Envejecimiento y jardinería
Por Perla Sofía Curbelo Santiago
Los ajustes en las tareas del jardín son inevitables. Se realizan por asuntos de tiempo, dinero, salud y porque envejecemos, entre muchas otras razones.
Discutimos mucho sobre cómo la jardinería es una actividad recreativa y beneficiosa que podemos practicar en cualquier etapa de nuestra vida. Pero le dedicamos muy poco tiempo a nuestra transición física y emocional para continuar con las responsabilidades del jardín y/o huerto.
Según envejecemos, nuestra piel es más delicada al sol, productos del jardín e incluso a plantas. Asimismo, empezamos a perder agudeza visual y coordinación motora. Con el tiempo, nuestra agilidad y fuerza física se irá reduciendo.
Desde hace un tiempo, he empezado a realizar cambios en mis actividades de jardinería. Estoy sembrando más plantas de interior y trasladé mi huerto de hierbas aromáticas para el balcón. Así las tengo más accesibles para su uso en la cocina.
Aunque espero seguir activa en el patio por muchos más años, a mi cuerpo cada vez le toma un poquito más de tiempo recuperarse. Sobre todo, luego de largas sesiones de siembra o tareas cortas, pero de alta intensidad.
Desde ahora, quiero empezar a atender el asunto para reducir posibles accidentes en la casa y patio por simplemente empeñarme a realizar tareas que ya resultan incómodas para mi espalda, brazos y piernas.
En el artículo Gardening As We Age, publicado en el sitio electrónico del Chicago Botanic Garden, la especialista en temas de terapia hortícola, Barbara Kreski, recomienda trabajar esta transición en cuatro áreas: prevención, preparación, posicionamiento y “panas” (partners).
La prevención implica realizar ajustes a nuestra rutina diaria en el jardín, invertir tiempo en protegernos para evitar lastimarnos e implementar estrategias para aumentar las actividades que más disfrutamos llevar a cabo.
La preparación se refiere a realizar un inventario de nuestro espacio, planificar proyectos más sencillos y manejables. Kreski invita a ver esta transición natural como la oportunidad de crear tu jardín ideal.
El posicionamiento es analizar dónde están las áreas de siembra que necesitan más atención y esfuerzo de tu parte y comenzar a reubicar, sustituir y/o eliminar plantas del plano del nuevo jardín.
El pana o partner es una persona que invitas a que te ayude en el mantenimiento de aquellas áreas que ya no deseas o te es imposible atender. También puede ser una persona que contratas para que te asista en algunas labores de jardinería como poda, cortar la grama y hasta mover la pila de composta.
Aquí una lista de diez sugerencias basadas en las recomendaciones de Kreski:
1. Estírate.
Antes de realizar cualquier actividad en el patio (mover tiestos, sacos de tierra, cavar, voltear la pila de composta) empieza a estirar y a calentar tus articulaciones, la espalda y las piernas.
2. Herramientas coloridas.
Con la edad, nuestra visión pierde agudeza. Utiliza herramientas y accesorios con colores llamativos para que contrasten en la grama y no se te pierdan en el patio. Podrías también pintar o colocar calcomanías a los mangos de tus herramientas.
3. Inventario verde.
Préstale atención a todas las tareas que debes realizar para mantener como te gusta tu patio. Ten claro qué te gusta hacer y qué podrías empezar a delegar. Analiza la condición de tus árboles y arbustos para determinar qué ajustes realizarás.
4. Siembra manejable.
Con el tiempo debes facilitarte tus actividades de siembra y mantenimiento. Quédate con tus plantas favoritas y reduce aquellas áreas del patio que a través del tiempo te han traído más dolores de cabeza.
5. Áreas más pequeñas.
Podrías limitar el número de bancos y camas de siembra. De esta manera tendrás más tiempo para descansar y disfrutar del jardín, en vez de recuperarte de él.
6. Siéntate más.
Habilita algunas áreas del patio con sillas o bancos para descansar entre tareas. Utiliza rodilleras o cojines especiales para apoyarte cuando trabajes arrodillada. Recuerda estirar y cambiar de posición.
7. Revisa tu jardín.
Identifica dónde están las plantas que requieren que te dobles o estires con mayor frecuencia consumiendo mucha de tu energía. Si es posible, eleva aquellas siembras del suelo, utilizando mesas y tiestos. Si los cultivos están fuera de tu alcance, pide ayuda o utiliza alguna herramienta especial para cosechar y/o podar.
8. Utiliza más tiestos.
Reduce el uso de herramientas pesadas sembrando en tiestos.
9. Garden partner.
Siembra con alguien más para delegar y reducir las tareas de mantenimiento. También puedes contratar los servicios de jardinería para tareas que te dejan exhausta, como cortar la grama, podar árboles y mover la pila de composta, entre otras.
10. Herramientas eficientes.
Revisa su condición. Aparte del mantenimiento regular, considera sustituir algunas de ellas por herramientas con mejor filo, livianas, con agarre fácil, ergonómicas y manejables. Asimismo, si ya no puedes cargar productos pesados, utiliza una carretilla o reduce el tamaño de algunos de estos productos y equipos.
¿Qué cambios has realizado a través del tiempo para facilitarte las tareas en el jardín y huerto? ¡Comparte tus comentarios y estrategias!