Podrías sembrarlos hasta en tiestos

Por Perla Sofía Curbelo Santiago

Añadir árboles frutales en tu patio es una estupenda idea, siempre y cuando estén sembrados en espacios adecuados, asequibles y seguros, tanto para ti como también para las estructuras alrededor de tu hogar. Cultivar árboles frutales tiene muchísimos beneficios para tu bienestar físico, mental y emocional, además del económico. Entre ellos:

Producen alimentos frescos y saludables: Cultivar tus propias frutas significa que puedes disfrutar de productos orgánicos y sin pesticidas, lo que es mejor para tu salud y para el medio ambiente.

Mejoran el sabor y la calidad de las comidas: Las frutas frescas recién cosechadas tienen un sabor más rico y sabroso que las frutas que han sido transportadas largas distancias y almacenadas durante semanas antes de llegar a tu mesa. Además, las frutas cultivadas en tu propio jardín se pueden recoger en su punto máximo de madurez, lo que significa que tienen la máxima calidad y sabor.

Añaden valor a tu propiedad: Los árboles frutales podrían aumentar la percepción de valor de tu propiedad al mejorar el aspecto y la funcionalidad de tu jardín. Además, pueden ser una adición hermosa y atractiva a cualquier paisaje, en especial durante su periodo de floración y fructificación. Pueden mejorar la estética general de la propiedad, siempre y cuando se les provea mantenimiento.

Promueven la biodiversidad y la conservación: Los árboles frutales proporcionan un hábitat valioso para una variedad de vida silvestre, incluyendo aves, insectos y otros animales. Cultivar árboles frutales también ayuda a promover la biodiversidad y la conservación de especies en peligro de extinción.

Ayudan a combatir el cambio climático: Los árboles frutales pueden ayudar a combatir el cambio climático al absorber dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y almacenarlo en la madera, las hojas y las raíces del árbol. Además, los árboles frutales pueden ayudar a reducir la huella de carbono al reducir la necesidad de transportar frutas de larga distancia.

 

Todos estos beneficios aún podrían disfrutarse con árboles frutales sembrados en tiestos. Por ejemplo, hace unos años sembré un árbol de guanábana  en un recipiente de 25 galones; le podé su copa para controlar su crecimiento. Al cabo de dos años y medio de su siembra, éste comenzó a producir flores y eventualmente frutos.

Además de frutos, este árbol de guanábanas nos provee sombra y fresco, sobre todo cuando durante la época de calor; es refugio para las aves urbanas que visitan el jardín, como las reinitas, gorriones y palomas, entre otros. También recibe lagartijos, iguanas y un sinnúmero de insectos, como hormigas, arañas y mariposas. Todo esto en un solo árbol.

Así como éste, tengo otros árboles frutales de menor tamaño, alrededor de la casa y también sembrados en tiestos, como higos, granadas, limones Meyer y acerolas. Además de necesitar más de ocho horas de sol, requieren riego frecuente por su condición de árboles en recipientes, podas de mantenimiento y fertilización.

Por supuesto que me encantaría sembrar más y diferentes variedades, pero la realidad es que también tengo que asegurarme de poder proveerle el mantenimiento adecuado a estos que ya tengo antes de seguir sumando a la colección.

Aquí te incluyo una lista de diez árboles frutales que podrías añadir a tu jardín, incluso, sembrarlos en recipientes en caso de que no tengas suficiente espacio o el suelo en tu propiedad sea nulo o todo un reto para poder cultivarse.

 

1. Guanábana

Guanábas. Foto: Agrochic

La Annona muricata L, comúnmente conocida como guanábana, es una fruta tropical originaria de América Central y América del Sur. Es un árbol pequeño que puede alcanzar una altura de hasta 25 pies de altura. Tiene una piel verde y espinosa y su pulpa es blanca y cremosa, con un sabor dulce y ligeramente ácido. Se utiliza en la preparación de jugos, postres, sorbetes, helados y otros productos alimenticios.

2. Aguacate

Aguacates. Foto: Unsplash.com

El cultivo de aguacate se realiza en regiones tropicales y subtropicales de todo el mundo, incluyendo América Latina, África, Asia y partes de Estados Unidos. El árbol necesita un clima cálido y húmedo, con temperaturas que oscilen entre los 68 y 86 grados Fahrenheit, aproximadamente, y requiere al menos seis horas de sol directo al día.

El cultivo del aguacate puede ser realizado mediante la plantación de semillas o por medio de injertos de árboles adultos, lo que permite un mayor control de las características de la fruta. El árbol de aguacate puede tardar de 3 a 4 años en comenzar a producir frutas y puede continuar produciendo durante décadas. Su cultivo requiere de una buena gestión del agua, ya que el árbol necesita una cantidad adecuada de riego para su crecimiento y producción de frutos. El suelo también es importante y se recomienda un suelo bien drenado y rico en nutrientes.

El aguacate es una fruta delicada y puede dañarse fácilmente durante la cosecha, por lo que se recomienda tener cuidado al recolectar y manipular la fruta. La madurez de la fruta puede ser evaluada por su color y suavidad al tacto.

3. Guayaba

Guayaba. Foto: Unsplash.com

El cultivo de la guayaba es originario de América Central y del Sur, y se cultiva en diversas partes del mundo, incluyendo Asia y África. Es un árbol pequeño que puede alcanzar una altura de hasta 20 pies. Éste necesita un clima cálido y húmedo, con temperaturas que oscilen entre los 60 y 90 grados Fahrenheit, y requiere al menos 6 horas de sol directo al día. El cultivo de guayaba también requiere de una buena gestión del agua, ya que el árbol necesita una cantidad adecuada de riego para su crecimiento y producción de frutos.

La guayaba es una fruta de forma redondeada u ovalada, con una piel verde, amarilla o rosada, y una pulpa suave y jugosa de color blanco, amarillo o rosa, con semillas pequeñas en su interior. Se utiliza en diversas preparaciones culinarias, como jugos, mermeladas, postres y ensaladas de frutas.

El cultivo de guayaba puede ser realizado mediante la plantación de semillas o por medio de injertos de árboles adultos. El árbol de guayaba puede tardar de 2 a 4 años en comenzar a producir frutos y puede continuar produciendo durante décadas.

4. Pajuil

Pajuil. Fotos: Unsplash.com

Anacardium occidentale. También conocido como nuez de la India. Es una fruta tropical originaria de América Central y del Sur. El árbol del pajuil puede crecer hasta alcanzar una altura de 30 a 40 pies y requiere un clima cálido y húmedo, con temperaturas entre los 75 y 85 grados Fahrenheit. Es una fruta que se da bien en suelos bien drenados y ricos en nutrientes.

5. Tamarindo

Tamarindo. Foto: Pixabay.com

Es una fruta tropical originaria de África, pero también se cultiva en América Latina y Asia. El árbol del tamarindo puede crecer hasta alcanzar una altura de 30 a 60 pies y requiere un clima cálido y seco, con temperaturas entre los 80 y 95 grados Fahrenheit. Es una fruta que se da bien en suelos bien drenados y ricos en nutrientes.

6. Anón

Anón. Foto: Unsplash.com

La Annona reticulata, también conocida como chirimoya, es una fruta tropical originaria de América Central y del Sur. El árbol de anón puede crecer hasta alcanzar una altura de 20 a 30 pies y requiere un clima cálido y húmedo, con temperaturas entre los 70 y 85 grados Fahrenheit. Es una fruta que se da bien en suelos bien drenados y ricos en nutrientes.

El anón es una fruta que requiere cuidados especiales en su cultivo, como la poda regular para controlar su tamaño y mejorar la producción, el control de plagas y enfermedades, y la protección de los frutos del sol directo para evitar su maduración temprana y pérdida de calidad.

7. Grosellas

Mujeres de la comunidad Las Mareas, en Salinas, cosechan grosellas. Aunque puede haber frutas durante todo el año, en el mes de abril y agosto tienden a abundar. Foto Archivo: InCiCo

La grosella es oriunda de Madagascar y la India. Llegó al Caribe en el 1793. El especialista en frutales, Eugenio E. Toro la describe como un árbol frutal y ornamental. El árbol podría crecer de seis a 30 pies de altura y se puede sembrar en cualquier época del año. Mejor si es en época de lluvia. Toro indica en la publicación La grosella (Servicio de Extensión Agrícola) que “las frutas requieren entre 90 a 100 días para desarrollarse y madurar”. Éstas cuelgan de las ramas en forma de racimos y contienen un hueso de color marrón con pocas semillas. El especialista en frutas señala en la publicación que el árbol de grosellas florece y fructifica casi todo el año, con mayor abundancia en los meses de abril y agosto.

También se le llama cereza amarilla, cerezo agrio y guinda. En inglés gooseberry y wild plum. La grosella es de la familia de las Euforbiaceas.

8. Quenepa

Quenepas. Foto: Unsplash.com

La quenepa es una fruta tropical muy popular en Puerto Rico, y se cultiva principalmente en las regiones costeras de la isla. El árbol de quenepa puede crecer hasta alcanzar una altura de 40 a 60 pies y requiere un clima cálido y húmedo, con temperaturas entre los 75 y 90 grados Fahrenheit. Es una fruta que se da bien en suelos bien drenados y ricos en nutrientes.

El cultivo de la quenepa requiere de la propagación de árboles jóvenes, la poda regular de los árboles adultos para mejorar la producción, el control de plagas y enfermedades, y la protección de los frutos de los fuertes vientos y las lluvias intensas. Además, se recomienda el uso de fertilizantes orgánicos y prácticas agrícolas sostenibles para mantener la salud del suelo y reducir el impacto ambiental. En cuanto a la temperatura, la quenepa es una fruta que se adapta bien a las condiciones cálidas y húmedas de Puerto Rico.

9. Pana

Pana. Foto: Unsplash.com

El árbol de pana (Artocarpus altilis), también conocido como árbol del pan, es una especie de árbol frutal originario del Pacífico sur y sudeste asiático. Es miembro de la familia Moraceae y es cultivado por su fruto, el cual es rico en nutrientes y se puede comer crudo o cocido. El árbol de pana puede crecer hasta una altura de 60 pies y tiene una copa amplia y redondeada. Las hojas son grandes, de forma ovalada y pueden medir hasta 60 centímetros de longitud. Las flores son pequeñas y se agrupan en inflorescencias colgantes.

El fruto de la pana es grande y redondeado, con una piel gruesa y fibrosa. El interior del fruto contiene una pulpa blanca y fibrosa, que se puede cocinar y comer de varias maneras, incluyendo hervida, asada o frita. Los tostones de pana son una de las recetas favoritas en Puerto Rico. Al ser un árbol nativo de las regiones tropicales y subtropicales, prefiere climas cálidos y húmedos. La temperatura ideal para su crecimiento es de alrededor de 77-86 °F.

Siémbralo en suelos ricos en nutrientes y bien drenados. Si el suelo es demasiado arcilloso o arenoso, se puede agregar composta para mejorar la calidad del suelo. Este es un árbol que podrías cultivar en tiestos de al menos 30 galones para controlar su crecimiento.

Como todo árbol frutal, la mejor época para plantarlo es durante la temporada de lluvias. Planta el árbol en un hoyo profundo y ancho, asegurándote de que el cepellón esté nivelado con la superficie del suelo. Riega bien después de plantar. Asegúrate de mantener el suelo húmedo, pero no encharcado. Aplica fertilizantes orgánicos alrededor del árbol de pana cada 3 meses para asegurar un buen crecimiento y eventual producción de frutos.

La poda se realiza para dar forma al árbol y estimular la producción de frutos. La poda también puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades y plagas. El árbol podría tardar de 3 a 5 años en producir frutos. La cosecha se realiza cuando los frutos están maduros y listos para ser consumidos. Los frutos maduros se pueden identificar por su piel dorada o amarilla y su textura suave.

10. Corazón

Corazón. Foto: Nydia E. Vicente

Su nombre científico es Annona reticulata y se conoce en inglés como Custard Apple.

El corazón pertenece a la familia de las Anonáceas. Es natural de Centroamérica, aunque se puede encontrar en el estado de Florida y países como India y Australia. Su cáscara es verdosa y en algunos casos rojiza. Su forma puede variar desde una circular, ovalada o como su nombre explica, en corazón. Mientras que su pulpa, color blanca y fibrosa, es blanda, dulce, aromática y deliciosa. Contiene en su centro numerosas semillas de color negro brillante.

En Puerto Rico puedes encontrar el árbol del corazón en cualquier región de la Isla, incluyendo la parte central. Puede ser cultivado en regiones de poca lluvia, áreas de altura y secas.

El árbol florece en verano y su producción puede iniciar a partir de su cuarto año de siembra. El fruto abunda entre los meses de marzo a junio. Cabe destacar que contrario a otras frutas, el “corazón” cuando madura no se cae al suelo, así que tienes que cosecharla o sino se seca en el árbol. La fruta puede medir hasta seis pulgadas de ancho.

Para un cultivo exitoso, se debe colocar cada árbol en un espacio amplio, pues su copa puede llegar hasta los 25 pies. En cuanto al abono, se recomienda utilizar aquellos que son especializados para árboles frutales. Para consumirla, puedes comerla fresca, eso sí, con mucho cuidado con las semillas. También puedes utilizar la pulpa y hacer un puré luego de remover las semillas y cualquier exceso de fibra.

 

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La autora es fundadora de Agrochic.com y está certificada en Terapia Hortícola por el Chicago Botanic Garden desde 2019. Además, es autora del libro ¡Verdura! Jardinería para tu bienestar (Cool Springs Press). Disponible a partir de octubre 2023 en español e inglés.