Jardines familiares
Kale Mamá: Ganadoras Donativos Ambientales Ford
Por Perla Sofía Curbelo Santiago
La ruta de Kale Mamá está clara, proveer experiencias de conexión con la Naturaleza a través de actividades de jardinería para los niños y sus familias, y ajustándose a cualquier circunstancia.
Desde hace cuatro años, el dúo compuesto por Elena Mercedes Rodríguez y Lauren Danner, se ha dedicado a educar e inspirar mediante actividades creativas en jardines para polinizadores.
Además de accesibles, estos espacios son “catalizadores de bienestar en la comunidad”.
De acuerdo con las promotoras agrícolas, los huertos y jardines agrourbanos se convierten en “laboratorios vivientes”, donde tanto los niños como también los adultos pueden experimentar directamente con los ciclos de la Naturaleza.
Asimismo, son espacios educativos donde se aprenden hábitos sustentables, entre ellos la siembra de un jardín, el consumo de productos locales, cómo cosechar agua de lluvia y la reutilización de materiales.
“Los jardines proveen un hábitat para polinizadores silvestres (abejas, mariposas, pájaros); proveen inspiración, bienestar y salud mental a la comunidad”, explicó Elena Mercedes, agrónoma, graduada de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagúez.
“Además, añaden valor estético y son promotores de resiliencia”, añadió.
Precisamente, su proyecto “Jardines de Polinizadores, Educativos e Inspiradores” resultó uno de los seis ganadores de los Donativos Ambientales de Ford en el 2019, en la categoría de Seguridad Alimentaria.
Como resultado, Kale Mamá, una organización sin fines de lucro, se ha mantenido por los pasados meses brindando apoyo y talleres en jardines polinizadores de la zona oeste de Puerto Rico.
También desarrollan productos, participan de brigadas de siembra y propulsan colaboraciones con otros emprendimientos agrícolas.
“[El Donativo] de Ford nos permitió llevar a cabo más y mejores experiencias de conexión con la Naturaleza”, validó Elena Mercedes.
“Participar de la instalación de un jardín redunda en un mayor compromiso de la comunidad, y el impacto para las personas y el espacio tienen un efecto multiplicador”, añadió.
Kale Mamá ha invertido parte del Donativo para la compra de herramientas, tierra, efectos escolares y semillas.
“Hemos liderado un club de jardinería comunitaria semanal, en Gudvibes (Aguadilla). Allí producimos un evento especial, (Featured Farmer), en donde resaltamos a La Micro Finca, un proyecto agrícola liderado por Tadilka Rivera”, mencionó Elena.
Por su parte, Lauren, quien es Garden Educator, graduada de la Universidad de Loyola en Chicago, explicó que para el establecimiento de los jardines las ubicaciones se eligen cuidadosamente, tomando en consideración que el lugar seleccionado promueva los mismos valores que Kale Mamá.
Asimismo, que exista una empresa que custodie y se responsabilice por el jardín, contando con el apoyo de la organización.
Cabe destacar que las educadoras esperan instalar dos nuevos jardines en lo que resta del 2020, una vez pase el periodo de cuarentena debido a la pandemia de COVID-19.
“Eventos como el Huracán María en 2017; los terremotos de diciembre 2019 y enero 2020; y actualmente COVID-19, nos han llevado a todos a repensar y reinventar, pero de alguna forma u otra siempre encontramos un rayito de esperanza; una idea nueva o una colaboración nueva”, comentó Elena Mercedes.
Un ejemplo de esta reinvención, Kale Mamá, en medio de la crisis de los terremotos, elaboró paquetes o kits de manualidades con materiales escolares, libros, semillas y pequeños diarios para ser utilizados en los huertos comunitarios y escolares.
En cambio ahora, debido a las restricciones relacionadas con la pandemia, atienden directamente la necesidad de más huertos. Éstas indicaron que están elaborando cajas básicas para que las familias puedan comenzar su propio huerto.
Además, están brindando apoyo a los participantes (desde el distanciamiento físico) para empoderarlos en cuanto al tema de seguridad alimentaria.
Éstas contaron que una seguidora de Kale Mamá, Nicole Hammond y estudiante de maestría, les propuso crear el proyecto colaborativo Growing Resilience- Gardens to Go.
Esta iniciativa consiste en la elaboración y distribución de pequeñas cajas-kits con materiales para comenzar un jardín.
Durante esta emergencia, las educadoras sugirieron mantener la calma, fomentar la jardinería y la creatividad.
También compartieron que en medio de la difícil situación, han recibido numerosas enseñanzas y validado que en la “unión está la fuerza”.
Sobre qué aconsejarían a otras personas que están considerando participar de los Donativos Ambientales de Ford, Kale Mamá recomendó ser minuciosos con la documentación.
“Mantener siempre un informe continuo de lo que haces; esto les ayudará grandemente a destacar su obra y apoyar su misión.
Además, “mantener un informe actualizado facilita el desarrollo de planes y la participación en grants como también ayuda a celebrar los logros y medir su impacto”, concluyeron.
Desde su establecimiento en el 2001, el programa de Donativos Ambientales Ford ha aportado más de 1.7 millones de dólares a cientos de proyectos ambientales en Centroamérica y el Caribe.
Con este programa de responsabilidad social, Ford tiene como objetivo empoderar a las comunidades hacia un futuro más sostenible. Al fomentar la multiplicación de esfuerzos colectivos que sirvan como catalizadores de cambios para alcanzar un mejor planeta.
