Conoce aquí qué características y elementos básicos debería incluir 

Por Perla Sofía Curbelo Santiago

Un jardín terapéutico es un espacio que tiene el potencial de ofrecer un sinnúmero de beneficios físicos, emocionales y sociales a todas las personas que le utilicen.

Pero también será de gran ayuda para aquellas que están atravesando algún tipo de reto, circunstancial o crónico.

De acuerdo con la Asociación de Terapia Hortícola Americana  (AHTA, por sus siglas en inglés), “Un jardín puede describirse como de naturaleza terapéutica cuando ha sido diseñado para satisfacer las necesidades de una persona o población específica”.

Además, “está diseñado para adaptarse a los objetivos de sus participantes y facilitar las interacciones entre las personas y las plantas”.

Mano tocando hierbas

Jardín sensorial que promueve específicamente el tacto. Foto: Agrochic

Algunos lugares donde podemos encontrar jardines terapéuticos son los hospitales, residencias para adultos mayores, jardines botánicos y centros para personas con diversidad funcional.

Por ejemplo, en el 2011, la Asociación Médica Británica (BMA, por sus siglas en inglés) solicitó a sus miembros considerar aspectos psicológicos en el diseño de los hospitales y recomendaba entonces que todas las nuevas instituciones hospitalarias contaran con un jardín.

Sin embargo, un jardín terapéutico también es necesario en prisiones, escuelas, vecindarios, albergues, centros de trabajo, y, por supuesto, en el hogar.

Los jardines terapéuticos son un componente importante para cualquier programa de tratamiento, rehabilitación y/o vocacional.

Opinan terapeutas hortícolas

Cabe destacar que para quienes se desempeñan como profesionales de la terapia hortícola, un jardín terapéutico es un espacio de contacto con la naturaleza que le brinda la oportunidad a personas que atraviesan mayores desafíos, intelectuales o físicos, a disfrutar de un lugar seguro, inclusivo, diverso y libre de etiquetas donde cada cual puede distinguirse.

Mujer y jóvenes en huerto

Foto: Constanza Sabogal

Así lo destacó, vía correo electrónico, Constanza Sabogal, terapeuta hortícola, quien desde hace varios años, junto a su colega Manuela Menéndez, lidera un programa de horticultura terapéutica en la Huerta Modelo Puerto Libre, en Buenos Aires, Argentina.

Mujer con sombrero de pajilla

Constanza Sabogal, terapeuta hortícola en Buenos Aires, Argentina

Según Sabogal, la huerta en sí, es un espacio que invita y convoca, tanto en lo social como en lo cultural. En el jardín y el huerto se llevan a cabo numerosos eventos hortícolas y también se promueven valores importantes, como el respeto por otros seres vivos (plantas, animales y personas).

“Ver la transformación o recuperación que sucede durante las labores [de jardinería] es algo que se visualiza claramente; el lidiar y luego armonizar las ansiedades a través del contacto claro de los ciclos naturales, son sensaciones que se ponen en práctica constantemente”, explicó la terapeuta.

Sabogal trabaja con poblaciones de personas adultas mayores y personas con alguna diversidad funcional, tanto en instituciones privadas como también gubernamentales.

Anciana en huerto

Foto: Constanza Sabogal

Este espacio verde en el cono sur también es un punto de encuentro comunitario donde vecinos de la zona participan activamente de la jornada programada.

Ésta puede consistir en trabajar en los bancos o canteros de siembra, preparando el suelo, desyerbo, siembra de plántulas, cosecha de frutos y hortalizas de hoja, mantenimiento en el invernadero y trasplante definitivo.

De manera regular, las terapeutas organizan garden breaks o “momentos de encuentro” para que participantes compartan entre sí.

Durante este periodo se escucha y se intercambian saberes y experiencias comunes. Además, se llevan a cabo recorridos a través de la Huerta donde cada participante muestra y cuenta qué tareas realizó; se promueve la observación para identificar si hubo algún tipo de transformación.

Mujer en huerta

Foto: Constanza Sabogal

“En el caso de esta Huerta el beneficio es palpable cien por cien”, describió Sabogal. “Ya que es un espacio abierto a la comunidad, donde la convivencia y coexistencia de todas las diversidades se plasma en forma concreta; [y] la integración e intercambio de cada uno de los que participa, es una vivencia riquísima que día a día va nutriendo a la comunidad”, acotó.

 

Por su parte, Andrea Aranda Costas, del proyecto Sana Hortis en España, destacó la importancia de consultar con profesionales de la terapia hortícola para el diseño de jardines terapéuticos y su contenido programático.

Andrea Aranda Costas, terapeuta hortícola en Barcelona, España.

“Creo que es primordial para el buen funcionamiento de estos proyectos que las instituciones cuenten con personal profesional de la terapia hortícola, ya que desde esta perspectiva se trabaja en aspectos que son básicos para el bienestar de las personas que son beneficiarias de estos espacios, siendo muy importante los equipos multidisciplinares”, destacó la terapeuta vía correo electrónico.

Actualmente, Aranda Costas lidera un proyecto de huerto socializador llamado L´Hort de l´Albert, el cual sirve a personas que conviven con cáncer, desde pacientes, familiares y/o cuidadores.

El espacio “verde” está localizado en la Fundación Kàlida, dentro del recinto histórico del Hospital de Sant Pau, en el centro de Barcelona.

“Cuando interactúo con personas que conviven con el cáncer, ya sean pacientes, familiares o cuidadores, la actividad la enfoco en la escucha, el acompañamiento, el respeto, en la proximidad, pero, sobre todo, en socializar a través de las plantas y la tierra.

Yerbajo sobre piedras

Desyerbar es una actividad esencial en el jardín terapéutico. Foto: Agrochic

Entre las actividades que se realizan en el jardín terapéutico se destacan la siembra, el desyerbo y el diagnóstico de plantas en estado marchito, además de promover oportunidades de discusión e interacción entre participantes.

“En las actividades que programo siempre hay un hilo conductor que nos une a todas las personas que estamos en el espacio”, comentó la terapeuta hortícola, también co fundadora de la Asociación Española de Horticultura y Jardinería Social y Terapéutica (AHJST).

Un ejemplo de una sesión en el jardín podría ser que la terapeuta utiliza una planta que está marchita (herramienta) para darle los cuidados apropiados para que mejore.

“Desyerbar es [otra] actividad que les motiva [a las personas] porque se centran en retirar esa hierba que está fuera de sitio y no piensan en la enfermedad”, comentó.

“Otra actividad que es muy bien aceptada es el SPA para plantas. [Las personas] traen las especies que tienen en sus casas y, entre todas, hacemos el diagnóstico, aplicamos el tratamiento y realizamos un seguimiento de la evolución”, añadió.

 

Características generales para un jardín terapéutico

Según la AHTA, estos son los elementos más importantes que deben considerarse en el diseño de un jardín terapéutico para el beneficio de sus usuarios y que también podrías utilizar como guía para tu jardín en casa o empresa:

1. Actividades estructuradas y programadas

Es ideal que el jardín cuente con un programa de horticultura social y terapéutica con actividades y experiencias fijas supervisadas por un profesional.

Para el diseño del jardín, piensa primero en quiénes utilizarán mayormente el espacio (público); cuál es el objetivo del programa (apoyar un tratamiento, rehabilitar, vocacional y/o bienestar); dónde estará ubicado (lugar).

Aún en jardines diseñados para el disfrute general, la programación de eventos pasivos e independientes contribuirá a aumentar el número de sus visitantes.

Ejemplo de algunas de estas actividades son: picnics, avistamiento de aves, caminatas, leer y tomar el sol, entre otras.

Sombrillas cerradas en jardín

Provee accesorios como sombrillas para promover las movilidad en el jardín en cualquier momento, con sol o lluvia. Foto: Agrochic

2. Accesibilidad

La selección o modificación de los elementos del jardín, sus características y equipo contribuye a que más personas puedan disfrutarlo.

Cada modificación del entorno terapéutico del jardín facilita la tarea de jardinería y/o mejora la experiencia hortícola para el visitante/huertero, quien podrá utilizar las facilidades a su propio ritmo.

3. Perímetros bien definidos

Los bordes de los jardines y áreas especiales deben estar mejor definidas e identificadas para redirigir la atención y las energías del visitante a cada uno de los componentes y muestras dentro del jardín.

4. Interacción personas/plantas

El jardín ofrece a las personas la oportunidad de participar en actividades al aire libre, disfrutar de espacios para la restauración, la educación hortícola, la terapia y los intercambios sociales. Esto es posible en espacios abiertos y con mucha vegetación.

También es importante que cuente con caminos sencillos para seguir y áreas específicas para llevar a cabo actividades de trasplante y/o manualidades. Además, debe promover a través de todo el año estimulación sensorial.

Cobertizo de madera en jardín

Integra estructuras de soporte para las plantas, áreas de descanso y sombra que promuevan el sentido de seguridad y refugio en los visitantes. Foto: Agrochic

5. Condiciones de apoyo

El jardín terapéutico debe ser un espacio seguro y cómodo para sus usuarios.

Desde promover el uso de productos orgánicos y/o naturales para el mantenimiento de las áreas verdes y control de plagas, hasta proveer áreas de sombra y estructuras de apoyo para el soporte de plantas y arbustos.

Además, personal de asistencia (supervisión, seguridad). Esto ofrece tranquilidad y refugio a sus visitantes.

6. Diseño universal

Un jardín terapéutico está diseñado siguiendo principios de inclusión con la intensión de que pueda ser disfrutado por la mayor cantidad de personas posibles, a su conveniencia como también con la mayor amplitud posible de rango de condiciones.

Sin importar la edad, sus capacidades mentales y/o motoras. Incluye además experiencias que estimulan la gama completa de los sentidos como el oído, la vista, el tacto, el olfato y, en ocasiones, el gusto.

7. Construcción

El jardín terapéutico debería ser simple, unificado y fácil de comprender para sus visitantes y usuarios regulares, ya que mejorará su experiencia única y contribuirá a aumentar su interés de participaciones futuras.

 

La autora es fundadora de Agrochic.com y está Certificada en Terapia Hortícola por el Chicago Botanic Garden.

 

Fuentes consultadas y recomendadas:

https://www.ahta.org/ahta-definitions-and-positions

https://www.ahta.org/assets/docs/therapeuticgardencharacteristics_ahtareprintpermission.pdf

La mente bien ajardinada: Las ventajas de vivir al ritmo de las plantas (Debate), de Sue Stuart-Smith (2021).