Pasatiempo para toda la familia

por Nydia E. Vicente

Hoy todo me parece más bonito,

hoy canta más alegre el ruiseñor,

hoy siento la canción del arroyito

    y siento como brilla más el sol…
Billo Frómeta

 

La primavera y el verano son  épocas maravillosas,  ¿has notado cómo los colores en la naturaleza se acentúan, muchas plantas y árboles están en flor, el verde de los renuevos de las hojas es de un tono especial  y todo se ve mucho  más brillante y bonito, ¿cómo dice la canción?  En nuestro país junto con estas “estaciones”  llegan la época lluviosa y de refilón, las plagas al huerto.

Aunque siempre me mantengo sembrando, especialmente cultivos de ciclo largo, busco otras maneras de  disfrutar el patio y  evitar el tener que  lidiar  con insectos y enfermedades en el huerto, especialmente en  este año que he notado un sinfín de ellos.

Artículos básicos para avistar aves: 1. Binoculares; 2. Un libro especializado en el tema;    3. Una libreta para realizar anotaciones; 4. Una cámara fotográfica   Crédito de fotos: binoculares de Rerjith Krishnan y libreta para anotar de Antpkr de Freedigitalphotos.net

Por primera vez, he comenzado un inventario informal  de  las aves en mi entorno inmediato. Un par de binoculares, una cámara, un libro sobre el tema (Las aves de Puerto Rico en fotografías, de Mark W. Oberle) y mucha paciencia  e interés de aprender es todo lo que se necesita para esta nueva  aventura.

Educarse  sobre los pájaros es  fascinante, hay tanta diversidad y podemos  pasar largos ratos persiguiendo a estos animalitos por el patio;  que  al final de la jornada, habremos realizado el ejercicio del día.

Esta actividad que recomiendo sin reservas a personas con niños grandecitos, puede resultar muy entretenida,  didáctica y gratificante. Puede ayudarlos a aprender sobre la  fauna  avícola del país, enseñarles  las importantes funciones que las aves llevan a cabo y  encaminarlos hacia el  respeto, el aprecio y  la protección de  la naturaleza y el medioambiente.

Dependiendo del lugar en donde se viva o  que se visite vamos a observar aves diferentes. Algunas de ellas, ya sea por su tamaño o por su comportamiento,  son bastante fáciles de avistar, con otras hay que tener un poco más de paciencia. ¡Hasta eso se aprende!

En mi patio, y entiendo que es algo común,  las primeras horas de  la mañana y las últimas  de  la tarde parecen ser los mejores momentos para observar la mayor cantidad de especies.  He notado que en donde vivo, muchas aves son bastante predecibles y las veo a diario más o menos a las mismas horas y en el mismo sitio. Vivo en un lugar rodeado de árboles de naturaleza diversa, que incluye muchos frutales, y así mismo es la variedad de aves que he logrado observar e identificar en el poco tiempo que llevo en esta actividad.

De 17 aves endémicas (o sea, que son específicas de una región geográfica particular) que tenemos en Puerto Rico,  hasta el momento he observado siete: bienteveo, calandria de Puerto Rico, carpintero de Puerto Rico, reina mora, San Pedrito, zumbador verde y  zumbadorcito de Puerto Rico.

En total he visto e identificado  alrededor de 25 especies diferentes. Un dato curioso es que cada dos o tres días aparece un nuevo visitante  en el patio.

¡A veces, uno que otro se pierde en su vuelo y termina metiéndose en la casa!

Zumbador. Foto: Nydia E. Vicente

Calandria. Foto: Nydia E. Vicente

Algunos han sido muy fáciles de retratar, otros se me han escapado por ser más rápidos en su vuelo que yo con mi cámara. La lista de los que he avistado incluye  desde los más comunes y abundantes como reinitas, colibríes de distintas especies y  pitirres,  hasta los  tal vez menos conocidos como el obispo anaranjado y el gorrión canela.   Otros que he observado  son:  guaraguao, gorrión negro, paloma turca,  tórtola aliblanca y cardosantera, ruiseñor, zorzal pardo,  patirrojo, judío, tordo, chango y pájaro bobo menor.

Zorzal pardo. Foto: Nydia E. Vicente

Reinita. Foto: Nydia E. Vicente

Me encantaría  retratar al elusivo  bienteveo, al carpintero y a la reina mora. Al primero lo he visto y escuchado en infinidad de ocasiones, los otros dos sólo un par de veces. El múcaro canta y canta pero no logro ubicarlo.

Le he tomado tanto amor e interés a este pasatiempo; que a donde quiera que voy, llevo mis binoculares y desde ya miro  las aves con otros ojos, tratando de entenderlas y  de aprender un poco más sobre cada una de ellas.  Podemos intentar su identificación,  no sólo por su morfología,  sino también por su canto y por los sonidos que emiten, por el tipo de nido, los árboles que frecuentan, su comportamiento, entre otras cosas.

Ha sido fascinante  el poder  observar la construcción de los  nidos, las madres y su crianza afanosa de los polluelos hambrientos,  los primeros vuelos, el comportamiento territorial de algunos,  ver como distintas aves  re-usan un mismo nido para  poner sus huevos y criar a sus bebés, y cómo especies diferentes co-existen  en el mismo espacio sin mayores contratiempos.

Para atraer pájaros a tu patio  inicialmente puedes  colocar comederos y bebederos, además de sembrar  árboles y palmas. Donde quiera que haya  estos últimos va a haber pájaros alrededor. He observado más de 10 especies en un sólo árbol, el roble.  Como ves, no se necesita un bosque para disfrutar de este pasatiempo.  En las áreas urbanas se observan muchos ejemplares también. Están en todos lados, sólo hay que afinar la vista, el oído y estar atentos.

Ahora que ha finalizado el semestre escolar y vienen los días de ocio, puedes hacer de ésta una agradable experiencia  familiar. Desde observar las aves en el propio entorno hasta planificar giras o excursiones a las distintas reservas forestales y de costa que hay en la Isla.  También se pueden integrar a grupos  ambientalistas, sociedades  u  observadores de aves  que fomentan la protección de los recursos naturales  y  que organizan  festivales,  actividades de observación u otras a través del año.   En algunas organizaciones hay también oportunidades de voluntariado (Para la Naturaleza). Una búsqueda en la Internet  te guiará a  múltiples recursos didácticos.

Debemos tener muy presente que pajarear  es una actividad que hay que realizar con responsabilidad. Existen códigos de ética para la observación de aves que puedes encontrar en la página web de Sociedad Ornitológica Puertorriqueña, Inc. (SOPI).

A continuación les presento un puñado de fotos (tomadas con una cámara digital común y corriente)  de algunos  de los pájaros que he visto en los alrededores de mi patio y huerto.

El San Pedrito, por su pequeño tamaño y color verde brillante, al principio es un tanto difícil de ubicar. Pero una vez aprendas a reconocer su sonido, e identifiques los lugares del patio por donde se pasea, te será muy fácil encontrarlo. Los veo con frecuencia cerca de la barranca en donde tienen sus nidos y en los árboles de acerola y rambután. Aquí, sobre una hoja de Heliconia. Foto: Nydia E. Vicente

A las reinitas y a los zumbadores les encanta el jaboticaba, estos últimos son visitantes asiduos en las heliconias y en las flores de algunas leguminosas.

Si no se cuenta con una buena cámara, los zumbadores son difíciles de retratar en su vuelo o cuando se alimentan del néctar de las flores. Foto: Nydia E. Vicente

Zumbador en la Heliconia. Foto: Nydia E. Vicente

Zumbador en las flores de la habichuela Scarlet Emperor Foto: Nydia E. Vicente

Zumbador en una ramita del árbol de toronja. Los colores pueden variar de acuerdo con el ángulo de la luz. Foto: Nydia E. Vicente

El ruiseñor, aparte de cantar precioso, camina por la grama de manera muy peculiar, dando brinquitos.

Este pitirre, valiente defensor de su territorio; como todo un galán, posó cómodamente para la foto en la palma de abanico. Foto: Nydia E. Vicente

El clérigo, que tiene cierto parecido con el Jui, al igual que este último, pertenece a la familia del pitirre. Se distingue por una raya amarilla en la corona, la cual no enseña muy a menudo. Foto: Nydia E. Vicente

Los vocales y ruidosos zorzales pardos visitan regularmente, y a todas horas el árbol de aguacate, la palma de coco y el roble. Todos los días veo uno al caer la tarde en el guamá. Foto: Nydia E. Vicente

Los patirrojos se dejan sentir mañana y tarde, y están por todos lados en el patio y en el huerto. Lo mismo se pueden ver posados sobre una ramao en la verja, que caminando por la grama. “Esta la tomé a las 6:30AM, desde la ventana de mi cuarto. Valió la pena”. Foto: Nydia E. Vicente

A este hermoso pájaro bobo menor lo he visto de cerca en sólo dos ocasiones. En ambas tuvo la gentileza de posar y posar coquetamente para la cámara sin reparo alguno. Foto: Nydia E. Vicente

Esta enorme paloma turca, que en una ocasión me hizo el honor de visitar mi sala; se ha separdo de su grupo habitual en el yagrumo y visita a diario este árbol que tiene unas bayas que al parecer son muy apetecibles. Foto: Nydia E. Vicente

El Judío o Garrapatero, de extraña pero imponente presencia, siempre anda en grupos, y al igual que los zorzales se hace notar por los constantes sonidos que emiten. Foto: Nydia E. Vicente

Algunos, como esta tórtola aliblanca y este chango (mozambique), abajo, se pasean por el patio como ‘Juan por su casa’, y vienen en las mañanas cuando alimento a los perros para participar del banquete. Fotos: Nydia E. Vicente

El chango o mozambique. Foto: Nydia E. Vicente

La tórtola cardosantera exhibe un juego de colores muy interesante; que incluye, manchas negras y pinceladas de azul, violeta y blanco sobre fondo marrón claro. Foto: Nydia E. Vicente

Tordos macho y hembra. Es una especie parásita, la hembra deposita sus huevos en los nidos de otras aves para que éstas últimas se los empollen y los cuiden. Foto: Nydia E. Vicente

Este polluelo- probablemente de ruiseñor- estaba dando sus primeros vuelos cuando me percaté de su presencia. Foto: Nydia E. Vicente