Por Rosangely Gómez Estrada

Los remedios caseros forman parte de nuestros rituales para mantener un cuerpo saludable.

En ocasiones, no tenemos que buscar muy lejos. En nuestro patio o en el de algún familiar ya crecen los ingredientes básicos para una “receta” simple que podría ayudarnos a reducir el riesgo de padecer un sinnúmero de enfermedades, incluyendo aquellas relacionadas con el corazón.

Hace poco, hablé con mi abuela, Porfiria Morillo, sobre lo que tiene sembrado en su patio y cómo le da su uso diario.

Mi abuela vive en Bayamón y, a través de los años, siempre ha reservado un espacio en su patio para crecer una variedad de plantas en tiestos que le ayudan a mantener su salud cardiovascular.

Ella nació en la República Dominicana y, como me ha contado en muchas ocasiones, creció en un barrio pobre donde la única opción para cuidar de la salud era con la ayuda de Dios, la cosecha casera y los “mejunjes” (mezcla).

Cúrcuma en recipiente plástico. Foto: Rosangely Gómez Estrada

Tiene sembrados jengibre, cúrcuma, cilantrillo, pimientos, papaya y una pequeña planta de sábila. Parte de su cosecha la utiliza para cocinar mientras que otros ingredientes lo ve como parte de su sanación.

El jengibre y la cúrcuma, por ejemplo, son cultivos descritos como “milagrosos”. Ambos contienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que reducen el colesterol y controlan la inflamación previniendo arritmia, ataques al corazón, aterosclerosis y otras enfermedades.

Artículos publicados en 1MD y Nutra Ingredients-USA citan estudios realizados por profesionales de la salud que explican el impacto de la cúrcuma y el jengibre en el cuidado de la salud cardiovascular. La cúrcuma también es utilizada para eliminar manchas en la piel, blanquear los dientes y, en la cocina, es un ingrediente que siempre le brinda color y sabor a la comida.

Mi abuela Porfiria los utiliza principalmente en bebidas.

Otra de sus plantas favoritas, la sábila, además de ser el remedio ideal para fortalecer el cabello y tratar lesiones en la piel, para mi abuela, sus hijos y todos sus nietos ha sido la cura natural contra los resfriados y la congestión.

Siempre es recomendado tener una planta de aloe en el hogar. Esta planta también es vinculada a la salud cardiovascular. La sábila mantiene lo que conocemos como el colesterol bueno activo lo cual promueve que éste recoja las moléculas del colesterol malo no utilizadas que podrían afectar negativamente el corazón y sus arterias.

Del mismo modo, regula los niveles de azúcar en la sangre lo cual influye en diversas enfermedades cardiovasculares.

La sábila creciendo entre el jegibre. Foto: Rosangely Gómez Estrada

Viendo con otros ojos el patio de mi abuela, me fijé que solo le queda una planta pequeña de sábila, la que creció en medio de su tiesto de jengibre. Ella espera, según me dijo, volver a tener unas diez plantas de sábila como antes para poder seguir usándola y compartiéndola con sus seres queridos.

Ella mezcla el limón, la sábila y la miel en una licuadora para cuidarse de los resfriados. Otros usos que se le podría dar son: como mascarilla para la piel, el cabello y para tratar las quemaduras. De igual manera, la puedes agregar a tus batidas y jugos naturales.

Estas papayas ya mismo se cosechan. Foto: Rosangely Gómez Estrada

En el mismo rincón, está su árbol de papayas. Esta es una fruta que puede reducir el riesgo a experimentar un infarto cardíaco. Contiene vitaminas A y E. Ambas previenen la oxidación del colesterol en la sangre1.

Con mucha emoción, mi abuela me expresó su amor por las papayas. “Me encantan. El árbol es pequeño y da fruto todo el año. No hay mejor cosa que desayunar papayas o hacer batidas de papayas”, comentó.

Este diálogo en particular con mi abuela Porfiria terminó con ella exhortándome a sembrar de todo lo que pudiera: desde flores, tubérculos, frutas, hasta medicinales en tiestos.

Para ella, la tierra nos provee los medicamentos naturales y esenciales para nuestra salud. Ha sido una de las herramientas que ella ha utilizado a través de toda su vida para cuidar de sí misma y de los suyos. Ya sea directamente o pasando su conocimiento a todo aquel que le rodea. Incluyéndome.

Un selfie con mi abuela Porfiria.

 

Recuerda consultar con tu médico y/o especialista de salud antes de realizar cambios drásticos a tu dieta o si estás recibiendo algún tratamiento. Algunos alimentos podrían tener efectos adversos a tu salud o anular los efectos de algunos medicamentos.

Para más información sobre salud cardiovascular, accede la página de American Heart Association.