Sembrar comunidad, sembrar resistencia.

por Gloribel Delgado Esquilín

A los 13 años, Ana Elisa Pérez Quintero perdió a su papá por un cáncer de páncreas y su pérdida se convirtió en motivación para combatir la contaminación ambiental y lograr un mundo más justo, que estuviera al servicio de las comunidades.

Su camino la llevó a la tierra; a descubrir, desde sus manos, que la autodeterminación, la salud y la soberanía de un pueblo estaba justamente en la comida y en el pedazo de tierra que se cuida y se siembra.

“Nuestra opción no es de brazos cruzados. Esto es un asunto bastante político. La idea es recuperar nuestras tierras de otra manera”, Ana Elisa Pérez Quintero. Foto: Suministrada/La Colmena Cimarrona

Han pasado casi dos décadas de haber comenzado este caminar. Hoy día, es codirectora del proyecto comunitario La Colmena Cimarrona, en Vieques, Puerto Rico, el que bien podría convertirse en un modelo de desarrollo sustentable para el País. Desde ahí, practica la economía solidaria, la agroecología y la apicultura con la idea de crear soberanía alimentaria en el archipiélago boricua.

Su interés es trabajar por la equidad y establecer una red de apoyo entre agricultores y agricultoras agroecológicos en Vieques, que impulse una producción económica y culturalmente viable. Hacia eso caminan.

Comenzó en áreas urbanas

Natural de Río Piedras, fue allí donde dio sus primeros pasos en la agricultura urbana. Estudió en la Escuela Secundaria de la Universidad de Puerto Rico (UHS) y colaboró con el Huerto de Capetillo y un proyecto agrícola en la comunidad López Sicardó. En la ciudad, encontró espacios limitados para sembrar y cuando metió las manos en la tierra para sembrar, aparecieron jeringuillas, pañales desechables y pistolas. Eso no la desanimó, siguió formándose.

Estudió biología en la universidad, pero su pasión por la agricultura la llevó a conocer proyectos en la República Dominicana, Haití y México. Allá aprendió con organizaciones formadas por campesinos y campesinas a trabajar en colectivo.

De vuelta a Puerto Rico, trabajó en proyectos de promotores agroecológicos en el Caño Martín Peña y llegó a Vieques hace siete años, donde se unió a la Colmena, con el deseo de apoyar la agricultura local y ayudar a conseguir tierras asequibles a quienes la trabajan.

Colmena de gente

Desde allí, participa de este proyecto modelo, que agrupa cuatro iniciativas: la finca escuela La Semillera (km 4.6 Luján), el comedor social El Panal, la Colectiva Agrícola Viequense y un proyecto para apicultores.

La Semillera es uno de los cuatro proyectos que agrupa La Colmena Cimarrona. Foto suministrada/La Colmena Cimarrona

Inquieta y trabajadora, Ana Elisa siempre está en movimiento, igual la organización que codirige. Con la Colmena, crean brigadas agrícolas, dan charlas, organizan mercados, ayudan a la captación de agua en las fincas. Todo lo que sea necesario para fortalecer la red de agricultores viequenses que van adquiriendo destrezas, ante la dura realidad que enfrenta la isla municipio.

Vieques lucha día a día

Vivir en Vieques no está fácil. Hay semanas que no hay gasolina, las lanchas públicas se rompen, no hay hospital y las góndolas en los supermercados muchas veces no tienen comida. “Aquí llega la porquería de la isla grande”, sostiene la activista ambiental, mientras asegura que, en ocasiones, hay que hacer la compra en Fajardo, para poder completar la dieta de la semana.

Sin embargo, sembrar con la Colmena Cimarrona se ha convertido en un oasis para quienes trabajan. Sembrar la tierra “me ha dado calma”, comenta la agricultora, mientras acepta que las injusticias sociales que se viven en Vieques le dan mucha rabia.

El poder transformador de la tierra. Foto suministrada/La Colmena Cimarrona

 

Foto suministrada/La Colmena Cimarrona

Cuando van a la finca, ese coraje se transforma. “Es un proceso liberador, de satisfacción, que nos hace sentir libres”, puntualiza, y añade que para muchas mujeres en el proyecto, sembrar también se ha convertido en un lugar seguro, lejos de la violencia de género que abunda en la isla.

Tierras libres y sanas

Sembrar en Vieques es un asunto político y de resistencia, porque la isla todavía tiene toneladas de basura tóxica en sus playas. El desastre ambiental que dejó la Marina de Estados Unidos en la isla todavía tardará años en removerse. En lo que eso ocurre, la Colmena sigue trabajando. Similar a las abejas.

Cosecha del huerto. Foto suministrada/La Colmena Cimarrona

Con el apoyo del Fideicomiso de Tierras para la Agricultura Sostenible quieren apoyar a agricultores, sin títulos de propiedad, a organizarse de manera colectiva en la tierra. Además, a partir de enero, recibirán la visita de oficiales del gobierno federal de los Estados Unidos que estudian los posibles metales pesados en suelos viequenses.

“Nuestra opción no es de brazos cruzados. Esto es un asunto bastante político. La idea es recuperar nuestras tierras de otra manera”, sostiene Ana Elisa, y la frase que retumba una y otra vez mientras habla es “darle un resignificado” a las tierras que tocan, transformarla y verlas renacer.

Foto suministrada/La Colmena Cimarrona

La Colmena Cimarrona está auspiciada por la organización HASER, Inc., que le brinda apoyo en aspectos administrativos, fiscales y desarrollo. Sus productos se pueden conseguir los segundos y cuartos viernes del mes en el mercado Sambumbia, ubicado en la plaza del pueblo. Viequenses que compren sus productos, tienen un 25% de descuento.

Para información adicional, puedes escribir a colmenacimarrona@gmail.com y/o llamar al (787) 502-4088.

La autora es escritora, agricultora, periodista independiente y artesana.

 

Serie digital de Agrochic.com, con nuevos contenidos todos los viernes, a partir del 15 de octubre 2021 hasta el 21 de enero 2022.