por Enid Drevon
Huertera y bloguera
En mi columna pasada les mostré un mosaico de una fresa.  En esta ocasión, les voy a explicar cómo lo hice.
Mosaico de una fresa. Fotos: Enid Drevon
Materiales:
1. Pedazo de madera
2. Losetas de colores necesarios para el diseño
3. Pega blanca líquida, de la que se usa para la escuela
4. Lechada (grout) del color deseado
5. Esponja
6. Cubos
7. Agua
Procedimiento:
Cortar un pedazo de madera en la forma que deseen y lijar todos los bordes.
Dibujar el diseño que deseen para el mosaico. Para esta fresa, usé una lámina de un libro de pintar.
Poner las losetas dentro de una toalla y romperlas con un martillo.
Nota:  Existen en el mercado herramientas para cortar las losetas del tamaño y forma deseado.
Losetas antes
Losetas después
Pegar los pedazos de loseta uno a uno, usando mucha pega líquida y seleccionando los pedazos según el lugar que estemos rellenando en el diseño. No se deben poner las losetas justo en el borde de la madera.
Mosaico de una flor
Deje que la pega se seque por varios días.
Preparar la lechada con un poco de agua.  La mezcla debe quedar ni espesa ni aguada, de forma tal que se pueda dispersar y distribuir a través de los espacios de los pedazos de losetas, pero sin derramarse por los bordes.
Untar la lechada sobre las losetas asegurando que la misma entre por los espacios.
Con una esponja húmeda ir limpiando el exceso de lechada, teniendo cuidado de no quitar la que está en los bordes.  Se debe enjuagar y exprimir la esponja cada vez que se pase por encima de las losetas.  No importa si las losetas no quedan súper limpias; una vez la lechada esté bien seca se le puede pasar un paño húmedo para limpiarlas.
Dejar secar la lechada por varios días.  Si el borde de la madera ha quedado con lechada, se puede limpiar usando una lija.  Tambien se pueden pintar los bordes y la parte de atrás de la madera con pintura de aceite del mismo color de la lechada.
Para colgarlos de la pared, ponle un gancho en la madera por la parte de atrás.
Estos son los primeros mosaicos que he hecho en mi vida.  Si el resultado me ha llenado de gran satisfacción, mucho más la sorpresa de las dos personas a quienes se los regalé. El de la fresa fue el primero.  Por ser un diseño simple y por la combinación de colores fue más fácil lograr la definición de la fresa.
El de la flor, por ser un diseño más complejo, tuve que dedicar más tiempo y cuidado al escoger los pedazos de loseta para lograr que se distinga la flor.  Por otro lado, debido a que las losetas no son del mismo espesor, la flor quedó a relieve.  Esto fue algo que no planifiqué, pero que me gustó mucho.
Lo próximo es hacer uno para mi patio.
Abona tu vida.