Utiliza parte de tu cosecha para esta bebida

Por Nydia E. Vicente

Muchas personas miran los jugos de vegetales de reojo. Como algo exclusivo para los que están en alguna dieta especial o para los que están tratando de perder peso. A mí siempre me han gustado, especialmente el de tomate. De niña, siempre fue uno de mis favoritos. Extraño, ¿verdad?

Si tienes exceso de tomates, aprovecha y prepara una receta Garden to Glass. Foto: Nydia E. Vicente

En una ocasión, sembré en el huerto más plantas de tomate de las necesarias y una vez empecé a cosechar, no sabía qué hacer con tanto fruto. Los congelé con la idea de hacer salsa. Pasaron los meses y los tomates quedaron en el olvido.

Si tenías tus tomates congelados, espera que descongelen para preparar el jugo. Foto: Nydia E. Vicente

Con la llegada de la primavera, decidí hacer la limpieza en la nevera y allí estaban los tomates esperando pacientemente por mí y por mis inventos. Llevaban tanto tiempo congelados que tuve la tentación de tirarlos a la composta, pero se veían tan bien, que decidí probar uno.

Por suerte, el sabor estaba inalterado. Como no tenía tiempo para la salsa, me aventuré a hacer jugo. Les cuento que para ser la primera vez que lo hago, y a ojo, el resultado fue muy halagador.

Para este jugo, se utilizaron variedades Plum y Roma. Foto: Nydia E. Vicente

Si los tomates están congelados, hay que sacarlos y dejar que se descongelen un poco. Es más fácil quitarles la cáscara y no se te congelarán las manos. Le cortas la parte de arriba y le haces dos cortes superficiales de arriba a abajo. ¡Pelan en un dos por tres!

¿Qué necesitas?

Los ingredientes básicos para el jugo, aparte de los tomates, son: céleri, azúcar, sal y pimienta. Vi una receta que tenía cebolla entre sus ingredientes, pero ése lo obvié.

El céleri es opcional, pero le añade carácter a la bebida. Foto: Nydia E. Vicente

El procedimiento

Para acelerar el proceso, puedes pasar los tomates por la licuadora a velocidad baja. Colocas los ingredientes en una olla de acero inoxidable, el ácido del tomate reacciona con ciertos materiales. Añades una taza de céleri picado, un poco de sal, azúcar y pimienta fresca, recién molida. Empecé con 1 cucharada de azúcar y ½ cucharadita de sal.

Coloca a fuego mediano todos los ingredientes. Foto: Nydia E. Vicente

Pones a fuego mediano, destapado y tan pronto notes un hervor suave, lo mantienes en temperatura media-baja por 25-35 minutos.

En este caso, como no sabía con cuántas libras de tomate empecé, tuve que probarlo para ajustar la sal, el azúcar y la pimienta. El sabor del jugo mejora considerablemte una vez está frío de nevera.

Cuando estés a gusto con la sazón de tu jugo, dejas que refresque un poco y lo cuelas con un cernidor de huecos lo suficientemente grandes para que deje pasar parte de la pulpa pero no las semillas. Foto: Nydia E. Vicente

El rendimiento fue de aproximadamente medio galón de jugo. Inicialmente te puede parecer un poco ralo, pero espesa después de haberlo enfriado.

En mi humilde opinión, quedó muy rico, y el céleri, que puedes obviar si no te agrada su sabor, le añade carácter al jugo.

Si lo deseas más espeso, tendrías que sacarle las semillas a los tomates antes de procesarlos y así se aprovecharía toda la fibra. Una tarea que no es sencilla si comienzas con más de cinco (5) libras de tomates.

Yo usé una mezcla de distintas variedades de tomate. Los ideales para jugo, pasta y salsa son los tipo Plum o Roma, que son más pastosos.

¡Prueba y ajusta a tu gusto! Foto: Nydia E. Vicente

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