Proyecto para mujeres y en armonía con la Naturaleza

Por Gloribel Delgado Esquilín

Hace más de una década, Ivonne M. Reverón Medina escuchó su llamado y tomó acción. Danzante de la Luna, cuidadora de la semilla y educadora, la boricua reconoció la urgencia de crear un espacio en la Naturaleza, donde apoyar a mujeres en sus procesos de sanación. Así nació Finca Martinete, a orillas del Río Patillas, en el municipio de Patillas, al sureste de Puerto Rico.

Un grupo de mujeres se reúne alrededor del fuego para conversar sobre sus experiencias e intercambiar conocimiento. Foto: Suministrada/Finca Martinete

Desde allí, organiza círculos de mujeres, que danzan con la Luna, aprenden del fuego, de sembrar su comida, crear maracas, disfrutar del río y recargar.

También ofrece servicios de Doula o acompañante en la gestación, picnic veganos, agrocamping y creación de huertos.

Inmersión en la Naturaleza. Disfrutar de actividades en el río es uno de los muchos ofrecimientos en Finca Martinete. Foto: Suministrada/Finca Martinete

La finca ha servido de retiro para grupos internacionales que honran el Sagrado Femenino, siguiendo tres pilares principales: la agroecología, el turismo rural y la espiritualidad.

Luego del paso del huracán María (2017) por la Isla, su proyecto tomó vuelo. Dividiendo su semana, entre su casa en Quebradillas y su finca en Patillas, levantó el espacio.

Ivonne Reverón Medina divide su faena entre el norte y sur de la Isla. Es también co fundadora del proyecto agroecológico Desde mi huerto. Foto: Finca Martinete

Honrar las criaturas

Lo primero que aprendió en Finca Martinete fue honrar a las criaturas del lugar. Contó, como en los primeros meses, un pájaro, de pico largo y cuerpo liviano, volaba despavorido cada vez que entraban al área del río. Sintió que debía respetar el espacio y poco a poco, fue ganando su confianza. Meses más tarde, el pájaro dejó de asustarse y aprendió a sentirse seguro con su llegada. De esa relación de respeto, nació el nombre de la finca. El pájaro era un martinete (Butorides virescens).

El ave Martinete (Butorides virescens). Foto: Pixabay.com

Al entrar a la finca encuentras la casa donde se ofrecen algunos de los talleres y aloja huéspedes que llegan a través de la plataforma AirBnB. Le sigue un área de siembra y un pequeño bosque de bambúes; perfecto para acampar, poner una hamaca o tirar una manta para un picnic.

Al final, corre el Río Patillas, ideal para darse un chapuzón o meditar con el agua. Y como si fuera poco, a tres minutos guiando, está el Río Survivor, perfecto para tener una ecoaventura.

También puedes encontrar el alojamiento de la casa a través de la plataforma de AirBnB. Foto: Suministrada/Finca Martinete

Hermosa vista en Finca Martinete. Foto: Suministrada/Finca Martinete

Volver a la esencia

Reconectar con la naturaleza es la meta esencial de todas las experiencias. Ivonne comparte, en cada visita, el estilo de vida que lleva mucho tiempo practicando.

Antes de iniciar Finca Martinete, la educadora vivió varios años en Las Casas de la Selva en Patillas, donde aprendió cómo funcionaba el modelo de desarrollo forestal y ecoturístico del proyecto. Desde allí comenzó a profundizar su conexión con el bosque. Visitó además Costa Rica y México, donde practicó danzas a la Luna, aprendiendo a integrar los ciclos de la naturaleza en su diario vivir.

También lleva años laborando en el proyecto de agroecología Desde mi huerto, del cual es cofundadora. Desde ahí se distribuyen semillas orgánicas a diferentes puntos de la Isla.

Medicina vegetal

Por esos caminos de búsqueda, conoció la ruda y la artemisa, esenciales para la salud de la mujer. “Hay plantas que nos apoyan”, aseguró, mientras explicó que fueron plantas primordiales en su sanación hacia la gestación.

Ambas son conocidas en la medicina natural por sus múltiples beneficios. La ruda ha sido utilizada por años como relajante natural, reduce el estrés, evita la indigestión y aumenta el flujo sanguíneo en el área de la pelvis o el útero, aunque en el caso de mujeres embarazadas, podría provocar abortos.

Por su parte la artemisa, es conocida porque alivia los cólicos menstruales, regula el periodo, ayuda a disminuir tumores, entre otros beneficios.

Su misión es “apoyar en la sanación de la carga ancestral de las mujeres”. Conectar con el útero, crecer, idear, accionar desde nuestros cuerpos, en conexión directa con la Naturaleza. Por eso, Finca Martinete está abierta para grupos de mujeres que quieran organizar retiros, meditaciones o tener encuentros con la Naturaleza.

Entre las experiencias más recientes, está la historia de Olga, una turista rusa quien este verano se alojó en la casa de Finca Martinete y decidió regresar con un grupo de mujeres el pasado mes de octubre. Completó su visita feliz, celebrando rituales, recorridos por la finca, el río y comidas veganas, preparadas por una chef local.

La misión de Ivonne es apoyar en el proceso de sanación de la carga ancestral de las mujeres. Foto: Suministrada/Finca Martinete

Según Ivonne, estas experiencias le dan esperanza de que su visión siga tomando fuerza y atraiga a más grupos y personas a participar de este espacio natural. Desde luego, así será. Ya echaron muchas semillas, ahora es solo esperar a que crezcan más.

Para más información sobre los eventos y estadías en Finca Martinete, puedes comunicarte al 787.415.4761.

 

La autora es escritora, agricultora, periodista independiente y artesana.

 

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