Por Nydia E. Vicente
Me encanta el orégano, una planta de esta hierba en el jardín no tiene precio. Es una planta muy fuerte, fácil de propagar y no requiere de cuidados especiales. Sin ella, muchos platos de la comida italiana y la criolla nuestra no serían lo mismo. Le añade un sabor muy particular a guisos y asados. Debemos tener en mente que al igual que con la mayoría de las hierbas culinarias, hay que tener moderación si se usa seco.
En el mundo de las aromáticas existe una gran diversidad de hierbas con sabor y olor a orégano. Entre los verdaderos, se encuentran el orégano común, el orégano griego y la mejorana, pertenecientes todos al género Origanum. El orégano chiquito nuestro cae bajo el nombre de Lippia graveolens.
 
Mejorana. Foto: N. Vicente
Orégano brujo verde y variegada. Foto: N. Vicente
Por otra parte, tenemos al que se conoce como orégano brujo, o cubano, Plectranthus amboinicus, en versiones verde y variegada. Tengo también uno que se conoce como orégano mexicano, Poliomintha longiflora, cuyo sabor es un tanto picantito. Este último tiene hojas pequeñitas parecidas al tomillo y produce unas flores exquisitas en forma tubular que van de blanco liláceo a violeta claro. La planta es leñosa y muy resistente. 
Orégano Mexicano. Foto: Nydia Vicente
Orégano verdadero. Foto: N. Vicente
 
Entiendo que la mejorana es una de las más delicadas de este grupo pues no resiste bien periodos largos de sequía. En cambio, el orégano chiquito, cuyas hojas son más duras, se la pasa muy bien unos cuantos días sin agua. Y las hojas del griego están cubiertas con unas vellosidades que lo protegen cuando el agua escasea. Todos ellos se desarrollan mejor y más frondosos si los podas con frecuencia. Recientemente me regalaron unas plantitas de orégano verdadero, del común y el griego, así que nos estamos conociendo. De este último lo único que puedo decir es que el aroma y el sabor son muy, pero que muy fuertes. 
 
Orégano chiquito. Foto: N. Vicente
Orégano griego. Foto: N. Vicente
Me gusta tener el orégano brujo variegado regado por el jardín, ya sea en tiestos o en el suelo, pues combina muy bien con otras ornamentales y hace un contraste muy bonito. Brujo al fin, crece tanto que hay que mantenerse podándolo continuamente.
Tip: cuando podes tus oréganos, puedes procesar y secar las hojas; ya sea de forma natural o en el horno a baja temperatura. También las puedes usar frescas para preparar vinagres o aceites aromatizados. Envasados en una botella atractiva hacen un regalito muy agrochic.