La sopa que debes servir después de la parranda navideña

por Male Noguera Osuna

¡Esto no se puede poner más fresco!

Los huertos tienen vida propia. Y, con esto en mente, los nenes y yo decidimos hacer un plato en su honor.

En nuestro huerto hay plantas que van por buen camino, mientras que otras han pasado al más allá. Es que, para los que todavía somos rookies en esto de la siembra –y para las madres que trabajamos y criamos nuestras propias ‘semillitas’ de amor–, un huerto es como un twilight zone, donde la ciencia se mezcla con la ficción y la fantasía.

Así que, por más planes que teníamos de cosechar maíz en abundancia –por dar un ejemplo–, la tierra decidió que ella le iba a dar paso a un fruto que parece como si hubiese llegado desde la cuarta dimensión: la señora calabaza.

Apareció sin invitación, pero claro, ella siempre está bienvenida en nuestra casa.

En honor a ella, y a los tiestos con cilantro germinado que tenemos en el patio (¡yupi!), quisimos adelantarnos y hacer una sopa de calabaza para celebrar lo que pronto tendremos en el huerto.

El pequeño chef muy concentrado.

Además, cocinar es una de las mejores maneras para presentar nuevos alimentos a los niños. A los míos les encanta la sopa que hacemos, pues la comen desde que son bebitos. No obstante, mientras mi hija cortaba el pimiento, decía: “Yo no voy a comer eso”. Entonces, estos son los momentos en que uno aprovecha para explicarles el gusto de cada ingrediente, y la importancia que tienen para que el cuerpo esté sano.

Incluso, comerlos puede comenzar como una meta, y luego un logro. A la chiquita de casa la reto a probar nuevos ingredientes, y la motivo diciéndole que le aplaudiré y le pitaré si se lo come. ¡A ella le encanta! Su carita vale un millón cuando descubre algo nuevo que no sabe “tan malo” como había pensado.

Cocinar es una de las mejores maneras para presentar nuevos alimentos a los niños.

Y así es como en casa convertimos a estos “intrusos” de la cuarta dimensión en aliados de nuestra realidad. Y tú, ¿qué trucos tienes para que los niños coman alimentos sanos? ¡Cuéntanos!

Receta de sopa de yautía y calabaza:

Ingredientes:
3 libras de calabaza fresca
2-3 yautías
2 cebollas
3 dientes de ajo
1 pimiento cubanelle
¼ pimiento rojo/amarillo/anaranjado
Cilantro a gusto
Recao a gusto
4 tazas de agua o caldo de pollo (que cubra por encima a los vegetales en la olla)
Sal y pimienta a gusto

Extra– puedes darle un toque diferente con curry en polvo o jengibre fresco, y hasta leche de coco.

 

Procedimiento:

  1. Corta la cebolla, el ajo y los dos pimientos al estilo juliana –no tienes que cortar pequeño, pues todo se molerá–, y sofríelos a fuego mediano-bajo en una olla grande con aceite de oliva.
  2. Sazona con la sal y la pimienta. Recuerda que si no utilizas sazón en cubitos, debes sazonar bien. Incluso, puedes usar un poco de adobo. Si usas un caldo de pollo, toma en cuenta que es probable que ya tenga sal.
  3. Corta la calabaza en pedazos de dos a tres pulgadas, sin cáscara, al igual que la yautía. Cuando los vegetales del sofrito luzcan translúcidos, coloca las viandas en la olla. Sazona la calabaza un poco. Agrega el agua o el caldo, y hierve a fuego mediano-alto por 30 minutos, aproximadamente.
  4. Pincha las verduras con un tenedor para saber si están cocidas. Apaga la estufa, y deja reposar hasta que los sabores se fusionen bien y baje la temperatura.

¡Acabadito de poner en la olla y ya huele rico!

5. En un procesador de alimentos, coloca los pedazos hervidos de cebolla, pimiento y ajo, y combínalos con cilantro fresco y ¼ de pimiento crudo. Muele. Esto le dará aún más sabor a la sopa.

6. Usa una cuchara con huecos para extraer las viandas de la olla. Colócalas en una licuadora o en un envase para moler con un procesador de mano. Añade el caldo poco a poco, mezcla y coloca la salsa espesa de los vegetales y el cilantro fresco. Repite hasta que muelas todo y logres la consistencia deseada.

Sopa de yautía y calabaza para el alma.

Mientras esté caliente, puedes echar unas hojitas de recao, para dar más sabor, y luego las sacas al servir la sopa.

Si te sobra caldo, puedes usarlo luego para hacer unas sabrosas habichuelas.

¡Buen provecho!