Flores y protocolo
Las flores también tienen su protocolo
Por Marisa Vega
Cuando hablamos de protocolo, solemos pensar en gobiernos, monarquías y en su utilización en el campo empresarial, religioso o educativo, entre otras. Sin embargo, no acostumbramos a relacionarlo a las flores.
El protocolo, además de establecer orden, tiene que ver con significados, con símbolos y con maneras. Si miramos las flores en la historia, las encontraremos presentes en todas las épocas y en gran diversidad de civilizaciones. Podemos apreciarlas en escudos, blasones y banderas de países.
Como ejemplo, tenemos el crisantemo. Aunque su origen es chino, en el siglo VIII a. C. llega a Japón y posteriormente la familia real lo adoptó como su emblema oficial. Actualmente sigue siendo así y está en el sello oficial del emperador. Se asocia con poder, longevidad, alegría y felicidad.
Obsequiar flores se considera una cortesía. Es un detalle para con los otros. Es importante escoger las flores perfectas para cada ocasión. Aquí algunas de las consideraciones que debes tener a la hora de escoger y obsequiar flores:
Debes conocer a la persona a la que le obsequiarás las flores. De eso dependerá todo lo demás. Si es tu amigo o conocido, resulta más fácil porque ya tienes una idea de sus intereses y gustos. Si no la conoces, pregunta. Sólo así podrás hacer de su obsequio uno memorable.
Ten claro el propósito del obsequio. Las flores se obsequian en diversidad de situaciones. Hay flores, colores y tamaños que se utilizan dependiendo de la ocasión. No vas a obsequiar el mismo tipo de flor para agradecer una reunión, una promoción, un bautizo, una boda, un cumpleaños o un funeral, entre otros.
Considera la temperatura y el tipo de flor que quieres obsequiar. Hay flores que no son para ciertos climas, sobre todo si son calurosos como el nuestro. Muchas plantas, incluyendo algunas exóticas, se marchitan fácilmente.
Escoge flores que no tengan olores fuertes. En ocasiones, el olor se convierte en hedor e incomoda a quien las recibe. Considera que muchas personas son sensitivas a los olores o alérgicas a cierto tipo de flores. Si la persona es alérgica, puedes considerar obsequiarle una planta. También, si es la apertura de una oficina o la celebración por la compra de una vivienda.
El ramo o ramillete debe ser manejable y su tamaño debe ser adecuado. Puedes combinar flores y colores, pero debes considerar los tamaños y el tipo de flor. Muchos piensan que al enviar el ramo más grande, frondoso y pesado logran impresionar a quien lo recibe. En ocasiones, un ramo pequeño es mucho más efectivo.
Utiliza flores que no ensucien. Algunas flores se deshojan con facilidad y si se mueve mucho, el ramo puede ir dejando hojas o pétalos por el camino. Cuando la persona llega a su destino, tu ramo podría resultar en pocas flores y mucho tallo.
Toda flor o planta que obsequies debe llevar una tarjeta firmada con un mensaje escrito a mano. Esto mostrará que tuviste el detalle de escribirlo personalmente. Además, no cabrá la posibilidad de un mal entendido en cuanto a quién la envía y para quién es.
Si vas a conocer una persona y quieres obsequiarle flores, se recomienda que la envíes con dos horas de antelación a la reunión. Si decides enviarlas después de la reunión, incluye la tarjeta agradeciéndole la reunión o la cena.
Cuando las entregues personalmente, no juegues con ellas ni le des vueltas. No las lleves agarradas con el tallo hacia arriba y las flores mirando el piso. Tampoco las coloques en algún lugar y le digas a la persona que son suyas. Entrégalas, de manera vertical en las manos de la persona.
Estas son sólo algunas recomendaciones. Al final, tú decidirás.
La autora es relacionista licenciada, profesora universitaria y experta en protocolo.