por Enid Drevón

Protagonista de su huerto

Gladys Martínez Crespo disfruta del campo con todos sus sentidos.  Gusta del silencio, del cantar de los pájaros, de escuchar el viento y sentirlo en su piel.  Sembrar es su terapia, se olvida de todo y se dedica a cultivar.  Su mayor recompensa es cosechar y compartir frutos de inigualable sabor y libres de químicos.

Fresas en tiesto. Este es uno de los cultivos urbanos que tiene nuestra huertera. Foto: Gladys Martínez

Tiene un huerto grande en su finca de campo y uno más pequeño en su casa, ambos en el pueblo de San Lorenzo. En la finca cultiva chinas, limones, toronjas, acerolas, granadas, quenepas, guanábanas, tamarindos, aguacates, cranberries, pomarrosas, parchas, yautías, ñame, panas, guineos, plátanos, batatas, y muy pronto, malanga y yucas. También tiene plantas medicinales, recao, ajíes, pimientos y, sus favoritos, los tomates, los cuales siembra de todos los tamaños y variedades.

                               Ajíes dulces. Foto: Gladys Martínez

Es poco el tiempo que tiene disponible para su finca, pero siempre que se siente bien sube a revisar sus plantas.  Por otro lado, el huerto de su casa lo visita a diario.  En él cultiva varias plantas como los tomates, cebollines y repollo, para tenerlas accesibles. Además, mantiene los semilleros y las plantas pequeñas que luego trasplantará.  Para estas labores, sus herramientas favoritas son la pala de mano y un pico pequeño.

                                        Gandules. Foto: Gladys Martínez

Guineos de la finca de Gladys en San Lorenzo, Puerto Rico. Foto: Gladys Martínez

A Gladys le gusta dedicar tiempo a la búsqueda de información que la ayude en su huerto, ya sea leyendo, preguntando o experimentando.  Recientemente comenzó una investigación para saber en cuál fase de la luna las semillas germinan mejor.  Aconseja planificar lo que se quiere hacer antes de comenzar a sembrar, tener mucha paciencia y no desanimarse cuando las semillas no germinan o aparece alguna plaga.

Uno de sus grandes retos es su condición de salud, la cual en ocasiones le impide trabajar en el huerto. Sin embargo, la osteoartritis y varios discos herniados, entre otras afecciones, no le impiden llenarse de ánimo y voluntad.  Esos días, cuando se siente muy bien, aprovecha y pone al día sus siembras.

Gladys Martínez, al centro, desde el Festival del Huerto Casero en Gurabo, junto a Marilyn Cancel, izquierda, y Perla Sofía Curbelo, derecha.

Gladys agradece a Dios por su familia que la apoya y le ayuda en sus huertos. También por la oportunidad de sembrar, cosechar y compartir con otras personas los frutos de su huerto, como también los conocimientos que ha ido adquiriendo poco a poco.