas que podrías mantener entre tu colección (y con supervisión) son la sábila para uso tópico en caso de golpes, irritaciones o quemaduras menores. Con las flores de la caléndula puedes preparar lavados antisépticos para tratar heridas leves; y con la camomila, con propiedades relajantes, puedes preparar infusiones para perros alterados. Antes de proveerle a tu mascota cualquier remedio casero, consulta con un profesional veterinario.
3. Educa a tu mascota
Siempre puedes invertir recursos para enseñarle a tu perro a respetar tus plantas en el interior de la casa y en el patio exterior. Por supuesto, este proceso requerirá paciencia de tu parte. Si tienes los recursos económicos, consulta con un profesional para que te ayude en el proceso para amaestrar a tu mascota.
4. Utiliza tiestos resistentes
Para tus plantas en tiesto, invierte en recipientes pesados que sean resistentes a movimientos bruscos o sorpresivos de tu mascota. Claro, el tamaño de tu perro, por ejemplo, y tus circunstancias de vida, determinarán el estilo y tamaño final del mismo.
5. Maximiza el espacio aéreo
Aprovecha el espacio de paredes y techo para colgar no solo aquellas plantas que pueden resultar tóxicas para tu mascota, pero también para reducir accidentes o excavaciones que te dejen tierra por todos lados. Algunos perros, para calmar un malestar intestinal comen tierra, y si el tiesto está accesible no tendrán problema en meter todo su hocico y hasta sus dos patas delanteras (te habla la voz de la experiencia).
6. Utiliza verjas o portones
Si consideras que no tienes la energía para educar a tu mascota, un remedio asequible y rápido es colocar barreras especiales. Esto aplica tanto en el patio como también en habitaciones. En el interior de tu hogar, por ejemplo, mientras mantengas la puerta abierta, coloca un portón resistente para evitar que tu perro tenga acceso al área donde está la mayoría de tu colección botánica. Eventualmente se resistirá a entrar, incluso sin la barrera presente.
7. Evita productos sintéticos
Haz todo lo posible por reducir o hasta eliminar el uso de productos de jardinería que puedan provocar intoxicaciones o alergias a tu mascota, en caso de que coma tierra o roce, mastique o ingiera alguna parte de la planta. En muchas ocasiones, la intoxicación del animal se debe más al producto que le echas a tu planta que a ésta misma.
8. Provee un área especial a tu mascota– Ya sea en el patio o dentro del hogar, apártale a tu mascota un área que pueda utilizar no solo para hacer sus necesidades, pero también para jugar libremente.
9. Primeros auxilios– De la misma forma que tienes algunos productos y herramientas básicas para proteger el bienestar de tus plantas cuando ves aparecer alguna plaga o se le parte alguna rama, cuenta también con un botiquín de primeros auxilios con productos seguros para atender a tu perro o gato de inmediato. Luego determina si será necesario llevar a tu mascota a una sala de emergencia veterinaria o puede esperar para el día siguiente.
10. Contactos– Ten en el speed dial el número de teléfono de la clínica veterinaria o de varios hospitales para mascota cercanos a tu residencia. Tanto para casos de emergencia, como también para coordinar visitas preventivas, compra de medicamentos y alimentos especiales. Asimismo, incluye entre tus contactos servicios de grooming, paseadores, un pet hotel, y amigos o familiares dispuestos a cuidar de tu mascota y plantas cuando estés de viaje o enfermo.
Además de informarte sobre qué plantas podrían representar un problema para la salud de tu perro, por ejemplo, mantén un plan preventivo que en la eventualidad te ayudará a ahorrar dinero:
- Procura por la calidad de comida que le ofreces (tal y como escoges el tipo de fertilizante para tus plantas), realiza revisiones periódicas antes que se enfermen (al menos dos veces al año), promueve el ejercicio y juego, y elimina o reduce su exposición a material que pudiese ser tóxico, esto incluye algunas plantas.
- Crea un presupuesto de emergencia exclusivo para tu mascota. De esta manera evitas que se afecte tu presupuesto familiar o tengas que acumular estos gastos inesperados en tus tarjetas de crédito.
- Compara precios. Tal y como lo haces con los servicios y productos de jardinería, hazlo también entre los servicios veterinarios. Algunos servicios básicos la diferencia podría ser mínima, pero otros podrían descuadrarte el presupuesto de varios meses. Por ejemplo, una visita a la sala de emergencia veterinaria podría fluctuar entre $100-$300.
- Considera un seguro para tu mascota. Algunas clínicas veterinarias ofrecen planes que podrías estudiar su conveniencia, en especial si tienes una mascota joven y/o sin ninguna condición previa.
La autora es fundadora de Agrochic.com y está certificada en Terapia Hortícola por el Chicago Botanic Garden.
Fuentes consultadas:
https://www.petmd.com/dog/wellness/evr_dg_herbs