¡Agradecida por el huerto!
De visita en el huerto de María Rodríguez
Por Perla Sofía Curbelo Santiago
Hace varios días, visité a la huertera María Rodríguez, en su pueblo de Manatí, Puerto Rico. La conocí hace par de años, primero a través de las redes sociales, cuando me copiaba en sus fotos mostrando todas sus cosechas y logros huerteros, y luego personalmente en uno de los talleres coordinados por Agrochic.
Así que visitarla en su hogar y conversar sobre su familia, ella y sus planes con el huerto es una razón más por las que me siento muy agradecida en el día de hoy. Cabe destacar que María comparte sus lecciones huerteras a través de su blog Porque a la tierra siempre se vuelve, y también lo ha hecho en varias columnas para Agrochic.com.
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A través de su documentación digital, he visto como la huerta ha evolucionado, desde las cosechas en neveras o refrigeradores viejos hasta la construcción de dos grandes cajones para siembra. Asimismo, de un par de gallinas ponedoras a todo un equipo emplumado que le permite producir para su familia, y extra para la venta.
Maestra jubilada, esposa, madre, abuela y hermana incondicional. María ha contagiado su interés y amor por la agricultura residencial a sus hijos y nietas.
En su huerto tiene variedad de hierbas aromáticas, frutales como el jobo enano, hortalizas y por su puesto, numerosas plantas ornamentales. Además, un área destinada para proteger sus gallinas ponedoras. Una actividad que María está disfrutando mucho, según me comentó: la preparación de conservas. Me regaló unos casquitos de guayaba que preparó con la fruta del árbol de un vecino. Riquísimos, y lo mejor es que sé el origen exacto de las guayabas que usó. Además de un chutney, exquisito.
Gracias a su huerto, María, como muchas otras personas que han decidido empezar a sembrar desde su hogar, están creando sus propios recursos y ampliando sus posibilidades con nuevos proyectos agrourbanos. Un cultivo a la vez.
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Luego del mediodía, y de una corta visita a la Hacienda La Esperanza, a minutos de la residencia de María, me regresé a mi casa con las manos llenas: con dos grandes berenjenas cosechadas ese día, conservas, con una docena de huevos coloridos* recién puestos, mucha más sabiduría y, sobre todo, plenamente agradecida por el huerto de María y su hospitalidad.
Síguela en Instagram: @angiemarla
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*Para Acción de Gracias mi esposo y yo decidimos preparar un desayuno para compartir con nuestra familia, así que servimos los huevos de las gallinas de María.