Guía para el disfrute de veredas
Todos los detalles más importantes para tu aventura, y a dónde puedes ir
Por Mariana I. Rosado Meléndez
Si te interesa encontrar una actividad que te permita compartir con tu familia o amistades en un ambiente seguro y a la vez puedas apreciar los rincones hermosos de la Isla, considera visitar una vereda.
Las veredas consisten en rutas establecidas para apreciar la naturaleza. Nuestra Isla cuenta con veredas señaladas y protegidas con recorridos guiados o interpretativos provistos por especialistas en las mismas. Puedes seleccionar entre rutas terrestres o acuáticas.
Para hacer buen uso de las veredas debes evitar la contaminación al no arrojar basura en el camino. Si participas en un recorrido guiado, escucha a los especialistas ya que el conocimiento que ellos brindan hará que tu experiencia sea única. Igualmente, toma este tiempo para despegarte de la tecnología y apreciar los distintos elementos que puedes encontrar como animales, árboles y flores.
El Día Nacional de las Veredas se celebra en Estados Unidos y Puerto Rico el primer fin de semana de junio. Si eres principiante y deseas visitar una ruta, estos son algunos consejos que debes tener en cuenta:
- Utiliza calzado adecuado y cómodo que proteja los tobillos.
- Lleva una botella de agua.
- Utiliza una mochila que sea cómoda para la espalda y puedas almacenar lo necesario como comida, un kit de primeros auxilios, una navaja y herramienta multiusos.
- Recuerda el bloqueador solar, las gafas y sombrero o gorra para combatir el sol
- Vístete con ropa liviana y cómoda
En caso de que no puedas participar del Día Nacional de las Veredas, puedes siempre verificar las rutas que ofrece la unidad del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico: Para La Naturaleza. Algunos de los recorridos guiados ofrecidos están localizados en Manatí, Barranquitas y Fajardo.
¡Sal y explora las maravillas del país!
Recorridos organizados e interpretados por la Unidad del Fideicomiso de Conservación Para La Naturaleza
*Niveles de Intensidad del 1 al 5, donde el 1 representa menor esfuerzo y el 5 mayor esfuerzo.
Sol, sombra y océano
Nivel: 2
Hacienda La Esperanza, Manatí
Entra y sal de bosques costeros por caminos que te llevarán a descubrir las playas libres de intervenciones humanas en Hacienda La Esperanza. Acompaña a un experto en la naturaleza de estos ecosistemas costeros y conoce en persona los distintos tipos de playa presentes en la reserva natural y los procesos que aún les dan forma. Conoce también las aves nativas y migratorias que habitan o frecuentan el lugar junto a su flora y fauna. Es una visita a la playa diferente, en un ambiente completamente natural.
El cañón desde arriba
Nivel: 2
Cañón San Cristóbal, Barranquitas
Uno de los paisajes más espectaculares de Puerto Rico, esculpido en piedra sólida durante millones de años. Saltos de agua todavía caen hasta las profundidades del Cañón San Cristóbal. Míralo desde el tope de las paredes de hasta 740 pies de profundidad mientras disfrutas del clima y la vida silvestre de las áreas forestales que lo rodean. La protección de esta área natural fue posible gracias a la lucha conjunta de comunidades vecinas y nuestra organización.
*Nota: En este recorrido no se baja al interior del cañón.
Los misterios del bosque seco
Cabezas de San Juan, Fajardo
Nivel: 2
¡Llena tu cantimplora, busca tus gafas y aventúrate con nosotros a uno de los ecosistemas más fascinantes de Puerto Rico! En este tour conocemos cómo sobreviven aquí las plantas, árboles y animales a pesar de la poca agua y la sequedad del clima. Desde espinas hasta hojas pequeñas, aprende las adaptaciones evolutivas de la flora en el bosque seco de Cabezas de San Juan y experimenta su vida silvestre bajo el sol.
Opción Extrema:
Aventura extrema en Cañón San Cristóbal, Barranquitas
Nivel: 4
Intenso y exigente, es nuestro evento más extremo: cañonismo y ecología en un solo recorrido. Bajamos hasta el Río Usabón, siguiendo sus aguas para llegar a tres cascadas: la Niebla del Usabón, Salto la Cabra y Charco Azul. Hacemos rappelling para bajar hasta las charcas de cada una y nadamos en el río para refrescarnos. Para terminar el pasadía regresamos por el Camino del Diablo, a través de las paredes y acantilados del cañón.