¡Huertera con mucha voluntad!
por Enid Drevón
Protagonista de su huerto
Gladys Martínez Crespo disfruta del campo con todos sus sentidos. Gusta del silencio, del cantar de los pájaros, de escuchar el viento y sentirlo en su piel. Sembrar es su terapia, se olvida de todo y se dedica a cultivar. Su mayor recompensa es cosechar y compartir frutos de inigualable sabor y libres de químicos.
Tiene un huerto grande en su finca de campo y uno más pequeño en su casa, ambos en el pueblo de San Lorenzo. En la finca cultiva chinas, limones, toronjas, acerolas, granadas, quenepas, guanábanas, tamarindos, aguacates, cranberries, pomarrosas, parchas, yautías, ñame, panas, guineos, plátanos, batatas, y muy pronto, malanga y yucas. También tiene plantas medicinales, recao, ajíes, pimientos y, sus favoritos, los tomates, los cuales siembra de todos los tamaños y variedades.
Es poco el tiempo que tiene disponible para su finca, pero siempre que se siente bien sube a revisar sus plantas. Por otro lado, el huerto de su casa lo visita a diario. En él cultiva varias plantas como los tomates, cebollines y repollo, para tenerlas accesibles. Además, mantiene los semilleros y las plantas pequeñas que luego trasplantará. Para estas labores, sus herramientas favoritas son la pala de mano y un pico pequeño.
A Gladys le gusta dedicar tiempo a la búsqueda de información que la ayude en su huerto, ya sea leyendo, preguntando o experimentando. Recientemente comenzó una investigación para saber en cuál fase de la luna las semillas germinan mejor. Aconseja planificar lo que se quiere hacer antes de comenzar a sembrar, tener mucha paciencia y no desanimarse cuando las semillas no germinan o aparece alguna plaga.
Uno de sus grandes retos es su condición de salud, la cual en ocasiones le impide trabajar en el huerto. Sin embargo, la osteoartritis y varios discos herniados, entre otras afecciones, no le impiden llenarse de ánimo y voluntad. Esos días, cuando se siente muy bien, aprovecha y pone al día sus siembras.
Gladys agradece a Dios por su familia que la apoya y le ayuda en sus huertos. También por la oportunidad de sembrar, cosechar y compartir con otras personas los frutos de su huerto, como también los conocimientos que ha ido adquiriendo poco a poco.
Marilyn
12 años agoEstupendo !! Me identifico con Gladys, disfruto del silencio al estar en el huerto el sonido que emite la naturaleza , estar ahí me libera . Y también disfruto de compartir y ver la cara de emoción cuando comparto de las cosechas del patio .
Carmen Arteaga
12 años agoPreciosa historia. Mis felicitaciones Gladys. La siembra es una excelente terapia que rinde frutos.