La aromática lavanda
Propagación y uso práctico de la lavanda
Por Arístides Arzola*
La lavanda es una planta herbácea, tipo leñoso, familia de las labiadas. Oriunda del Mediterráneo, famosa por su aroma y propiedades calmantes. Desde los orígenes de la civilización, la lavanda ha sido muy reconocida por su agradable perfume, por sus atributos para el aseo personal y la limpieza, y por su hermoso follaje aromático de color verde grisáceo.
Por lo general, crecen en regiones de climas secos donde los suelos son de tipo cálcareo y pedregozo. Las plantas de lavanda crecen por espigas con flores color azul, púrpura, blanco y rosado. Las especies más comunes son Angustifolia, Intermedia, Dentata y Stoechas.
Las lavandas de la especie Angustifolia se reconocen por su suave aroma y sus múltiples propiedades medicinales. Son plantas que crecen entre 18 a 24 pulgadas de alto. Mientras que las lavandas de la especie Intermedia crecen hasta tres pies; son híbridos y se reproducen sólo por esquejes. Además, son plantas muy vigorosas y su aceite es muy común para la fabricación de productos para aromaterapia.
Vídeo sobre recolección y destilación de la lavanda
Por su parte, las lavandas de las especies Dentata y Stoechas son más comunes como plantas ornamentales; su fragancia es más alcanforada.
Requisitos de siembra
Para tener éxito con nuestra lavanda, es sumamente importante proveerle mucha iluminación y poca agua para evitar el exceso de humedad. Antes de sembrarlas en nuestro patio, debemos considerar si nuestro suelo tiene un excelente drenaje. Nunca debemos sembrar una planta de lavanda en lugares donde se acumule el agua. De ser así, le recomendamos que la trasplante a un tiesto de terracotta o barro donde usted podrá controlar la cantidad de agua que le estará proporcionando a su planta.
La mezcla para sembrarla debe contener suficiente perlita, arena de río, musgo (peat moss) y piedras trituradas para promover el drenaje. Fertilizamos sólo una vez al mes. Recuerde que las plantas de lavanda son de exterior y necesitan agua moderadamente, un promedio de dos a tres veces en semana.
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Usos prácticos
La lavanda es una planta muy efectiva para tratar los dolores de cabeza, migrañas, mareos y fatiga. Es reconocida por sus atributos desinfectantes y antiinflamatorios. Además, sirve para aliviar los malestares estomacales. También para cicatrizar heridas y sanar quemaduras. Asimismo, ayuda a repeler insectos como la polilla, mosquitos y pulgas, entre otros.
El autor es especialista en lavandas y miembro de la Lavender Growers Association.
*La información para esta nota se publicó originalmente en la revista Agrochic, ediciones 3 y 5.
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