Reflexión e inspiración
El “llanto” del sándalo
Por Abisael Flores Rodríguez
Nota: La reflexión en la naturaleza siempre ha sido una actividad a la que el ser humano ha recurrido para organizar sus pensamientos. Durante este mes del Planeta Tierra te animamos a que salgas al patio, trabajes la tierra o visites un parque, y aproveches este tiempo para ello. Nos complace compartir esta reflexión.
“Demuestra de qué madera estás hecho…”
Por años, la sociedad moderna se ha empeñado en extraer de nosotros gran parte de nuestro ser.
Nos imponen alguna conducta, nos enseñan a “vestir apropiadamente”, según la moda que otro decidió o interpretó como “tendencia”; manipulan nuestros gustos y nuestras agendas.
En fin, que muchas veces acabamos siendo o haciendo lo que otro quiere que seamos, o hagamos, sin darnos cuenta que nuestra esencia se esfuma.
Partiendo de esta expresión tan fuerte, como premisa, y habiendo estudiado un poco acerca de una de las especies de árboles más hermosas que he conocido, hago esta reflexión sobre el Sándalo.
Se trata de un árbol cuya respuesta al cortar su madera amarillenta, o al herirle con algún filamento, es simplemente perfumar.
Al Sándalo (Santalum album) se le atribuyen propiedades curativas y su aceite esencial es perfecto para aliviar el “dolor del alma”.
Por eso, en esta obra, el color dorado está presente, para significar ese olor, que es inperceptible a la vista, pero no al corazón.
Sin embargo, en ocasiones, así mismo pasamos por alto muchas de las características que nos hacen ser diferentes, especiales y únicos, (porque no tenemos que ser o pensar como los demás).
Entonces, me gustaría pensar que esa sería mi constitución si fuese a demostrar de qué madera estoy hecho.
Me gustaría pensar que por más heridas o situaciones que puedan “cortar mi corteza”, siempre habrá una respuesta que perfume el alma de quien la hiere.
Si bien la reacción del ser humano, ante cualquier ataque, es la auto-defensa, sería interesante plantearnos la misma pregunta cuando nos juzgan, cuando nos ofenden, cuando nos minimizan sin compasión, cuando nos cortan las alas o intentan obstaculizar algún sueño.
Sería interesante, si al igual que el “llanto” del Sándalo al ser cortado, hiciéramos lo mismo con nuestro propio ser, con nuestro entorno, con nuestro País.
Sin duda, hay muchas heridas que sanar, mucha gente a la que hay que restaurar y “perfumar”. Se vale llorar, se vale detenerse, pero sobre todo se vale más transformar cada lágrima en una hermosa fragancia que aliente nuestro espíritu y el de los demás.
Y tú, ¿de qué madera estás hecho?
El autor es comunicador profesional y artista plástico.
Si estás atravesando por una situación de violencia doméstica y/o agresión sexual #NoEstásSola Aquí tienes el Directorio de Ayuda de la Coordinadora Paz Para La Mujer: https://pazparalamujer.org/directorio-ayuda/