Apoyo comunitario
A multiplicar el orgullo comunitario
Por Perla Sofía Curbelo Santiago
Modelo de apoyo comunitario.
En poco menos de una década, el Centro de Microempresas y Tecnologías Agrícolas Sustentables, (CMTAS), ha contribuido en el proceso de transformación del barrio Quebradas en Yauco, Puerto Rico.
Y con paso firme, sus aportaciones estratégicas se han ido expandiendo a otros municipios con su modelo de resiliencia comunitaria.
Su portavoz y director de proyectos especiales, Pablo Guzmán, vive con el pecho hinchado de orgullo, algo obvio cada vez que le toca explicar cada uno de los proyectos que nacen y se desarrollan desde la organización sin fines de lucro.
Hoy día, CMTAS cuenta con 12 empleados y alrededor de 40 voluntarios, quienes impactan anualmente a 15,000 personas, entre todos los servicios que provee la organización. Entre ellos, talleres de capacitación, visitas educativas y de voluntariado, servicios de apoyo emocional y servicios clínicos de salud, entre otros.
Guzmán añadió que estos números se multiplicarán este año con la adición de proyectos de turismo sostenible, como la finalización y presentación del domo geodésico en madera. Una estructura geométrica antisísmica y anticiclónica.
Este proyecto en particular responde a la tendencia glamping que a su vez ofrecerá a los visitantes disfrutar de experiencias agrícolas en la finca y otras áreas cercanas a CMTAS. Además, será una oportunidad para diseminar aún más información sobre el sinnúmero de proyectos que llevan a cabo.
Pero también, funcionaría como un albergue para algunas familias, que en medio de una emergencia necesiten un techo seguro de inmediato. La estructura modelo estará lista para principios de mayo.
De acuerdo con Guzmán, en el plan estratégico de CMTAS está claro su interés en ser un modelo reproducible para otras comunidades, más allá de la zona sur de Puerto Rico.
La organización, cuya base es la agricultura sustentable, a través de la creación de un modelo de finca integrada, une saberes académicos, comunitarios y privados.
“Quisimos hacer una organización comunitaria donde pudiéramos lograr que los miembros de la comunidad, que han estado desplazados, que tienen un bajo nivel académico, [experimentan] analfabetismo, pobreza, marginación, etcétera… pudieran obtener “el pan de la enseñanza”, pero ajustado al área de la agricultura sustentable”, explicó el director de proyectos especiales.
A través de CMTAS, los participantes obtienen un sin número de herramientas básicas para encaminar sus proyectos. Parte de ello es completar un plan de negocio de 30 horas.
Según Guzmán, CMTAS cuenta con una finca de 72 cuerdas de terreno, donde muchas de las personas graduadas de los programas deciden quedarse y continuar sus emprendimientos relacionados con prácticas agrícolas sustentables.
A cambio, los participantes reciben tierra, agua y vigilancia como parte de los acuerdos con la organización. “Hemos creado un interés en el barrio Quebradas de Yauco, y nos hemos ido extendiendo al norte y hacia los municipios de Guayanilla y Peñuela”, explicó.
“Poco a poco buscamos gente que crea en la filosofía [de la organización] y que pueda hacer los mismo [desde sus respectivas comunidades]”, añadió.
Precisamente, uno de los proyectos puntales de CMTAS es la recolección y uso del sargazo (alga marina) que se acumula en las costas de la zona sur y convertirlo en alimento y fertilizante en su finca.
Proyecto ganador de los Donativos Ambientales Ford
Este proyecto en particular le fue merecedor de uno de los Donativos Ambientales Ford del 2020.
Guzmán explicó que aprovechan este valioso recurso, que llega temporeramente a las costas, para continuar abaratando costos y hacer de la operación una más eficiente y sustentable.
Cabe destacar que el sargazo se utiliza como parte del alimento del ganado vacuno y también se le provee a las aves de corral en un estado deshidratado.
De acuerdo con Guzmán, las ayudas económicas que ha recibido la organización a través de los años, entre ellas de parte de los Donativos Ambientales Ford, han sido esenciales para la adquisición de bienes como también para la “construcción” de resiliencia y mantenerse en pie cuando su comunidad más les necesite.
Desde su establecimiento en el 2001, el programa de Donativos Ambientales Ford ha aportado más de 1.7 millones de dólares a cientos de proyectos ambientales en Centroamérica y el Caribe.
Con este programa de responsabilidad social, Ford tiene como objetivo empoderar a las comunidades hacia un futuro más sostenible, al fomentar la multiplicación de esfuerzos colectivos que sirvan como catalizadores de cambios para alcanzar un mejor planeta.
Para más información sobre Donativos Ambientales Ford, que celebra este año su vigésimo aniversario, puede acceder a DonativosAmbientalesFord.com
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