Crianza de gallinas en el patio
Por Yadeliz Lacén Rivera
La mayoría de las personas posee una mascota en sus hogares. Muchos tienen un perro, un gato, peces o hasta pájaros enjaulados que terminan por convertirse en parte de la familia.
Sin embargo, cuando criamos animales de finca (cabros, conejos, cerdos y gallinas), como domésticos, esto podría traer retos pero también beneficios especiales a sus dueños.
Precisamente, conversamos con dos avicultoras de patio:
“La educación es la clave para criar apropiadamente a las gallinas”.
Iliana Ballester, profesora universitaria, decidió criar gallinas, hace dos o tres años, para así obtener una mejor alimentación para ella y su familia. “Me siento más feliz de comer esos huevitos porque sé lo que le estoy dando (de alimento) a las gallinas”, expresó. Ésta señaló sentirse más satisfecha de consumir los huevos de sus gallinas libres, porque están saludables y no alterados con hormonas.
“En casa las vemos como mascotas, [y] todas tienen nombre”, indicó. Las gallinas son parte importante de su familia y las cuidan lo mejor posible. Las nutren con maíz, purina y, en ocasiones, con el sobrante de las ensaladas. Además, Iliana limpia periódicamente el gallinero, que está ubicado en el patio. Éste es un espacio controlado en donde solo van a dormir.
Un reto que ha enfrentado la profesora de comunicación es que, a veces, las gallinas se escapan de su gallinero y se comen todo lo que está sembrado en el huerto. Para ella, ha sido desafiante el cómo mantenerlas en su espacio sin que destruyan las plantas.
La profesora en comunicación explicó que su esposo, les “cortó el vuelo” (alectomía) para que así no puedan elevarse. Sin embargo, con todo y eso, hay una gallina en particular, que le dicen “la viajera”, que siempre se les escapa.
A pesar de ello, estos animales no le han dado mayor problema, pues tanto Iliana como su esposo se educaron antes de adquirirlas.
Ésta señaló que sus gallinas son muy productivas, pues ponen una cantidad “excesiva” de huevos. Alrededor de una docena a la semana. Cuando esto sucede, regala huevos a sus vecinos más allegados.
Finalmente, ésta enfatizó en la importancia de cuidar correctamente de sus gallinas, así como si fuera otro animal doméstico. Además, de educarse extensamente para cuidarlas como se merecen.
¡Gallinas, patos y pavos!
Por su parte, María Rodríguez -quién tiene gallinas, patos y pavos en su patio- expresó que para ella criar estos animales ha sido un gran reto.
Con el tiempo, María se ha dado cuenta que la crianza de estas aves le genera un gasto económico considerable, pues decidió alimentarlas con comida orgánica. “Al ser un alimento no procesado, es mucho más caro y en Puerto Rico es difícil de encontrar”, comentó, quien, en ocasiones, debe mandarlo a pedir a Estados Unidos, y esto le implica un gasto significativo a su bolsillo.
Otro reto que tiene es que sus animales demandan mucho de su tiempo. “En ocasiones, quiero salir más o viajar con mi esposo, pero los animales me limitan”, comentó.
Aunque tiene a una persona que la ayuda cuando no se encuentra en su hogar, ésta prefiere hacerlo ella misma. Lamenta tenerlas que dejar al cuidado de otros, pues siente que nadie las cuidará como ella lo hace.
Una que otra vez, ha pensado en dejar de criar sus animales porque considera que a sus 64 años es demasiado para ella y lo único que desea es descansar. Sin embargo, continúa con su faena porque le motiva ver a sus nietas jugar con los pollitos.
Para María, no existe diferencia entre la crianza de las gallinas, los patos y los pavos. A todos les suministra los mismos alimentos: espinacas, orégano, maíz, avena, chía, entre otros.
Asimismo, le fascina tener gallinas de raza porque algunas producen huevos de diferentes tonalidades. Otra cosa que le encanta es educar a sus nietas sobre la crianza de las gallinas, pues le resulta un tema sumamente apasionante.