Las mujeres sembramos comunidad
Huerto para apoyar a las mujeres de la montaña
Por Perla Sofía Curbelo Santiago
Un huerto comunitario es una herramienta de bienestar para quienes participan del espacio. Además de la producción de alimentos frescos, cada huerto tiene el potencial de producir efectos terapéuticos en las personas, empezando por la acción física de siembra, los encuentros sociales y el intercambio constante de saberes entre sus participantes.
“Nosotras aquí vemos el huerto con múltiples propósitos”, indicó Alana Feldman Soler, Coordinadora del Centro Paz Para Ti, en Adjuntas, parte de la Coordinadora Paz para las Mujeres. “[El huerto] está fomentando independencia, porque podemos depender de nuestras propias manos para generar alimentos y reinvertirlo en nuestra propia salud. A la misma vez, está fomentando un espacio de colectividad y de encuentro; uno terapéutico donde podemos compartir nuestras experiencias; donde podemos escucharnos y hablar”, profundizó la líder comunitaria.
De acuerdo con Feldman Soler, el huerto Las mujeres sembramos es una respuesta para mitigar algunas de las muchas vulnerabilidades identificadas por la organización que más están afectando a las mujeres que viven en la zona montañosa del País. Entre ellas, la dependencia y el aislamiento.
Precisamente, este huerto comunitario resultó uno de los proyectos ganadores de los Donativos Ambientales Ford del 2022.
El espacio, activo desde el 2019, cuenta con 15 bancos de siembra para hortalizas, un jardín ornamental y un jardín de plantas medicinales.
Según Feldman Soler, previo al Donativo, el huerto se mantenía “de forma orgánica” gracias al voluntariado de mujeres de la comunidad, en su mayoría retiradas, mayores y/o cuidadoras de otros adultos. Éstas se daban cita en diferentes momentos de la semana para asistir con las tareas regulares de un huerto, que va desde la siembra, cosecha, y trasplantes, hasta el desyerbo de las áreas.
El huerto no contaba con una persona en propiedad que se hiciese responsable del inventario de insumos, el reclutamiento de más voluntarias y que estipulara las tareas necesarias para cada semana.
“Lo que queríamos hacer era ofrecer algún incentivo (económico) para una de las mismas mujeres voluntarias que han estado participando del huerto y que fuese la facilitadora líder”, explicó Feldman Soler.
Después de los Donativos Ambientales Ford
Desde diciembre del año pasado, Sasha Maldonado, quien ya era voluntaria, es la nueva líder del huerto Las mujeres sembramos.
La ahora líder del huerto, descrita por Feldman Soler como una persona amante de las plantas, curiosa y llena de mucha energía, tiene entre sus responsabilidades recibir a las personas que llegan al espacio, crear las listas de tareas, determinar los insumos necesarios y hasta encontrar potenciales clientes en la comunidad para algunas de las cosechas del huerto.
Asimismo, organizar más talleres para capacitar a las voluntarias como también desarrollar actividades programáticas que promuevan la asistencia de más personas de la comunidad.
Otra parte del donativo de Ford se utiliza para la compra de materiales recurrentes en el huerto, como lo son el abono, tiestos y semillas, entre otros insumos. También para incentivar a talleristas invitados que participan del programa educativo del huerto.
Regularmente, sobre diez mujeres participan semanalmente de las actividades del huerto comunitario. No obstante, esta cifra podría variar dependiendo del día de la semana y la época del año.
Feldman Soler indicó que muchas de las mujeres se han acostumbrado a venir jueves, mientras que en el fin de semana asisten más personas jóvenes. Asimismo, durante el verano y las navidades el flujo de asistencia tiende a disminuir, con excepción de aquellos días cuando hay actividades programadas, como conferencias o talleres especiales.
¿Qué produce el huerto?
La producción del huerto varía por temporada. Lo que siempre hay es recao. El huerto genera aproximadamente $200 al mes en donativos a cambio de la cosecha (precios por debajo del mercado). También las voluntarias son incentivadas con parte de lo cosechado. Asimismo, el huerto produce 150 cuartillos de composta al mes.
“Aunque anteriormente habíamos solicitado a los Donativos para otros proyectos, sí es la primera vez que solicitamos para el proyecto del huerto”, comentó Feldman Soler. “El proceso fue enriquecedor porque nos dio la oportunidad de mirar el huerto nuevamente y pensarlo de una manera diferente: [desde] cómo fortalecer este proyecto; cómo dar a conocer sus fortalezas; cómo hacer que otras personas puedan sentir esa “paz” que las mujeres [voluntarias] dicen sentir cuando entran a nuestro huerto”, abundó la líder comunitaria.
Como sucede en muchos otros huertos comunitarios, el huerto de Las mujeres sembramos es uno “mágico”, que les permite a sus participantes ventilar, crear apoyo y hacer una pausa, aunque sea temporera, de sus circunstancias particulares para anonadarse juntas ante el propio espacio que ellas mismas han sembrado.
Sobre los Donativos Ambientales de Ford
Desde su establecimiento en el 2001, el programa de Donativos Ambientales Ford ha aportado más de 1.7 millones de dólares a cientos de proyectos ambientales en Centroamérica y el Caribe.
Para esta edición, y como parte de su evolución, el programa se enfocó en proyectos que contribuyen de manera explícita a los Objetivos de Desarrollo Sostenible identificados por la ONU para mejorar la vida de todos en el mundo.
Con este programa de responsabilidad social, Ford tiene como objetivo empoderar a las comunidades hacia un futuro más sostenible, al fomentar la multiplicación de esfuerzos colectivos que sirvan como catalizadores de cambios para alcanzar un mejor planeta.
Para más información sobre la próxima convocatoria para los Donativos Ambientales Ford accede a DonativosAmbientalesFord.com.
La autora es fundadora de Agrochic.com y está certificada en Terapia Hortícola por el Chicago Botanic Garden.