La apicultura: un recurso de vida
Por Rosangely Gómez Estrada
Semana de la apicultura puertorriqueña del 10 al 16 de febrero.
Las abejas son parte esencial para la supervivencia humana. Sin ellas, aunque no imposible, sería difícil sobrevivir.
En muchas ocasiones se desconoce la importancia de sus funciones en el ciclo de crecimiento de muchos frutos, que son los mismos que utilizamos para nuestra alimentación. Refresquemos la memoria respecto a cómo trabajan las abejas y la importancia de la apicultura.
¿Qué hay dentro de una colmena?
Las abejas viven en una comunidad o colonia formada por grupos de individuos o castas. Estas castas se dividen en tres: la reina, muchas obreras y pocos zánganos.
La reina es la única abeja capaz de poner dos tipos de huevos, los fecundados donde nacen las hembras y los no fecundados donde nacen los machos. Ésta puede lograr poner alrededor de 3,000 huevos al día dependiendo de las condiciones del clima y sus recursos.
Las obreras forman la mayor parte de una colonia, son infértiles y llevan a cabo funciones dentro y fuera de la colonia. Son quienes mantienen la limpieza, cuidan de las crías, maduran y reciben el néctar, defienden la colonia, construyen panales y recolectan néctar, polen y agua.
Los zánganos son los machos de la colonia. Son quienes consumen miel y fecundan a la reina. Estas abejas no pueden picar porque no tienen aguijón. Hay alrededor de 50 a 200 zánganos en una colonia.
Respecto a las colmenas, construidas y mantenidas por los apicultores, es sumamente importante crear un sistema práctico que haga posible trabajar con los panales sin romperlos y permitir la manipulación de éste para velar por sus condiciones. Dentro de ella las abejas tienen sus nidos, almacenan el néctar, producen miel, entre otras funciones.
Para obtener más información sobre el equipo que se utiliza en la apicultura y sobre este segmento agrícola, conversé con Ricardo Caraballo, de Miel El Cafetal y Apiarios Caraballo. Egresado de Agronomía del Recinto Universitario Mayagüez, de la Universidad de Puerto Rico (UPRM) y quien se especializó en apicultura.
Caraballo me explicó que lo más importante para trabajar una colmena sería la vestimenta adecuada; mameluco con velo que proteja la cara y el cuerpo; los guantes y calzado cerrado. Las herramientas principales son el ahumador y la espátula para trabajar la caja y los cuadros.
El ahumador apícola produce un humo que da la impresión de incendio en las abejas lo que las lleva a proteger las crías y su producción. Pierden su disposición de ataque y el apicultor o apicultora tiene la oportunidad de trabajar la colmena.
La espátula se usa para separar, mover y levantar los cuadros al igual que para limpiar la colmena.
Actualmente en Puerto Rico, existen tres escuelas apicultura: Escuela de Apicultura del Este, Escuela de Apicultura en Hatillo y la Escuela de Apicultura del Oeste.
Estas escuelas están organizadas por personas voluntarias que les interesa conocer más sobre la apicultura. Caraballo mencionó que no hay una certificación oficial de técnico apicultor. Aún así, se ofrece un certificado de participación en el adiestramiento.
También me explicó que se está trabajando para que haya uniformidad y que exista un certificado de grado técnico en la apicultura. La intención es crear un currículo que sea válido y certificado por el Gobierno de Puerto Rico. Asimismo, el Proyecto del Senado 974 busca regular la apicultura urbana en el País.
Según Caraballo, este Proyecto establece la apicultura urbana como una nueva manera de trabajar con las abejas, pero dicha pieza legislativa aún no ha sido aprobada en la Cámara de Representantes de Puerto Rico.
De acuerdo con el comunicado publicado a través de la página electrónica del Senado de Puerto Rico, “La pieza legislativa enmendaría la Ley para la Protección y Preservación de los Polinizadores de Puerto Rico, (Ley Núm. 156-2016) para establecer y reglamentar la apicultura urbana dándole una mayor protección a la abeja puertorriqueña al imponer penalidades”.
La apicultura requiere de seguridad y conocimiento y es un campo accesible a cualquier persona y edad. Para más decir, en Puerto Rico la persona más joven que trabaja con abejas tiene entre 7 y 8 años. En el caso de Caraballo, éste ha estado involucrado en la apicultura desde que tenía ocho años.
Las escuelas mencionadas anteriormente se enfocan en orientar y capacitar a niños y jóvenes que deseen conocer más sobre el mundo de la apicultura.
Desde pequeños nos dicen que le temamos a las abejas porque sus picaduras duelen y no se puede decir lo contrario. Sin embargo, si incorporamos un acercamiento distinto a las abejas, podríamos despertar el interés en los niños y jóvenes.
Las fundadoras de Kale Mamá, Elena y Lauren, recomiendan :
BEE CALM: Mantén la calma alrededor de las abejas. Demuéstrate tranquila ante los niños, da un paso atrás y díles “Let the bees be” – Dejemos las abejas ser.
OBSERVA: Háblales a los niños sobre la importancia de aprender a observar. Observen una abeja ir de flor en flor. “¿Ves las “botitas” de la abeja? Esos son los sacos de polen”. Háblales sobre ¡la polinización!
EDUCA: Ayuda a los niños aprender sobre las abejas. Es más fácil comprender y respetar lo que conocemos.
Las abejas son mucho más que una picadura dolorosa, son la razón por la cual muchos de nuestras cosechas nos brindan alimento. Además, gracias a ellas obtenemos la miel que utilizamos para nuestros dulces placeres como los postres, teses y remedios naturales para la salud.
Actividad recomendada: Para conocer más sobre las abejas, sal al patio de tu hogar, de madrugada (5:00 am – 6:00 am), y observa las flores que han crecido o que has sembrado en tu patio. Observa detenidamente como no tan sólo las abejas, pero también distintos insectos se nutren de su polen.
Un dato curioso: En el 2012 se descubrió en Puerto Rico la abeja gentle bee lo cual puede asegurar una nueva aportación al crecimiento económico de la Isla.
La abeja gentle bee surge de la mezcla de la abeja africana y la europea. Es la combinación perfecta ya que obtiene en su ADN la resistencia a enfermedades mortales de abejas, que proviene de la abeja africana y la gentileza de la abeja europea.
Caraballo aseguró que en Puerto Rico es bien resistente la abeja y eso ha tomado un gran interés a nivel científico. Ésta ha sido identificada como la esperanza de la creciente escasez de abejas.
“Se desarrollará un plan en el que estas abejas puedan suplir la demanda de abejas que hay mayormente en Estados Unidos, que depende de la polinización. Se está viendo como un posible modelo económico de producción de reinas para transportar”, explicó Caraballo.
La apicultura en Puerto Rico ha tomado un giro positivo en los pasados años. Caraballo afirma que está ocurriendo un “movimiento refrescante” luego del huracán María. “Las personas se concientizaron de la importancia de las abejas y cómo cuidar de ellas luego de la escasez de flora [tras] el huracán. Una nueva ‘cepa’ de apicultores y rescatistas está resurgiendo”, añadió.
Para formar parte de este nuevo grupo, puedes comunicarte con las escuelas de apicultura en Puerto Rico:
Escuela de Apicultura de Hatillo: 787.607.4313
Escuela de Apicultura en el Este: 787.215.4844
Ricardo Caraballo: 787.267.9934 / www.mielelcafetal.com
Fuentes consultadas:
Piqueras, José. Iniciación a la apicultura, (2009).