Observar aves promueve el bienestar mental, comunitario y la responsabilidad ambiental

Por Perla Sofía Curbelo Santiago

Pajarear en los alrededores de mi hogar es parte de mi rutina diaria de bienestar. Me ayuda a comenzar el día con entusiasmo, a relajarme cuando necesito distraerme de alguna tarea de trabajo y a entender aún más mi responsabilidad ciudadana con el medio ambiente.

Entre los asiduos visitantes están: Gorrión negro (Black-faced Grassquit), Gorrión doméstico (House sparrow), Reinita común (Bananaquit), Mozambique o Chango (Greater Antillean Grackle), Tórtola aliblanca (White-winged Dove), Zumbadorcito de Puerto Rico (Puerto Rican Emerald) y Zorzal patirrojo (Red-legged Thrush).

Regularmente, la acción ocurre en varios puntos alrededor de mi hogar: en el patio trasero, justo en el árbol de guanábanas y la enredadera de la Quisqualis indica (Combretum indicum), como también en las trinitarias (Bougainvillea), los arbustos de Panama Rose y los hibiscos.

En la parte este, justo en un pasillo del patio donde tengo sembrados plantas de poleo (Mentha pulegium), un árbol de higos con hierbas aromáticas; y en el patio delantero, donde está un gran árbol de Noni (Morinda citrifolia) y una Palma Real (Roystonea regia).

Algunas de la especies vienen solas, como es el caso del zumbadorcito, otras vienen en pares, tríos o grupos de cinco, como los gorriones domésticos.

Muchísimo antes de avistar las primeras aves del día, escucho su canto desde mi cama. Con el tiempo he ido aprendiendo a reconocer cada una de las especies sin tener que abrir los ojos.

Zumbador. Foto: Unsplash.com

El trino es una forma de comunicación importante para las aves, ya que les permite establecer su territorio y atraer a una pareja. También puede ser una forma de comunicarse entre miembros de la misma especie y transmitir información sobre peligros o recursos alimenticios.

Mi día comienza abriendo las cortinas del cuarto para ver qué están haciendo algunos de ellos. Por lo regular, los primeros que veo son los gorriones negros y los gorriones domésticos.

Poco después, salgo a llenar los comederos (cuatro platillos pequeños en total) y a rellenar con agua el único baño de pájaros en el patio. Si hace mucho calor en el día o es bien frecuentado, lo relleno hasta dos veces, y trato de lavarlo cada dos o tres días.

Ver a las reinitas bañarse, por ejemplo, y luego sacudirse en las ramas de los árboles, es una estampa que nunca me cansará de observar. Es imposible no sonreír y sentir aprecio por la naturaleza y por las experiencias más sencillas que nos puede ofrecer la naturaleza.

Tórtola sobre rama de árbol de Noni. Foto: Agrochic

Por cierto, aprovecho cada garden break para pajarear desde cualquier ventana de la casa, si no puedo salir al patio. El pajarear o birdwatching es un pasatiempo para toda la vida que puedes practicar independientemente de tu edad, movilidad y circunstancias de vida. Lo puedes hacer desde cualquier lugar, siempre y cuando haya naturaleza en los alrededores. Además, se practica en todo el mundo.

Sin duda, añadir comederos y agua atraerá eventualmente pájaros a tu patio, pero lo que les llamará la atención primero será los árboles y arbustos que tengas sembrados. Así que si quieres observar y escuchar más aves cerca de ti, comienza por cultivar plantas y árboles que les atraigan.

Mientras más pajareo más me intereso por leer y conocer sobre las aves que visitan mis jardines; sus características físicas, su comportamiento y dieta. Algunos prefieren insectos que encuentran en las plantas y árboles. Mientras que otros el néctar de las flores y las semillas que producen las plantas.

Según Laura Erickson, autora del libro 100 Plants to Feed the Birds (Storey), en Norteamérica solamente, sobre 50 millones de personas alimentan aves en sus patios y jardines.

El alimento y agua que proveo en mi patio apoya la dieta de muchas de estas aves, pero la realidad es que será la riqueza del hábitat el que les proveerá su mayor sustento.

Por ello, profesionales de la ornitología (rama de la zoología que estudia las aves) recomiendan sembrar plantas y árboles nativos en nuestras comunidades, para atraer y ayudar en la conservación de aves nativas.

 

Lee también: Jardín para aves: Guía para un jardín amigable para las aves

 

Para comenzar a pajarear lo más importante es tu curiosidad y entusiasmo. En mi caso, por ejemplo, puedo observar a simple vista, pero si quiero ver más cerca algunas de las aves que están a una amplia distancia, utilizo un par de binoculares.

Puedes también satisfacer tu interés por la observación de aves uniéndote a organizaciones locales y profesionales que se dedican a organizar este tipo de eventos de forma frecuente.

Consigue guías (field guides) con fotografías a color e información básica sobre las aves más comunes de tu localidad para que comiences a identificarlas por especie, a distinguirlas entre su propia especie (las jóvenes, adultas, hembras, machos) y a familiarizarte con su comportamiento. Las personas expertas en el tema también recomiendan familiarizarnos con la biología aviar.

Este pasatiempo me ha animado a velar aún más por la biodiversidad en mi jardín; evito el uso de productos químicos en mis actividades de jardinería, y desyerbo y podo estratégicamente, entre otras acciones.

Además, pajarear es una excelente oportunidad para practicar otras actividades como la documentación de la naturaleza, a través del dibujo, la pintura paisajista, la fotografía y/o la escritura reflexiva.

 

Aquí te comparto cinco beneficios importantes de pajarear:

1. Mejora de la salud mental

Te desconectas temporeramente de fuentes de estrés. Foto: Unsplash.com

Permite a las personas desconectarse del estrés de la vida diaria y concentrarse en la naturaleza. Estudios han encontrado que reduce los síntomas de la depresión, la ansiedad y el estrés.

2. Mayor actividad física

Caminas y respiras mejor calidad de aire cuando estás al aire libre. Foto: Unsplash.com

A menudo esta actividad implica caminar o ir de excursión a diferentes lugares (incluso en tu propio patio) para observar diferentes especies, lo que puede ser una excelente forma de ejercicio. Esto puede mejorar la salud cardiovascular y ayudar a mantener un peso saludable.

3. Mayor aprecio por la naturaleza

Contemplas el paisaje del que tú también eres parte. Foto: Unsplash.com

Puede ayudar a las personas a desarrollar una comprensión y un aprecio más profundo por el mundo natural. Puede alentar a las personas a aprender sobre diferentes ecosistemas, hábitats y especies de aves, y promover los esfuerzos de conservación ambiental.

4. Oportunidades de socialización

Al pajarear, compartes la experiencia con otras personas con tus mismos intereses, como aficionados, expertos o tus amigos más cercanos. Foto: Unsplash.com

Es una actividad social que puede brindar oportunidades para conocer a otros observadores de aves y formar nuevas amistades. Esto puede ayudar a las personas a sentirse conectadas con su comunidad y reducir los sentimientos de soledad o aislamiento.

5. Valor educativo

Al pajarear, estás en constante aprendizaje. Foto: Unsplash.com

Puede ser una excelente actividad educativa para personas de todas las edades. Puede brindar la oportunidad de aprender sobre diferentes especies de aves, sus hábitats y su comportamiento. La observación de aves también puede enseñar a las personas sobre la importancia de los esfuerzos de conservación y el papel que pueden desempeñar en la protección del medio ambiente.

 

Cabe destacar que una persona ciega o con baja visión también puede disfrutar de este pasatiempo utilizando sus otros sentidos y técnicas alternativas:

1. Escuchar los cantos y llamados de las aves

Las personas ciegas pueden reconocer y disfrutar de los sonidos de las aves, que son una parte fundamental del birding o pajareo. Para ello, pueden utilizar grabaciones de audio o aplicaciones de identificación de aves que ofrecen información sobre las especies y sus vocalizaciones.

2. Sentir las plumas y otros detalles físicos

Algunas aves tienen plumas muy suaves o distintivas que las personas ciegas pueden sentir al tocar. Además, se pueden explorar otros detalles como el tamaño y la forma del cuerpo, la textura del pico y las patas, y la forma de las alas.

3. Acompañarse de un guía

Una persona con discapacidad visual puede ser acompañada por un guía que describa las características físicas y los comportamientos de las aves, y que también le ayude a moverse por el terreno.

4. Utilizar la tecnología

Existen diversas aplicaciones y dispositivos tecnológicos que pueden ayudar a las personas ciegas a disfrutar del pajareo, como aplicaciones de sonido en tiempo real que identifican las aves por su canto, grabadoras de sonido para registrar los cantos y llamados de las aves, y mapas táctiles que representan el terreno.

 

Lee más sobre Birding Blind en este artículo de la Sociedad Audubon.

Organizaciones y recursos para aprender más sobre la observación, sonido y comportamiento de aves:

Para La Naturaleza

Sociedad Ornitológica Puertorriqueña

Birds Caribbean

Audubon en español

eBird

Laura Erickson´s For the Birds (Programa radial en inglés)

Libros recomendados:

Woman Watching: Louise de Kiriline Lawrence and the Songbirds of Pimisi Bay, de Merilyn Simonds.

100 Plants to Feed the Birds: Turn Your Home Garden into a Healthy Bird Habitat, de Laura Erickson.

Las aves de Puerto Rico en fotografías, de Mark W. Oberle.

Aves de Puerto Rico: Desde mi entorno en Comerío, de Evelyn Santiago Rodríguez.

 

La autora es fundadora de Agrochic.com y está certificada en Terapia Hortícola por el Chicago Botanic Garden desde 2019. Además, es autora del libro ¡Verdura! Jardinería para tu bienestar (Cool Springs Press). Disponible a partir de octubre 2023 en español e inglés.